miércoles, enero 13, 2016

Resumen del 2015: Comics del año

Y por fín ya está aquí la tercera entrega de mi tradicional resumen del año, en esta ocasión dedicada a desvelar cuáles han sido mis tebeos favoritos del 2015. Como de costumbre, además de lo complicado que resulta ya de por sí realizar una lista tan subjetiva, parto de criterios un tanto extraños y mezclo tanto obras aparecidas este año en su país de origen que he podido leer como obras que sólo he podido descubrir cuando se han publicado en España. Esto hace que, por ejemplo, uno de los comics más (justamente) alabados de los editados este año en nuestro país, el muy recomendable Chapuzas de amor de Jaime Hernández, no se encuentre en la lista, dado que yo me lo leí cuando fue publicado originalmente en América, y por cierto que ya le di el primer puesto de la lista de lo mejor de 2011. Sigue siendo una maravilla y por ello lo vuelvo a recomendar.
Y en fin, sin más dilación, vamos al asunto. Otras (muchas) recomendaciones y opiniones, si estáis interesados, después de la lista, en el ya habitual apartado de menciones especiales.

15. CARROÑERO, de Ricardo Vilbor y Vicente Montalbá

Una de las sorpresas agradables del cómic español del año. La historia de Khanis Fhou, que fue una vez un gran guerrero y que lo perdió todo, y que ahora es tan sólo un ladrón vagabundo sin creencias ni ataduras que se ve obligado contra su voluntad a involucrarse en una guerra que en principio poco le importa y de la que únicamente desea escaparse con el botín. Un tratado amargo y desencantado sobre el heroísmo y la derrota.

14. RITUALES, de Álvaro Ortiz

Un caleidoscopio de historias cruzadas a lo largo de varias épocas y lugares del mundo, con una trama central que vertebra el relato en torno a unos jóvenes que viven en Barcelona y al misterio que envuelve el piso de debajo del suyo, en el que nunca ven entrar a nadie. Con un estilo ya consolidado y cada vez mayor confianza como guionista, Ortiz, como Stanislaw Lem en muchas de sus novelas, plantea enigmas que intrigan y obsesionan pero que no siempre llegan a resolverse. Una lectura que atrapa al lector desde el principio y con muchas más ideas interesantes por página de lo que es habitual.

13. PREZ, de Mark Russell y Ben Caldwell

¿Quién hubiera dicho que el reboot de un viejo título de DC de 1973 iba a convertirse en uno de mis placeres culpables del año? La historia original presentaba a un adolescente siendo sorprendentemente elegido presidente de los Estados Unidos y enfrentado a los problemas del país y a un poderoso jefe corporativo llamado Boss Smiley. La serie duró tan solo cuatro números, pero el personaje aparecería posteriormente en otras varias series de la editorial, siendo la más recordada la versión que de su historia daría Neil Gaiman en 1993 en un número de Sandman. Siendo éste otro momento de crisis y con la honestidad de los políticos puesta en tela de juicio, no extraña que DC decidiera relanzar el título, esta vez situándolo en un desquiciado año 2036 donde la opinión pública está dominada por las redes sociales, y en la que la adolescente Beth Ross es elegida presidenta de modo rocambolesco después de convertirse en una celebridad de internet gracias a un video en que fríe accidentalmente su pelo. El resultado está siendo uno de los títulos más delirantemente divertidos del mercado, una sátira de la política y el modo en que los poderes económicos controlan a la sociedad que no deja títere con cabeza. Muy disfrutable.

12. THE FADE OUT, de Ed Brubaker y Sean Phillips

Tras demostrar con Fatale que también podían tener éxito con sus historias en Image, Brubaker y Philips lograron sacarle a esta editorial un contrato sin precedentes de cinco años con libertad creativa total, y para empezar los autores de Criminal han regresado al género negro que tan bien dominan, esta vez con la historia del asesinato de una joven actriz en el que se ve involucrado un guionista atormentado. Una mirada desencantada al lado oscuro del Hollywood clásico, el de la caza de brujas y los estudios tapando los escándalos de sus estrellas.

