martes, junio 28, 2005
Otra película a recuperar
Allá por 1980, Don Bluth, junto con un buen grupo de animadores, abandonaban la Disney en plena producción de Tod y Toby, molestos con la actitud de los dirigentes del estudio. Cierto es que los estudios no pasaban por su mejor momento creativo, y que Bluth estaba molesto por el hecho de que, a pesar de ello, se hubieran negado a aceptar su propuesta por considerar que la historia era "demasiado oscura". Así que Bluth se fue, se llevó a los que quisieron seguirle y creó su propio estudio, dispuesto a realizar esa gran película que no le dejaban hacer. Y vaya si la hizo.
NIMH, el mundo secreto de la señora Brisby se estrenaría en 1982. Fue un impacto que puso en evidencia la debilidad y la falta de capacidad de riesgo de los estudios Disney en aquel momento (y que, tras el éxito de la posterior obra de Bluth, Fievel y el nuevo mundo, por cierto bastante más floja que ésta, replantearía la producción de los estudios posibilitando su renacimiento), y quizá el mejor largometraje animado realizado nunca desde la época clásica del estudio del ratón Mickey, antes de que empezaran a construir parques temáticos. Sin embargo, aunque los críticos aplaudieron, la distribución no fue buena y el público no terminó de responder.
Una pena porque, efectivamente, la historia de una ratona de campo viuda y con varios hijos que trata de salvar su casa y su hijo inválido con la ayuda de una extraña comunidad de ratas dio lugar a una gran película, el mejor trabajo de Bluth. Pero quizá era, efectivamente, demasiado oscura para su tiempo. Funcionó mucho mejor entre los padres que entre los niños, pero por desgracia el concepto de animación para adultos no se extendería hasta algunos años después, con el éxito de Akira y la primera ola del anime. Por no hablar de que la magia estaba pasada de moda ante el impacto de la tecnología: lo que primaban eran robots, ordenadores, extraterrestres... triunfaban E.T., Tron, Star Wars... los 80 eran la era de la tecnología. Sin embargo, ahora convendría recuperar este clásico como la gran obra que es.
GENIÓMETRO: 4/5 grouchos
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