¡Volvemos a escarbar en el cajón de los discos añejos! Y esta vez traigo la obra cumbre de uno de esos grupos únicos e irrepetibles surgidos en el panorama musical español de los 80: Dinamita pa los pollos.
Los Dinamita eran un grupo de Bilbao que mezclaban rockabily, country, swing y coros femeninos, con letras divertidas y una ambientación centrada en un atemporal Medio Oeste rural americano, repleto de cowboys, rancheros, camareras, camiones y bares de carretera. Debo confesar que eran uno de mis grupos favoritos y tengo todos los discos (bueno, vale... la cassette inicial no). Después mis gustos han tendido más hacia otros estilos, pero aun así cada vez que en algún bar me sorprenden con "Bourbon", "Pandilleros" o "Billy Joe" me da un subidón...
Los Dinamita se formaron a mediados de los 80, formados por Javi "90" Zaitegui (voz), Rober "Captain Mondo" Mata (guitarra y principal compositor), Óscar "Wildcat" Calleja (bajo), Miguel "Tejón" Labanda (batería) y con las "Bloody Marys" a los coros, en éstas hubo algunos cambios a lo largo de los discos pero básicamante se mantuvieron Nela y Reyes Rodríguez. Apoyados por Juanra Viles (el tercer Duncan Dhu, aquel que dejó el grupo para volver a los estudios y desde entonces a sus dos excompañeros ya no hubo quien los aguantara), fan del grupo, grabaron en 1986 un primer e inencontrable disco sólo editado en formato casette, y después firmaron con GASA, con quien lanzarían el mini LP de seis canciones No molestes a Pa´ cuando está trabajando (1988), que recuperaba varias canciones de su primera casette, regrabadas. El gran éxito conseguido por sus tres singles (los míticos "Bourbon", "Siete novias para siete hermanos" y "Rancho de pollos") puso a los Dinamita en el mapa, y prepararía el terreno para el posterior lanzamiento de Purita Dinamita (1989), que alcanzaría el Disco de Oro con éxitos como "Pandilleros", "Toro mecánico" o, sobre todo, ese mítico himno festivo que fue "Billy Joe".
No tendría tanto éxito el siguiente álbum, Sin rodeos (1990), más tranquilo y mejor producido, que tuvo un menor éxito, posiblemente porque era más maduro, con un poso más triste. Con su siguiente trabajo Juntos y revueltos (1992) volvieron al tono más festivo de sus primeros discos, pero, a pesar de buenas canciones como "Vino en mi jarra" (una fiesta con los Limones y los Celtas Cortos como invitados) y un intento de reeditar la fórmula de "Billy Joe" con "Los hermanos Jones", el disco no era tan bueno como los anteriores, no terminó de funcionar, faltó promoción, y para postre su compañía les comunicó que no les iba a renovar el contrato. Tras hacerse patentes ciertas diferencias musicales entre los miembros, decidieron que era la hora de disolver el grupo y dedicarse a otras cosas. Ya habían hecho bastante. Su carrera se cerraba con el recopilatorio Los mejores años de nuestras vidas (1993), un resumen imprescindible con dos temas inéditos.
A fin de cuentas eran un grupo de amigos con ganas de pasárselo bien, como deja claro el hecho de que la separación fuera amistosa y que después de ella pocos hayan seguido en la música: hasta donde he podido averiguar por la red, Reyes Rodríguez dirigía una pequeña discográfica, Al.leluia Records (fundada originalmente por miembros del grupo Brighton 64), producía discos y presidía la Asociación Nacional de Compañías Independientes; y Nela y Miguel se casaron y tienen dos hijos. Del resto, ni idea. Hicieron historia y se retiraron de debajo de los focos.
Pandilleros: Nos vemos en el infierno, un buen lugar para conocernos... Uno de los temas míticos de los Dinamita y primer single del disco. Comienza el disco muy fuerte con un ritmo muy bailable y una canción sobre amistad y diversión gamberra y hedonista. Espero encontrarte buscando jaleo, la nariz sangrando y rodando por el suelo, si llegas antes, guarda algo de pelea para mí. Quizá sea el tema que mejor resume la esencia del grupo.
Rock-a-bumba: Uno de los temas que musicalmente más recuerdan a La Frontera, con el Reverendo (sí, el de Wyoming) al piano. Canción sobre la invencibilidad de la banda ante la adversidad, con las chicas haciendo el coro que habrían firmado unos Tennessee más gamberros: bumba-bumbabumbabumba-bumbabumbabumba-bumbabumbabum-¡o-o-oh!