11. RALPH AZHAM, de Lewis Trondheim

Reconozco que soy muy fan de Lewis Trondheim y que estoy dispuesto a recomendar casi cualquier obra que saca, pero no termino de entender por qué esta serie no está teniendo el eco que sí tuvo en su día La mazmorra, porque, si bien no sorprende tanto, tampoco desmerece. El descreído protagonista ha pasado en unos pocos volúmenes de ser el paria de un pequeño pueblo de las montañas a convertirse, más bien a su pesar y obligado por las circunstancias, en un héroe enfrentado a un señor malvado y poderoso. De momento se han publicado en España solo cuatro de los ocho tomos aparecidos en Francia, y por lo visto hasta ahora la serie sigue creciendo. Muy recomendable.

10. BALAS PERDIDAS, de David Lapham

Al regreso de la serie en 2014 Lapham decidió estructurar las nuevas entregas como una colección de miniseries sucesivas, cada una con un arco argumental más o menos continuo. Este año nos ha estado entregando el segundo de ellos, "Sunshine and roses", el más largo de toda la serie hasta ahora. En vez de continuar avanzando con la historia de Virginia Applejack, Lapham ha retrocedido hasta uno de los huecos más llamativos que había dejado en sus primeros números para contarnos el famoso golpe que dieron Beth y Orson para robarle a un jefe de la droga de la Costa Este su novia y un maletín lleno de droga, al que tantas veces se había hecho referencia en los primeros años de la serie y que tanta importancia y repercusiones tendría en el devenir de los personajes. Lapham se lo toma con calma, sin precipitarse, y la sensación que le dejan al lector los planes de un par de aficionados tratando de conspirar contra asesinos profesionales es la de estar asistiendo al descarrilamiento anunciado e inevitable de un tren cuyos maquinistas saben perfectamente que se encaminan al desastre pero no pueden detenerse. Uno de los mejores autores del género negro actual mostrando que está en su mejor momento.

9. LAST MAN, de Balak, Sanlaville y Vivès

El manga made in France que ya nos sorprendió gratamente en 2014 sigue siendo uno de los mejores y más entretenidos cómics que hay ahora mismo en el mercado. Este año sus lectores pudimos asistir perplejos a un tremendo cambio de rumbo en el que una obra que había empezado centrada (durante tomo y medio) en un torneo de lucha ampliaba bruscamente sus escenarios y su trasfondo permitiéndonos descubrir poco a poco el universo creado por sus tres autores pasando el testigo del protagonismo del duro y misterioso luchador Richard Aldana a la dulce pastelera Marianne Velba, que resulta estar igualmente llena de secretos. Imprescindible.

8. LA BALADA DEL NORTE, de Alfonso Zapico

Zapico ha crecido en la cuenca minera asturiana y por eso la historia de la revolución de octubre de 1934 le toca muy de cerca. Quizá por ello en esta obra, además de su habitual buen hacer narrativo y cuidada ambientación histórica, trasmite una mayor implicación emocional; o quizá sea sencillamente que los hechos que narra nos resultan más cercanos y, dadas las circunstancias socioeconómicas actuales, de gran actualidad. En cualquier caso, todo suma para hacer de esta obra, de la que hasta ahora sólo ha visto la luz un primer tomo, la mejor de su autor hasta la fecha, que no es poco decir de alguien con un Premio Nacional del Cómic ya en las alforjas.

7. AQUÍ, de Richard McGuire

McGuire entró en el mundo del cómic como un elefante en una cacharrería en 1989 con Here, una historieta experimental de seis páginas incluída en la revista Raw que se convertiría en una de las obras más originales, aclamadas e influyentes del cómic alternativo de las últimas décadas. Pese a su éxito el inquieto McGuire apenas se ha acercado al noveno arte en los años siguientes, ejerciendo como ilustrador, diseñador gráfico, escritor de cuentos infantiles y músico, entre otras cosas. Hasta que 25 años después ha afrontado el reto de ampliar aquella impactante historieta original para convertirla en una novela gráfica de 300 páginas. La premisa sigue siendo la misma: la historia de una habitación a través de saltos cronológicos, como si el autor hubiera dejado una cámara fija en un rincón, aunque la historia rebasa la de la misma habitación y también se muestran sucesos acontecidos en el mismo lugar en épocas anteriores y posteriores a la misma existencia de la casa en que se halla. Un viaje fascinante y una idea que sigue siendo fresca y totalmente diferente a todo lo demás.

