Hoy he estado mirando esto y me he emocionado... ¡Me estoy haciendo viejo! Aquí están... ¡las series que veía de pequeño!
La Superabuela, mítico programa infantil británico de 1985 (con una segunda temporada en 1987) sobre una abuela que ganaba superpoderes accidentalmente y se dedicaba a luchar contra el mal, que recuerdo haber visto (y disfrutado) de crío gentileza de TVE que lo programó por las tardes. Y que tenía la mejor sintonía de TV de la historia, gentileza de un inspirado Billy Connelly (y que podéis escuchar completa aquí, en los títulos finales).
Dentro del laberinto, otra excelente serie británica, realizada entre 1980 y 1982 y escrita por antiguos guionistas de ese Doctor Who que es una institución en Inglaterra pero que aquí apenas se conoce. Unos niños se refugian de la lluvia en una cueva y encuentran a un mago llamado Rothgo al que deben ayudar a encontrar un poderoso objeto llamado Nidus que contiene su fuerza vital, y que una malvada hechicera llamada Belor ha robado y dispersado por el tiempo y el espacio, contenido en el interior de un laberinto. Una serie inteligente que no trataba a los niños como tontos y que en cada capítulo adaptaba pasajes históricos o clásicos de la literatura.
Chocky, otro impresionante programa infantil de producción británica, realizado entre 1984 y 1985, aunque de tono mucho más serio y oscuro. Basado en un libro del conocido autor de ciencia ficción John Wyndham, cuenta la historia de un niño que es utilizado por un extraterrestre que se mete en su mente como fuente de información sobre la Tierra, ayudándole a desarrollar una gran inteligencia y talento. Otra muestra de que la ficción infantil no tiene por qué ser naif.
En esa época comenzaron a llegar a la televisión española producciones de la Europa del Este, especialmente checoslovacas, que con pocos recursos pero un extraordinario sentido de la maravilla lograban engancharnos al televisor. Recuerdo títulos como Arabella o Maika, la niña del espacio, pero probablemente la obra maestra fuera Los visitantes, una maravilla de ciencia ficción en la que, ante la perspectiva de un cataclismo inevitable (un enorme asteroide va a impactar contra la Tierra), varios científicos del siglo XXV viajan 500 años al pasado para encontrar una fórmula que desarrolló de niño el que después se convertiría en el más grande científico de la historia y que después se perdió, que podría ser la última esperanza para mover la Tierra y evitar el desastre. Pero lo que se planeaba como un viaje de unos minutos al pasado acaba convertido en una estancia de varias semanas... Una miniserie de 15 episodios estupenda y con un final excelente.
Y, por supuesto, el gran programa de televisión de los 80, probablemente lo mejor que se ha hecho nunca en España para la pequeña pantalla: La bola de cristal. Un programa de culto repleto de dobles lecturas, con las mejores marionetas no hensonianas jamás realizadas (Los Electroduendes), que trataba a los niños como si fueran personas adultas, y tan totalmente iconoclasta que incluía mensajes subversivos e incluso decididamente antitelevisivos; de ahí su aceptación por parte de amplios y muy diferentes sectores sociales y su cancelación en 1988. Una obra cumbre de la producción nacional, realizada con escaso presupuesto pero mucho talento; conceptualmente tan moderna, que aún no la hemos alcanzado.
Este post está dedicado a esos (pocos) lectores que tengo que tienen en torno a veinte años y no tenían ni idea de que estos programas (o, al menos, algunos de ellos) existían. ¡Saludos!
jueves, noviembre 20, 2008
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