jueves, noviembre 27, 2008
Tres cosas que hacen que la última de Bond suponga un hito en la saga
1. La peor canción de créditos de una película de Bond, EVER. ¿A quién coño se le ocurrió que Jack White podía componer un tema bondiano? A ver, los White Stripes estarán de moda y tendrán su público, tienen canciones buenas e incluso me atrevo a decir que un disco excelente (el White blood cells, no el sobrevalorado Elephant). Pero nunca han sonado a Bond, y nunca lo harán. Y Alicia Keys parece fuera de su género con este tema que, además, es mucho más insufrible en la mezcla utilizada en la película que en la editada comercialmente. ¿Merecía la pena hacer un dueto? ¿Por qué no hacer que la cantara directamente el autor? Por cierto, qué horror de secuencia de créditos, parecía que remontaban con Casino Royale pero han vuelto a la bazofia de las últimas de Brosnan. Echo de menos esas proyecciones sobre chicas bailando tan sencilas y a la vez tan efectivas.
2. La peor protagonista femenina de una película de Bond, EVER. ¿De dónde coño ha salido esta tía? ¿Tiene más de una expresión facial? Inédito en una chica Bond: no pone nada, nada. Aunque no sólo es culpa de la atribulada Olga Kurylenko. El realizador parece empeñado en desaprovechar un cuerpo que queda muy bien en los carteles pero que en pantalla no luce nada. Y en cuanto al guión... pero, ¿quién coño ha escrito esto? ¿Una rusa con nombre francés y del servicio secreto boliviano? ¡¡¿WTF?!! Caray, no voy a decir que todas las chicas Bond anteriores fueran grandes actrices ni mucho menos, pero al menos tenían un algo. Aunque comparte con Bond media película, en cuanto a morbo es fácilmente batida por la otra chica Bond de la peli, una pelirroja que sólo sale en tres escenas y que responde al nombre de Fields; en concreto, y según los créditos finales, ¡¡Strawberry Fields!! (no me extraña que se niegue a darle su nombre de pila a Bond). No, decididamente los guionistas no estaban inspirados esta vez.
3. La peor dirección de una película Bond, EVER. No tengo nada en contra de las escenas de acción sin sentido (de hecho, películas como Shoot'em up me parecen extremadamente divertidas). No tengo nada en contra de los montajes frenéticos y videocliperos de planos de un segundo. No tengo nada en contra de los planos con la cámara en movimiento. Pero sí tengo algo en contra de las escenas de acción sin sentido rodadas a base de planos de un segundo con la cámara en movimiento. Y más si se realizan con la suficiente falta de talento como para que el espectador acabe perdiendo las coordenadas espaciales de lo que está viendo, cuando no directamente que no sepa qué cojones está pasando. ¿Qué importa que Bond esté colgando boca abajo de un andamio, si no lo vemos, porque en pantalla tenemos un primer plano de su cara boca abajo visto fugazmente mientras la cámara pasaba por allí? ¿Podría rodarse una película de acción a base de imágenes estáticas, si se mueve la cámara lo suficientemente rápido delante de ellas y se monta a tres planos por segundo? (Bien pensado, si mueves la cámara más rápido aún, ni siquiera necesitas las imágenes) Hay una frontera entre lo visualmente espectacular y lo visualmente inaguantable, y Marc Foster ha conseguido cruzarla de todas las maneras conocidas, alguna hasta ahora sólo al alcance de Michael Bay. Uno se pregunta por qué se le encarga una película de Bond a un director que hasta ahora sólo había realizado películas de gente hablando, por más que algunas de ellas fueran notables. Debió decidirlo el mismo que contrató a Jack White. El caso es que las escenas de acción son tan embrolladas y aceleradas que apenas pueden seguirse, y por desgracia suelen ser muchas en las películas de Bond; mención especial para esa escena de lanchas en la que no te enteras de nada, y que consigue, ya es mérito, que añoremos los tiempos de El mundo nunca es suficiente. No todo es negativo, sin embargo: gracias a su frenética puesta en escena y a un guión sin chicha, el desastre dura sólo 106 minutos; en esta época de truños de más de dos horas, es de agradecer.
GENIÓMETRO: 1/5 bonds
¿La peor película de Bond EVER? No me atrevería a decirlo sin pensarlo seriamente, hay que reconocer que la saga ha tocado fondo varias veces; pero desde luego esta entrega no pasará a la historia.
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