Six, la hermandad se presenta con la apariencia de un subproducto de ciencia-ficción pero se convierte rápidamente en un panfleto ultracristiano y, lo que es peor, en una película muy, muy, muy, muy, muy, muy mala. Para empezar, no os perdáis el impagable texto de la carátula, porque tiene poquito que ver con la película. Lo que a priori puede parecer ciencia-ficción de serie B es en realidad la película que le habría gustado hacer a Jack Chick. Excluyendo los diez primeros minutos, en los que se presenta la situación y los personajes principales, y cinco delirantes minutos más (de los que hablaré más adelante) aproximadamente a los 4/5 de película, el resto consiste en prédicas sobre Jesús. ¡No bromeo!
La historia se sitúa en un futuro post-apocalíptico donde un dictador fascista que se cree Dios ha instaurado un régimen autoritario en plan nazi (guardias vestidos de cuero y torturadores calvos y ojerosos incluídos) implantando a la población un chip que bloquea sus emociones y controla sus instintos. Por otro lado, gracias al chip viven hasta los 200 años y se han erradicado las guerras y peleas. Pero también se ha erradicado el amor posesivo, practican sexo en grupo y el amor libre, ¡y eso es antinatural!, así que eso del chip debe de ser cosa del maligno. (No, en serio: a lo largo de la película el régimen es criticado más veces por su política sexual que por su fascismo. ¿No da un poco que pensar sobre los ideales políticos de estos ultracristianos?)
El problema del chip es que la persona a la que se lo ponen tiene que aceptar recibirlo, porque si no lo hace simplemente revienta el cerebro. Así que existen unas cárceles donde tienen presos a los que no tienen chip durante tres semanas hasta su ejecución. Si en ese tiempo aceptan el chip, les dan un lavadito de cerebro y la libertad.
Hasta aquí es poco original, pero se puede tragar.
Pero a los dos minutos de película, empiezan a intentar contarnos cosas. Y todo se desmorona.
Primero, los personajes. Brody y Jerry (éste interpretado por el propio guionista-director-productor), dos ladrones de coches que son traicionados por un viejo amigo que finalmente aceptó el chip. Y Tom, un tío clavadito a Javier Bardem en Los lunes al sol, un ex-policía metido a contrabandista que no ha podido superar el que su mujer aceptase el chip y le abandonase. Por aquí sale Eric Roberts haciendo un cameo de dos minutos como cliente de Tom. En la carátula lo destacan como protagonista, e incluso el nombre de su personaje (Dallas) aparece como clave en la historia. En realidad lo detienen junto a Tom y ya no vuelve a salir.
El caso es que a Tom lo torturan hasta que acepta la propuesta de su ex de infiltrarse en la prisión para contactar con los seguidores de una especie de mesías llamado Elijah Cohen al que debe localizar y matar.
En la cárcel, salvo estos tres protagonistas, todos son seguidores de Jesús. Los muros están cubiertos de textos bíblicos y a Tom le toca como compañero de celda a Luke, una especie de predicador-vidente que dice hablar con Dios, interpretado por el Baldwin aleatorio de turno.
Los cristianos son todavía más patéticos que los tecnonazis. Una panda de cumbayás que no pelean, no se resisten, no mueven un dedo en contra del tirano, simplemente esperan alegremente la muerte con expresión de éxtasis y organizan en el patio asambleas de "Cristianos anónimos". No, en serio: os puedo asegurar que casi me da algo cuando se reúnen en círculo en torno al Baldwin y éste dice "y ahora, el hermano Lewis tiene algo especial que decirnos". Muy, muy patético. Y el tío cuenta la historia de cuando vio la luz: por ir chuleándose con su cochazo (reutilizando el mismo Porsche que roban Brody y Jerry en la primera escena, cuidado que no está la cosa para gastos) ante un grupo de vagabundos que van por un camino por el campo (deben ser refugiados que huyen de la guerra, pero no explican nada), y éstos como respuesta le pegan una paliza y le roban el buga (se lo tenía merecido). Entonces aparece San Elijah (el santificado es mío) y le cura las heridas, haciéndole ver la luz de la manera más inesperada: de repente, de manera espontánea, se pone a llorar y a recitar un salmo que nunca había leído (era más divertido en Bitelchús cuando la gente se ponía espontáneamente a bailar lo de las bananas, pero tenía menos mensaje). San Elijah desaparece detrás de un átomo cuando él parpadea, pero le da igual. No está sólo, tiene a Jesús. Por eso al día siguiente, cuando "es ejecutado de una forma indolora" (su manera literal de llamar a esa gran innovación tecnológica futurista que es la guillotina), lo hace sonriente, en éxtasis, y recitando pasajes bíblicos. Mi idea es que cualquier lavado de cerebro que te reduzca a la indefensión absoluta y a la feliz resignación ante la perspectiva de la muerte debe ser peor que el que te reduce a una larga y desapasionada vida de sexo y servilismo, a fin de cuentas esta segunda opción apenas hace otra cosa que perpetuar la vida cotidiana de cualquier ciudad de hoy. Pero quizá soy yo el que tiene la mente sucia.