6. WYTCHES, de Scott Snyder y Jock

Una niña traumatizada por un extraño incidente (una chica que abusaba de ella fue devorada por un árbol ante sus propios ojos, ahora nadie la cree y además la gente piensa que quizá ella la mató) tiene que enfrentarse a unas extrañas criaturas que habitan el bosque y a las que los vecinos a veces hacen sacrificios para que les concedan sus deseos, y que parecen tener un interés especial en ella. Una historia de terror y relaciones familiares que puede ser lo mejor y más redondo que Snyder ha escrito nunca. En vista del éxito va a tener continuidad; esperemos que eso no estropee lo que en principio era una miniserie estupenda y bien cerrada.

5. ¡GARCÍA!, de Santiago García y Luis Bustos

Un héroe español de los años 50, que responde al nombre de García pero asume la iconografía de Roberto Alcázar, despierta en el presente tras haber pasado sesenta años en una especie de suspensión criogénica, y, aunque no termina de comprender del todo el mundo actual se dispone a ayudar a resolver una crisis grave que acecha el país en vísperas de unas elecciones y que podría incluso desencadenar una nueva guerra civil. Por desgracia para García, el mundo de hoy es mucho más complicado de lo que él, personaje habituado a las batallas maniqueas entre buenos y malos y a la autoridad indiscutible de la antigua dictadura, está acostumbrado a manejar. Inteligente lectura del presente de nuestro país a base de la recuperación de mitos de otra época, sus autores están en esta obra especialmente inspirados, y el único pero que se le puede poner es lo larga que se nos va a hacer la espera hasta que aparezca su segunda entrega.

4. BABEL, de Santiago Valenzuela

La larga trayectoria del Capitán Torrezno alcanza en este tomo una de sus cimas, si no su cota más alta hasta ahora, con esa mezcla sorprendente de idiosincrasia española y Hazañas Bélicas marca de la casa, derrochando imaginación hasta en detalles mínimos, y culminando con un tramo final digno de Juego de Tronos y un descacharrante epílogo. Si la serie ya era más que recomendable, calidad refrendada por un Premio Nacional del Cómic, después de esto se ha convertido directamente en imprescindible. Una pena que sea casi inaccesible para aquellos que no estén ya siguiendo la saga.

3. ALMÓNDIGAS DEL ESPACIO, de Craig Thompson

Tras uno de los más horrendos títulos que han llegado últimamente a las estanterías se esconde el resultado del sorprendente giro de Craig Thompson que, al menos por esta vez, ha decidido abandonar la temática más seria y adulta para llevar a cabo un tebeo infantil. O, mejor dicho, para todos los públicos. Porque puede que la odisea de una niña en busca de su padre en medio de un espacio anegado por basura y excrementos de ballena sea una gran lectura para un niño, pero Thompson no deja de incluir en la obra reflexiones sobre la familia y el medio ambiente que apelan a un lector más adulto. La historia funciona como un tiro, creando un universo personal interesantísimo, y el dibujo muestra toda la maestría del autor. La obra más accesible de Thompson y también la más disfrutable.

2. PRECIOSA OSCURIDAD, de Fabian Vehlmann y Kerascoët

Publicada originalmente en Francia en 2009, en esta obra se parte de un hecho traumático para presentarnos el progresivo desmoronamiento de un grupo de personajes de cuento de hadas, surgidos (literalmente) de la mente de una niña, cuando se ven obligados a enfrentarse a una experiencia desconocida que pondrá en cuestión tanto su capacidad de supervivencia como su convivencia como grupo. Una obra oscura y terrible, pero tremendamente fascinante.

