Will Eisner ha muerto. Fue grande. Su serie "The Spirit" fue a los cómics lo que "Ciudadano Kane" al cine. Fue pionero en considerar el cómic como una forma de arte tan respetable y digna como cualquiera y en defender los derechos de autor de los dibujantes y guionistas. Demostró que el cómic valía para todo haciendo manuales para el ejército americano durante treinta años. Fue uno de los primeros teóricos del noveno arte. Inventó el concepto de novela gráfica. Gran escritor y dibujante, revolucionó la narrativa del cómic y firmó unas cuantas obras maestras. Tan grande ha sido su sombra, que uno de los premios más importantes del mundo del cómic tomó su nombre, y que, pese a que su obra más conocida tiene sesenta años, ha obrado el milagro de que su muerte fuera reseñada a página completa en toda la prensa mundial (sí, incluído el Heraldo de Aragón, parece mentira), habitualmente poco dada a hablar de nuestro arte.
O puede que no haya muerto, que en realidad se haya puesto un antifaz y esté dibujando por ahí, de incógnito... Pero esas cosas sólo pasan en los tebeos...
Por desgracia.
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