A la hora larga de película, ¡por fín!, el trío escapa de la prisión (por cierto, portentosa: un único y mínimo decorado para las celdas y tres míseros pasillos que recorren los evadidos hasta el parking), gracias a que la ex de Tom le pasa una llave para que pueda escaparse e ir a buscar y matar a San Elijah, y todo el mundo sabe que con una sola llave cualquiera puede huir de una "Prisión de Máxima Seguridad" (sic). Por suerte en el parking roban un 4x4, aparcado junto a un Porsche que recuerda sospechosamente a otro coche que vimos ya en un par de escenas anteriores, y huyen. Perseguidos por la policía, se salvan gracias a que Jerry hace caso a la recomendación de Luke al despedirse (la última vez que vemos a Baldwin en toda la película): "Recuerda: tenéis que coger al autoestopista, es importante" (sic). Cuando paran a coger a un encapuchado que hace autoestop, los policías pasan a su lado sin detenerse, y así escapan. ¡¡¡Lo juro!!!
Sin solución de continuidad, los tres evadidos aparecen en un refugio de cristianos regido por una tía guapísima (una ex-prostituta que Brody se intenta ligar porque lleva mucho tiempo sin acostarse con una mujer, pero de la que huye asustado en cuanto se da cuenta de que a ella le gusta... ¡para casarse con él y formar una familia!) que les da unos chips falsos para poder pasar los controles e ir a una colonia cristiana en la que se supone que está el tal Elijah. No sabemos cómo llegan allí ni qué pasa con el autoestopista. La verdad, tampoco nos importa. Sólo queremos que se mueran de una vez los puñeteros cristianos y ¡¡que alguien haga algo más que huir, esconderse o hablar de Jesús de una vez!!
Y aquí empiezan LOS CINCO MINUTOS FRENÉTICOS EN QUE SE CONCENTRA EL SUPUESTO ARGUMENTO DE LA PELÍCULA. Tom obliga al barquero a dar la vuelta, y como a pesar de saber que Tom iba a matar a su profeta no quiere volver, Tom lo tira de la barca. En el muelle se carga a los guardias nazis (o lo que sea) que les seguían y secuestra a su ex, que era la que los mandaba. Con ella como rehén y aprovechando que tiene acceso, se cuelan en el edificio donde están los ordenadores del gobierno. Superan todas las barreras de seguridad con más facilidad que un ejército de Schwarzeneggers y llegan al ordenador principal. Allí Jerry, que es un hacker, se sienta al teclado y trata de colarse en el sistema para apagar los chips. Pero son descubiertos y aparece un malo barbudo (no me enteré de quién era: ¿el dictador? ¿el jefe de la guardia? ¿el Arquitecto?) con un montón de guardias para cargárselos a todos. Empieza el tiroteo...
Y aquí han acabado los cinco minutos. La imagen se detiene, aparece una luz blanca, y San Elijah entra por la puerta, cruza un par de palabras con el barbudo y, después de que Jerry le reconozca como el autoestopista que recogieron, se va con los tres protagonistas entre luces blancas, coros angelicales y cámaras ralentizadas. Caminando y por la puerta principal. Con dos cojones.
De pronto están en Cumbayalandia. La famosa colonia cristiana es un puto camping. Jerry, ahora un devoto creyente, se queda. Tom y Brody se largan a tratar de unirse a la resistencia que hay en el norte.
Qué bonito habría sido acabar ahí.
Y qué piadoso para el espectador.
Pero no.
Y LO QUE HEMOS APRENDIDO HOY ES...: Que nunca puede uno fiarse de la carátula, ni aun siendo consciente de que va a alquilar un subproducto. Que un coche da para mucho en una película de bajo presupuesto. Y que el autor de este blog es un auténtico macarra que no tiene límites en su capacidad de tragarse basura como esta.
GENIÓMETRO: -1/5 ed woods
Por vez primera en la historia del blog, una película obtiene una puntuación negativa. ¡Enhorabuena a sus esforzados realizadores, y esperemos que no tengamos que volver a ver nada más suyo!
1 comentario:
Lo primero es pedirte que te informes bien antes de hablar de algo que deconoces o bien que se te a explicado no muy bien, con respecto a los cumbayas como dices, por otro lado esta bien tu expresión, sobre la peli pero no, impongas criterios de cine, gracias.
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