1. THE WICKED + THE DIVINE, de Keith Gillen y Jamie McKelvie

El año pasado tuvo ya un excelente comienzo, aunque finalmente fue mi último descarte a la hora de hacer la lista (un oficioso número 16). Desde entonces no ha hecho mas que crecer en emoción e intensidad, con un segundo arco que acaba dejándote en estado de shock y un tercer arco en el que aprovechan la colaboración de otros autores (McKelvie se dedicó en ese tiempo a dibujar el tercer volumen de la también estupenda Phonogram, la otra serie que hace junto a Gillen) para prestarse a experimentos formales inesperados pero tan efectivos que han dado lugar a algunos de los mejores números del año. Ahora mismo esta serie sobre dioses reencarnados en la Tierra en el cuerpo de doce jóvenes condenados a morir en dos años es la serie más cautivadora y brillantemente imprevisible del mercado. Parece que por fin la van a publicar en España en el 2016.

MENCIONES ESPECIALES:
De un tiempo a esta parte estoy descubriendo tantas obras buenas que esta sección acaba teniendo casi más cuerpo que la propia lista. Aunque este año no he leído tanto como el anterior, y además mis propias preferencias me limitan, todavía tengo más títulos que destacar.

En América las dos grandes siguen a lo suyo con sus franquicias millonarias, con mejores resultados en Marvel que en DC a tenor de lo que dicen los críticos, aunque debo reconocer mi desconocimiento y mi desinterés por los universos superheróicos de ambas editoriales (si bien reconozco que puedo disfrutar como el que más si sus tebeos caen en mis manos, no termino de decidirme a sumergirme en ellos). De Marvel parece que los críticos siguen prendados de Ms. Marvel y ahora están fascinados con The Unbeatable Squirrel Girl, además ahora han sumado a su universo superheróico el de Star Wars, que parece estar teniendo también buena acogida. DC, por su parte, mantiene el pulso sin tanto aplauso mediático a la espera de ver si este año sus películas pueden crear la espectación del universo fílmico que ha creado su rival. Además ha metido un título en mi lista y suma puntos por tener la línea Vertigo, en la que han seguido publicando obras de nivel: solo por Sandman: Overture y la estupenda Astro City ya se merecerían el reconocimiento, además este año se ha cerrado uno de los grandes títulos de la línea, Fables, y han aparecido bastantes nuevos títulos de los que mis favoritos personales son Effigy y Unfollow.

Pero por supuesto la editorial que está en su mejor momento, y ya no parece que nadie le discuta el honor de ser la tercera grande, es Image. Además de los cuatro títulos que he metido ya en la lista, hay que recordar que siguen publicando superventas como Los muertos vivientes o Invencible y algunas de mis series favoritas, como Lazarus, Morning glories, Saga o Southern bastards. Por no hablar de series como The Autumnlands, Big man plans, Birthright, Bitch Planet, Black Magick, Chew, Chrononauts, Copperhead, Deadly class, Death Vigil, Descender, Dream Police, The dying and the dead, East of West, The Empty, The Fuse, Huck, I hate Fairyland, Injection, Invisible republic, Jupiter's legacy y su hermana Jupiter's circle, Kaptara, Limbo, Low, The Manhattan projects, The Mantle, The Mice Templar, Nailbiter, No mercy, Outcast, Paper girls, Postal, Plutona, Pretty deadly, Rat Queens, Red One, Revival, Reyn, Roche limit, Rocket Girl, Rumble, Secret identities, Sex, Sex criminals, Shutter, Sidekick, Southern Cross, Starve, They're not like us, Thief of thieves, Trees, Velvet, Wayward, We stand on guard, Wolf o Zero. No, os aseguro que no he puesto todas, esto es sólo una selección.