Luz de luna: Baladita cursi, para bajar un poco el ritmo y que se note que el duduá también estaba entre sus influencias. Nueva historia de desarraigo y de dejarlo todo, huir de casa e irse a ver el mar. Como hay tantas en la historia. No, no es de mis favoritas.
Toro mecánico: Por suerte, después de la pausa vuelve la juerga desenfrenada. Toro mecánico en el saloon, llena los vasos, ésta pago yo, vuelan los vasos y los camareros, estampida en el club de ganaderos, ¡a-uuuuh!, ¡toro mecánico! También fue editado como single, obteniendo un cierto éxito aunque menor que "Pandilleros" o "Billy Joe". Es otra de esas canciones festivas sobre correrse la juerga definitiva sin pensar en las consecuencias, toda una declaración de intenciones: Cierra el pico, tú no nos conoces, esto no sucede todas las noches, si mañana despertamos en la penitenciaría, ¡qué demonioooos!, ¡un día es un día!
Radio Texas: Somos tu sombra, cuatreros en las ondas, hemos venido hasta aquííí.... Uno de los primeros temas del grupo, recuperado de su primera casette y regrabado. Otra vez la rebeldía como tema recurrente, en una canción que suena, por una vez, más pop que rock.
Billy Joe: Qué se puede decir de esta canción que ya ha adquirido el estatus de popular. Himno recurrente en cualquier juerga etílica, con sus múltiples versiones y ampliaciones caseras que todo el mundo ha escuchado alguna vez. Un tema lúdico, repetitivo y sencillo, una canción pseudo-infantil que contenía la esencia de la diversión y el universo de los Dinamita. Todos hemos cantado alguna vez eso de Billy Joe en el aserradero, con la motosierra se cortó un dedo, ya no puede tocar el banjo en el rodeo, pobre Billy Joe... y sus variantes (la del huevo y la hija del ranchero es el gran clásico popular). Fue editado como single con versión extendida (incluída en el recopilatorio), y en los conciertos aún le sacaban más jugo... Si hay una canción en este disco que realmente lo haya hecho mítico, es ésta, que, además, cerraba la cara A.
Purita dinamita: Pero ay, Rosita (ay, Rositaaa), tú quieres matarme, purita dinamita tu chile con carne, y me temo que me voy a encendeeer (ay, ay, ay). Tema de aire entre country y ranchera que daba nombre al álbum. Fue el cuarto y último single extraído del disco, y el de menor éxito. Una historia de nostalgia, regreso a casa, amor... y frijoles.
Dólar de plata: Otro tema divertido, pero en esta ocasión acompañado de un cierto poso de tristeza y patetismo que se haría más evidente en su disco posterior. Pon un dólar de oro en mi sombrero y bailaré como sólo en las montañas lo sabemos hacer, pon un dólar de plata y con mi banjo tocaré sucias historias que aprendí del viejo Fred, pon unos centavos y si pagas tú los tragos, yo te haré mi mujer.
El rey del tractor: Regreso al terreno del rockabilly acelerado, divertido y un tanto desquiciado. Empieza a temblar cuando escuches el motor, deja paso libre al rey del tractor.
Un trago amargo: Otra balada triste, pero mucho mejor que la de la cara A... y, de hecho, para mí, uno de los mejores temas del disco. Mal de amores, bares y alcohol, y las Bloody Marys en su momento más soul. Un trago amargo que debo beber, esperando otro amanecer, qué importa lo que pueda parecer (uó-uó-oooh), un trago amargo que debo beber, alguien tiene que perder, mi suerte se largó tras esa mujeeeeer, tras esa mujer (has vuelto a perdeeer). Y es que después de intentar tomarse la derrota a broma en "Bourbon" (su gran clásico del mini-LP precedente), finalmente ha sobrevenido la depresión.
Marie´s the name (his latest flame): Otra canción repescada que aquella primigenia ´casette, regrabada. En esta ocasión una versión de un tema escrito por los famosos compositores Pomus y Shuman (los de "Viva Las Vegas") para Elvis Presley.
Flores y gasoil: La cara B cierra de bajón, con otra balada triste, en esta ocasión parece mostrar el lado aburrido y monótono de ese Medio Oeste rural y casi atemporal en el que suelen ambientar sus canciones los Dinamita. Nada que hacer cuando acabe en el garaje, dime cuántas mesas te quedan por servir, qué puede importar un poco de peligro, si el aburrimiento también nos puede matar. Es el momento triste del fin de fiesta. Aunque siempre podías darle la vuelta al disco y volver a empezar con las canciones más animadas.
FRIKÓMETRO: 4/5 averías
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