viernes, noviembre 14, 2008

De Joann Sfar a Quentin Tarantino en cuatro grados de separación (documentados con vídeos)

Joann Sfar, para aquellos que no estéis muy puestos en materia de tebeos, es uno de los grandes autores del actual panorama del cómic francés. Creador junto con Lewis Trondheim de esa inmensa y maravillosa serie de dimensiones colosales que es La Mazmorra, ha sabido desarrollar una muy prolífica carrera como dibujante y guionista, con series como Professeur Bell, Petit Vampire, Grand Vampire o El gato del rabino, entre otras, sin olvidar sus Carnets de viaje.
Y además toca el ukelele.
Esto último no parece gran cosa, dicho así, pero el caso es que esa afición le ha llevado a hacerse amigo de Mathias Malzieu, líder del grupo Dionysos, con quien colabora habitualmente: Sfar le ha realizado las portadas de sus últimos discos e incluso (con la colaboración de Kerascoët) el videoclip de la canción Tes lacets sont des fées, incluída en su disco Monsters in love:

Por cierto, también con Kerascoët realizaría Sfar otro videoclip, Hyacinthe, para Thomas Fersen, que no me resisto a poner aquí:

Pero, volviendo a Mathias Malzieu, la colaboración de Sfar con éste llevaría al dibujante a ilustrar los libros publicados por el cantante. Porque Malzieu ha escrito un par de libros en los que cuenta la historia de los personajes de los que habla en sus últimos discos, habitantes de un mundo muy personal y mágico de influencias burtonianas. En Maintenant qu'il fait tout le temps nuit sur toi (2005) cuenta la historia de los diversos personajes que poblaban las canciones de Monsters in love, mientras que en su secuela, La mecánique del coeur, va más allá al integrar a varios de estos personajes (y otros nuevos) en una única historia, construyendo una novela y un álbum conceptual con colaboraciones de lujo (incluyendo a Jean Rochefort, Eric Cantona o Rosy de Palma) sobre un chico al que implantan un corazón mecánico que le mantendrá con vida en tanto que no se enamore; por desgracia él se enamora de una cantante andaluza.
Stéphane Berla hizo este videoclip para el tema Tais toi mon coeur, del citado disco La mecánique del coeur. El éxito cosechado ha convencido a Luc Besson para producir una película que adapte la historia, utilizando estas mismas técnicas de stop-motion, y de la que Malzieu será uno de los guionistas:

En este último tema (como en todos los del álbum en los que tiene voz Miss Acacia, la cantante andaluza de la que se enamora el protagonista) Malzieu y su banda son acompañados por Olivia Ruiz, que es la pareja de Malzieu. Olivia es una cantante de orígenes españoles que ha obtenido un notable éxito en su país, especialmente gracias a La femme chocolat, una simpática canción que le escribió Malzieu y que ahora ha publicado en español para intentar introducirse en nuestro mercado. Aunque a mí me gusta más en francés:

Precisamente a ese intento de introducirse en el mercado español obedece, sin duda, su aparición en Los conciertos de Radio 3, donde interpretó un clásico mexicano que suele llevar hace tiempo en su repertorio: Malagueña salerosa.

Un clásico que, en su momento, ya utilizara Robert Rodríguez, en una versión orquestada, para abrir esa película tan denostada y para mí tan disfrutable (y a la que aún debo un post defendiéndola) que es El mexicano:

Precisamente para esa película crearía Robert Rodríguez la banda Chingon. Con músicos de varias bandas de rock mexicano con sede en la ciudad tejana de Austin, hogar del realizador, y con los componentes del grupo Del Castillo como núcleo, Chingon aportaría varios temas a la banda sonora de El Mexicano, colaboraría en otros proyectos posteriores de Rodriguez e incluso editaría un disco (Mexican spaghetti western, inicialmente, sólo a través de su web), en el que ya se incluiría su apoteósica versión de Malagueña salerosa, una versión extraordinaria que el aclamado Quentin Tarantino, gran amigo además de Rodríguez, utilizaría como cierre de su antológica Kill Bill:

Y con eso ya hemos llegado al final. Joann Sfar-Mathias Malzieu-Olivia Ruiz-Malagueña salerosa-Quentin Tarantino. Cinco nombres, cuatro pasos. ¡Prueba conseguida!

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