Dark Horse ha recibido un duro (aunque esperado) golpe al perder una de sus franquicias más rentables, Star Wars, pero ha reaccionado siguiendo la fórmula de Image y dando salida a muchas nuevas obras propiedad de sus autores: Heart in a box, Ei8ht, Fight club 2 (con el propio Chuck Palahniuk encargándose de la historia), Harrow County, Mystery Girl, Past Aways, Paybacks, Power Cubed, This damned band, Lady Killer o The Ghost Fleet, sumándose a títulos ya conocidos como los del universo Hellboy, Usagi Yojimbo, Mind MGMT, Empowered o Groo (la miniserie que está publicándose actualmente, Friends & Foes, es una de las mejores de su larga trayectoria), sin olvidar el divertidísimo punto final que Evan Dorkin ha puesto a su The Eltingville Club.

De las demás, Valiant sigue consolidando el tercer universo cohesionado más importante del cómic americano, con los derechos de varias series para cine y TV ya vendidos. Archie Comics han decidido hacer como las dos grandes y rebootear su universo pensando en los nuevos lectores, reiniciando sus cabeceras de Archie y Jughead y obteniendo un sorprendente éxito de crítica; quizá por ello han descuidado un poco otras cabeceras que también estaban bastante interesantes, como Afterlife with Archie, en la que Archie se enfrenta a zombies, y que ha seguido a gran nivel pero sólo ha publicado dos nuevos números en todo el año. Por su parte, la emergente Boom! Studios ha tenido también un gran año con títulos como ClusterJohn Flood, Lantern City, Rowan's Ruin, Strange Fruit, UFOlogy o The fiction, miniserie ilustrada por David Rubín, aunque quizá los dos títulos más llamativos sean la cada vez más consolidada Lumberjanes y la divertida Giant days, que es una de mis debilidades y a punto he estado de meterla en la lista.

Y, por cerrar el repaso al mercado americano, Oni Press está destacándose con series interesantes como Letter 44, Stumptown, The bunker o Princess Ugg; Avatar ha publicado series como Mercury Heat o Providence, lo último de Alan Moore; la joven editorial Black Mask ha publicado una de las sorpresas del año, el cruce entre drama adolescente indie y serie de superhéroes We can never go home; en Monkeybrain se cerró el thriller High crimes; Terry Moore sigue a lo suyo con Rachel rising; Scott McCloud publicó su novela gráfica El escultor; también apareció La caída de la casa West, la segunda parte de la precuela de Battling Boy de la que se ha encargado David Rubín; y también me gustó mucho un cómic autoeditado vía Kickstarter llamado Paradox girl, creo que ahora mismo tiene abierto el crowdfunding para su segundo número.

De cómic europeo la verdad es que no he leído demasiado este año. Ha salido en España el primero de los dos volúmenes con que Trondheim, Sfar y sus cómplices pusieron fin a La mazmorra, pero lo que más he estado disfrutando ha sido la recuperación de clásicos que está haciendo Dolmen: Johan y Pirluit, Casacas Azules... Me han recomendado mucho El árabe del futuro de Riad Sattouf, pero no he podido leerlo (aun así lo apunto para recordarme a mí mismo que le eche un vistazo). Me gustó el Spirou ambientado en la ocupación nazi de Bélgica de El botones de verde caqui, aunque no llega al nivel de su referente Diario de un ingenuo. En cuanto al último de Astérix, digamos que Ferri y Conrad cumplen, sin llegar a la excelencia de cuando aún era Goscinny el que escribía, pero al menos sin caer en la vergüenza ajena de los últimos de Uderzo en solitario.
En cuanto a manga, aparte de series imprescindibles como Detective Conan o Billy Bat, también he leído poco. Lo que más me ha gustado de lo poco que he leído ha sido Solanin, pero no puede entrar en lista porque se publicó en 2014. Aun así aprovecho para recomendarla.

En el apartado de los cómics que se pueden ver por internet, también este año he estado leyendo menos. Sigo enganchado a esa genialidad que es The Hip Hop family tree, pero Homestuck ha vuelto a quedar en pausa mientras su creador se dedica a un videojuego basado en su universo, y mi favorito Subnormality ya apenas actualiza (sólo tres historias este año, aunque pequeñas perlas como Message 652 garantizan que vaya a seguir atento mucho tiempo en espera de nuevas entregas).
Así que lo que más he seguido este año ha sido Eh, tío, que me parece una gran serie que poco a poco se ha creado un universo muy personal. Tabién he seguido Masquemascotas y Caniculadas, que tuvo una temporada bastante brillante aunque ahora parece que han puesto punto final.
Y por supuesto ahí está Panel Syndicate, esa pequeña editorial de cómics digitales en que Brian K. Vaughan, Marcos Martín y Muntsa Vicente cerraron The private eye con un Eisner y un Harvey en la mochila (ahora han empezado Barrier) y Albert Monteys sigue desatado con Universo!. arece que no les va mal.

De cómic español, pues además de las obras que he metido en lista, hay unas cuantas a destacar. Paco Roca siempre merece un vistazo, aunque La casa me ha dejado más frío que sus obras anteriores; eso sí, viendo las reacciones debo haber sido el único al que le ha pasado, así que tomad nota y juzgad vosotros. También muy alabados han sido El mundo a tus pies de Nadar y Lo que (me) está pasando de Brieva, autores con los que nunca he terminado de conectar, aunque en estas obras ha habido partes que me han gustado bastante. Sento se autopublicó Atrapado en Belchite, al secuela de Un médico novato. Boldú sacó otra entrega de sus obras autobiográficas con La vida es un tango y te piso bailando, que no es la mejor que ha hecho pero que, como las anteriores, merece la pena leerse. También muy disfrutables han sido el crepuscular La última aventura, de Josep Busquet y Javi de Castro, y el satírico Chorizos: atraco a la española, de Ricardo Vilbor y Ricar González. Y no podemos olvidarnos del más que recomendable Barcelona, los vagabundos de la chatarra, novela gráfica documental sobre los chatarreros de la Ciudad Condal de Jorge Carrión y sagar Forniés, ni de uno de los más interesantes libros para todos los públicos del año, el sorprendente Pablo y Jane en la dimensión de los monstruos, del maño-gallego José Domingo.

En Aragón la cosecha también ha sido muy buena este año. Para empezar, el fanzine Thermozero, cerrado tras su último número a finales del año anterior, consiguió, aunque fuera a modo póstumo, el Premio a Mejor Fanzine en el Salón de Barcelona; un reconocimiento que no ha caído en saco roto, pues, pese a su cierre, han unido fuerzas con GP Ediciones para seguir lanzando comics: el primer fruto de esta colaboración ha sido el excelente Gummy girl debut de una joven autora, Isa Ibaibarriaga, que apunta a que puede llegar bastante lejos. Precisamente GP Ediciones también ha lanzado un buen número de interesantes novedades, con nuevas entregas de dos series que parece van a seguir creciendo (La amenaza robótica de Terrer, Azagra y Revuelta, segunda entrega de El último aragonés vivo; Los cuatro trabajos y medio de Marco de Lampedusa de Chesús Calvo y Javier MC, también segunda de Vespas y Tintoretos), y con Zilia Quebrantahuesos, debut de otra prometedora autora con mucho futuro, Laura Rubio.
La gente de Malavida, por su parte, siguen editando su fanzine y otros títulos muy interesantes, como Veo por tí de Roberto Malo y Chema Cebolla; Barra libre de Chefo, recopilatorio de las páginas de Consistorio; la nueva entrega de la serie La guerra que dan las galaxias y las tiras de Las aventuras de Sid Scat, de Kalitos; y Sigo siendo un cocinicas, secuela del exitoso libro de cocina en cómic de Xcar, Azagra y Revuelta.
Y por si esto fuera poco, ha habido gran actividad fanzinera, destacando que el fanzine Los Diletantes ha iniciado también su labor como editor, con la recopilación de relatos Pulp stories y el cómic 501 de Óscar Sanz, otra de las agradables sorpresas del año.

Y con esto cierro este resumen del año. ¡Espero que hayáis tomado nota de unos cuantos títulos para echarles un ojo!