viernes, julio 07, 2006

Fargüest

Ahora que la gente de Los Fotones Caníbales está recuperando cortometrajes clásicos de algunos maestros, ¡qué menos que recuperar yo también algún clásico! Así que tiro de archivo a ver que encuentro y... ¡ajá!

Imaginad. Años 70. Pinseque, pueblo aragonés de unos 1200 habitantes. Un grupo de amigos apasionados del cine y de las películas del oeste deciden hacer sus propias películas. Armados con una super-8 y liderados por Simeón Pimpinela, crean Estudios El Padrino y ruedan tres westerns que se proyectaron en el pueblo. Treinta años después las películas se encuentran y son restauradas y remasterizadas. He aquí Pisando barro, la primera de ellas y la única a la que he podido echar mano.
La película va a crear sensaciones extrañas. Por un lado, se notan las precariedades presupuestarias, narrativamente hay notables carencias, como western no pasa de ser una sucesión de tópicos, y los diálogos no hay palabras para definirlos; pero por otro, con el paso de los minutos se empieza a notar que los autores asumen que no son Sergio Leone y sólo se preocupan de pasárselo bien y hacer algo divertido, hay momentos realmente delirantes y surrealismo del bueno (porque todo el mundo sabe que el mejor surrealismo es el del Aragón rural, el de Buñuel y Pepín Bello), y la música y el doblaje (inexpresivo y con acento baturro cerrado) le terminan de dar un toque demencial al conjunto.
Yo no sé a vosotros, pero a mí, sinceramente, me parece genial.

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