jueves, enero 26, 2006

Lila, lila

¡¡Se está comiendo el LETRERO!! Grande, pero sin cerebro... por no decir que, si le parece que el letrero sabe IGUAL que el helado de verdad, tampoco tiene paladar...
Desde que en Bizácoras surgió la idea de la Semana Internacional del Traje de Gorila la primera idea que tuve fue hablar de uno de los personajes más estrambóticos del ya de por sí estrafalario imaginario de personajes animales de Hanna Barbera: el Gorila Lila. Ya de crío me parecía el colmo del sinsentido, porque, vale, lo de que los animales se comportasen como humanos, hablasen, metiesen la pata, hicieran inventos y se vistiesen con un sombrero y una chaquetita ridícula pero fueran por ahí sin pantalones, por eso podía pasar... pero es que éste era un simio gigante de tres pisos de alto, subnormal profundo y, lo peor de todo, ¡¡era lila!! ¡Por favor! Los animales pueden vestirse, pero, ¿ser lilas? Eso no me lo tragaba.
El Gorila Lila (Grape Ape en la versión original) era lo que hoy la corrección política denominaría "alguien especial", eso sí, con un poder tremendo a causa de sus dimensiones. Inconsciente de su propia fuerza pero consciente de su capacidad para sembrar el pánico, tenía la costumbre de repetir su propio nombre, "Grape Ape, Grape Ape", como mantra tranquilizador, consiguiendo con ello la mayor parte de las veces el efecto contrario al deseado (lógico, ¿no os inquietaría a vosotros que se os acercase un simio manifiestamente subnormal de diez metros de alto?). En la versión española el mantra era "Lila, Lila", lo que todavía era más inquietante. Por supuesto, a pesar de su capacidad para causar desastres de manera involuntaria, en el fondo era un buenazo.
Kong lanzando su grito de guerra¡Me gusta ser lila!
El Gorila Lila viajaba por ahí junto con su amigo Beegle Beagle (a quien él solía llamar "Beegley Beagley"), un perro vestido de rojo que acaba siendo el cerebro del equipo más por la incapacidad de su gigantesco compañero que por méritos propios. Se trata de un personaje de mantalidad infantiloide y juguetona, tan optimista que habría podido deprimir a Don Óptimo. El perro conducía una furgoneta en la que viajaban, y, dado que el gorila no cabía en su interior, se ponía encima. Supongo que en América no hay muchos túneles. Sus viajes toman como excusa que son mecánicos itinerantes, o algo así ("tooling around the country, dealing with menaces"). Bueno, tampoco es que importara mucho.
El personaje tuvo escaso éxito y sólo se realizaron dos temporadas de sus aventuras. Apareció por vez primera en septiembre de 1975 en un show compartido con Tom y Jerry, antes del estreno del primer remake de King Kong (con quien fue pronto inevitablemente comparado -y no para bien), pero coincidiendo con el inicio de la campaña publicitaria. El show era bastante flojo, víctima del control que las asociaciones de padres imponían sobre los programas infantiles en esa época. Con decir que Tom y Jerry eran amigos y colaboraban juntos, en lugar de la violencia sin sentido que se practicaban en sus buenos tiempos en la MGM... Posteriormente, el show se ampliaría con un tercer personaje, un tal Mumbly, que no ha pasado a la historia. Finalmente en 1977 consiguió su propio show, The Great Grape Ape Show, compuesto simplemente por las mismas historias que ya habían sido emitidas en el contexto del programa anterior, pero puestas aparte.
El personaje fue en principio abandonado, pero sólo unos meses después fue repescado para el show Scooby´s All-Star Laff-a-limpics, en que aparecían casi todos los personajes de Hanna Barbera enfrascados en competiciones deportivas entre ellos. Eso le permitió mantenerse en antena hasta 1980, en que desapareció de la parrilla televisiva para siempre.
¡Camarero! ¡Hay un gorila en mi jarra!
El Gorila Lila también fue utilizado en productos de merchandising, pero no cuajó. Sin embargo, tuvo incluso su propio cómic. Editado por Charlton Comics en 1976, a comienzos de la segunda temporada de la serie, y escrito y dibujado por Frank Roberge. El éxito de los dibujos animados alcanzó también al cómic: se canceló después de tan sólo dos números. Fue recuperado dos años después cuando la Marvel se hizo con los derechos de los personajes de Hanna Barbera para los cómics y reunió a los "personajes menores" de la compañía (como el Capitán Cavernícola, los C.B.Bears o el Undercover Elephant, junto con otros personajes ya olvidados) en un comic-book llamado TV Stars en cuyo primer número nuestro simio protagonizó la portada. Pero el personaje seguía sin funcionar, y dejó de aparecer en la serie después de tres números, para no volver a aparecer en el mundo de los cómics (con excepción de las adaptaciones de los Laff-a-limpics).
En fin, no todos los cartoons de nuestra infancia tuvieron suerte...
Lila, lila

P.D.: ¡Pincha aquí para saber lo que dio de sí ayer la semana del traje de gorila!

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