Vale, reconozco que American Psycho 2 ya lleva mucho tiempo en el videoclub, de hecho hace años que la ví, pero, ¿cómo resistirme a la ocasión de comentar una película con William Shatner? Además la protagonista es Mila Kunis, ¡la chica que pone la voz a la hija gorda de Padre de Familia! Y, qué caray, las secuelas basura siempre han tenido su lugar en esta sección.
Para empezar, no podía faltar la tenue conexión con la película original. Resulta que cuando la protagonista es pequeña, Patrick Bateman in person seduce a su niñera y la mata delante suyo... sólo para ser asesinado por la propia niña. Qué tierna, cinco añitos y ya matando psicópatas curtidos en mil batallas. Y nosotros pensando que en España había un problema con la educación.
Convencida a raiz de ello de que su gran objetivo en la vida es capturar asesinos en serie, la chica decide estudiar criminología para entrar en el FBI. Acude a la universidad y, consciente de que la manera más rápida de alcanzar su meta es convertirse en ayudante del profesor Starkman, un criminólogo encarnado por Shatner (en realidad lo de llamar star-man al capitán Kirk es incluso gracioso) con tanto prestigio que todos sus ayudantes siempre acaban entrando como criminólogos en el FBI al acabar la carrera, se pone manos a la obra para conseguirlo.
Por desgracia para ella, la gorda secretaria de la universidad no admite su solicitud por considerar que, como estudiante de primer año, no puede optar al puesto. Quiero decir, por desgracia para la gorda. Y su gato. Que pasaba por allí.
Suprimido el obstáculo, la chica se matricula en el curso de Shatner y empieza a observar a sus posibles competidores, un par de cerebritos, la chica que se tira al profesor y el gamberro de la clase, que no tiene nivel pero sí un padre rico con muchos contactos.
La chica acepta una cita con el gamberro y él le confiesa que va a lograr el puesto porque un amigo hacker va a cambiar sus notas en el expediente. Ella sonríe, le besa, se lo lleva a la habitación, lo arroja sobre su cama y se va a buscar un condón.
No, no para nada sexual. Le echa el condón al cuello y lo estrangula con él.
Que sí, os lo juro.
Vestida con un impermeable como el del malo de Sé lo que hicísteis el último verano.
Llegados a este punto tuve que rebobinar para estar seguro de que no me lo estaba imaginando. Y no.
Vale, a partir de aquí la chica, como haría cualquiera que tuviera ese tipo de problemas sexuales, va al psiquiatra, que empieza a fascinarse con ella y que, a medida que avanza la película y habla más con ella, cada vez está más convencido de que ella es una maníaca obsesiva, psicópata en potencia, que puede estallar en cualquier momento.
Qué ideas tan absurdas, ¿verdad?
Total, sólo se va cargando a los cerebritos de la clase para que no puedan optar al puesto que quiere. ¡Ah, las víctimas de la competitividad universitaria!
Cuando la rubia que se tira al profesor le dice que ya sabe que va a ser ella la próxima ayudante, la protagonista se lo toma muy bien. La ahorca en su habitación y lo deja todo dispuesto para que Shatner encuentre el cadáver.
Cuando Shatner, hundido porque se ha muerto su amante (por cierto, ¿tiene lacrimales este hombre?, porque se pega un buen rato en plan "¡estoy llorando! ¡estoy llorando!" con la cara más seca que el Kalahari), decide que no va a coger ayudantes porque se va de año sabático para descansar, ella acude a seducirle. Bueno, más o menos. Se pone el vestido con el que la amiga se ahorcó, se pone su perfume, se pone sus colgantes y le dice a Shatner que todo lo ha hecho por su amor. Y luego lo tira por la ventana.
La protagonista mete el cadáver de Shatner en su coche, y también un cadáver que tenía medio podrido en el armario, y huye. La policía la persigue. El coche se despeña por un barranco. Encuentran dos cadáveres. Todo encaja. La psicópata obsesionada con Shatner que ha estado matando gente en el campus ha muerto. Bueno, en realidad está observando tras unos árboles, pero eso es lo que piensa la policía.
Pasan los años. El psiquiatra escribe un libro sobre los crímenes y la patología de la psicópata. Se hace famoso. Acude a ar una clase magistral para el FBI. Firma libros para los criminólogos. Una chica le pide una firma. Levanta la vista y, cómo no, ¡es la asesina (eso sí, ahora con el pelo recogido y con gafas) que ha suplantado la identidad de otra chica! El cadáver que tenía en el armario era el de la chica a quien suplantó para acudir a la universidad con otro nombre, por eso fue identificado como ella. Todo lo tenía planeado desde el principio. Por poco sentido que ello tenga. El psiquiatra se queda chafado mientras ella se aleja, sabiendo que si dice algo perderá el prestigio que ha ganado con el libro. Y ella... bueno, desde luego será buena criminóloga, porque sabe meterse en la mente de los asesinos como nadie.
En fin, no tenía mucho sentido pero me reí con unos cuantos golpes. Las he visto peores.
Y LO QUE HEMOS APRENDIDO HOY ES...: Que la universidad es una jungla. Que William Shatner no es de los que lloran. Y que no importa la imaginación que uno tenga, una chica siempre te puede sorprender en la cama.
GENIÓMETRO: 1/5 ed woods
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