miércoles, noviembre 29, 2006
Directo a Video: Nueve tumbas (Paris Hilton vs Braveheart)
¡Vuelve la sección que todos los lectores de este blog estaban esperando! Y lo hace con Nueve tumbas, protagonizada por una famosa de auténtico lujo, nada más y nada menos que ¡¡¡Paris Hilton!!! Bueno, reconozcamos que la chica, muy famosa por sus juergas y su multimillonaria fortuna, no vale demasiado como actriz, es resultona pero no guapa e inexpresiva como pocas. Pero, eh, esto juega a su favor: su total y absoluta incapacidad para la actuación impide que sobreactúe, por lo que, si se le proporciona un papel de maniquí, puede resultar tan efectiva como cualquiera de los que protagonizan The Fuccons. En esta película tienen muy claro desde el principio todas sus cualidades, así que le dan el papel de su vida. Literalmente. Paris Hilton interpreta a una niña rica cuya máxima preocupación es ir de juerga por las principales ciudades del mundo mientras es perseguida por la prensa rosa. En la película se emborracha con sus amigos, en un par de frases deja clara su hedonista visión de la vida, y muere antes de que el papel requiriese un sólo movimiento de ceja. En alguna escena podrían haber utilizado un muñeco con una foto de su cara pegada en la cabeza y nadie habría notado la diferencia.
¡Pero, en fin! La actriz-estrella es el menor de los problemas de un subproducto que recurre, una vez más, al tan manido tópico de "grupo de amigos que se reúnen, se quedan aislados y son eliminados uno a uno". El verdadero problema es que la historia no hay por donde cogerla.
Imaginemos. Una gran mansión en las Highlands escocesas. Allí, apartados del mundo, se reúne un grupo de nueve amigos que apenas se ven desde que acabaron sus estudios universitarios. Todos inglesitos de clase alta, excepto una tímida inglesita que era la cerebrito del grupo, y su objeto de deseo, un currante escocés que llega tarde porque es el único que tenía que trabajar. Desde el principio parece claro que son estos dos proletarios los que van a protagonizar la cinta, porque, en el fondo, ¿a quién no le divierte ver morir millonarios de las formas más sangrientas posibles? En especial si son milonarios tan imbéciles como éstos. La fiesta merece también una mención especial como una de las más deprimentes jamás rodadas. En ningún momento da la impresión de que estén en una fiesta. En ningún momento da la impresión de que se lo estén pasando bien. En ningún momento da la impresión de que sean tan siquiera amigos de verdad. Eso sí, el whisky corre que da gusto, que para eso estamos en Escocia.
Total, que se desata una tormenta de nieve y la casa queda aislada, los teléfonos no funcionan y los móviles no tienen cobertura. Los niñatos se van a la cama, salvo un par de ellos que se quedan bebiendo. Y uno de ellos se carga una estantería y encuentra, en un agujero de la pared, un viejo libro. Se trata de la autobiografía manuscrita de un señor escocés que luchaba por su patria en plan Braveheart, y al que los ingleses vencieron, apresaron, arrebataron sus tierras, mataron a su familia y le arrancaron los ojos. Al leerlo, el incauto es poseído por el espíritu del Braveheart sin ojos... sus ojos desaparecen y empieza la matanza de inglesitos. Tiene mérito lo de poner tu espíritu en un libro, pero más mérito tiene escribirlo (y dibujar estupendas ilustraciones) sin ojos. Por cierto, los poseídos, ¿cómo verían, sin ojos? Bueno, da igual...
El caso es que el otro que estaba con el poseído le dan un golpe en la cabeza y queda inconsciente, luego se oye gritar a Paris Hilton y a la escena siguiente la encuentran en el suelo, apuñalada. ¿Veis la foto? Pues este es el nivel de sangre de la película. Qué triste. Mañana mismo me vuelvo a poner Evil dead 2 o Braindead, para resarcirme.
A partir de aquí todo se embarulla, unos personajes van por un lado, otros por otro, otros se atrincheran en la biblioteca, no se fían los unos de los otros, y van apareciendo más muertos. De repente la cerebrito encuentra el libro, lo lee y deduce, en un ataque de intuición, que el vengativo espíritu del Braveheart sin ojos los está poseyendo y que cada vez que consiguen cargarse al poseído, su espíritu puede poseer al asesino. Lo más alucinante no es que la chica acierte con lo que está ocurriendo, sino que los demás se lo creen sin siquiera dudar de ello. A todo esto los crímenes son demenciales, algunos incluso se producen sin querer.
Al final sólo quedan el escocés proletario, la cerebrito y el poseído de turno. La cerebrito mata (¡accidentalmente!) al poseído y se aterra al darse cuenta de que va a ser la siguiente poseída. Entonces corre a los brazos de su amado y le pide que la mate antes de que termine de agonizar el poseído, para que el espíritu no pueda entrar en ella y se cierre el círculo. Y, tras una escena sensiblona con beso incluído, así lo hace. A fin de cuentas, el protagonista de "los Inmortales" era escocés, y, ya sabéis, su lema era "sólo puede quedar uno"...
Y acaba todo. El escocés proletario se queda solo en la puerta de la mansión esperando a que pase la tormenta para irse, mientras explica en off que el espíritu del Braveheart nunca fue a por él, que sólo iba a por los ingleses, y que él nunca entró en sus planes criminales. Ah. Pues vale. Viva Escocia, tierra del primer fantasma psicópata ultranacionalista.
¿Por qué será que no me extraña demasiado que el tal Andrew Green, productor, guionista y director de esta mierda, no haya vuelto a hacer otra película?
GENIÓMETRO: 0,5/5 ed woods
Etiquetas:
Cinemanía,
Directo a Video
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario