El mes pasado aparecieron por fin, tras varios retrasos y una larga espera de cinco años desde el último volúmen aparecido, los dos álbums que, en principio, ponen fin a la historia de
La Mazmorra. Por ello voy a hablar hoy de mis historias favoritas de esta larga serie.
La Mazmorra fue una de las mejores series del cómic francés de comienzos de siglo XXI. Creada en 1998 por el tándem de lujo formado por Joann Sfar y Lewis Trondheim como una visión paródica de la fantasía heróica (no en vano su principal ambientación es una mazmorra como las que recorren los aventureros de cualquier juego de rol, convertida en un negocio autoconsciente), pronto creció mucho más allá. Tras el éxito de los dos primeros (y excelentes) álbums (dibujados por Trondheim) los autores abrieron varias colecciones ambientadas en distintas épocas (la línea Crepúsculo, dibujada por Sfar y ambientada cien números después del primer volumen, y la línea Amanecer, dibujada por Christophe Blain y ambientada cien números antes), lo que suponía que en caso de completarse la cronología la serie iba a constar de nada menos que trescientos números. Para complicarlo un poco más, a las tres líneas regulares se sumarían la línea Festival, dibujada por Manu Larceret, orientada al público infantil y cronológicamente situada entre los dos primeros álbumes de la serie, y la línea Monstruos, con historias centradas en personajes secundarios de la serie, con un dibujante diferente en cada número (también estaba la línea Bonus, para todo lo que no cabía en las otras, como ediciones especiales o el juego de rol).
La serie gozó de excelente salud durante algunos años, pero una vez superada la efervescencia inicial, los autores parecieron cansarse un poco; tampoco es muy extraño si pensamos que Sfar y Trondheim son autores inquietos y se encargaban al mismo tiempo de otras series. Aunque seguían escribiéndola, tanto Sfar como Trondheim abandonarían el dibujo de sus líneas respectivas, y poco después Larceret y Blain harían lo propio. El ritmo de aparición de los álbumes se hizo cada vez más irregular, y desde 2009 en que apareció
Revoluciones, sexta entrega de la línea Crepúsculo, no se había publicado nada, hasta que por fín el mes pasado se publicaron (por supuesto, en Francia) dos nuevos álbums, con los que Sfar y Trondheim pretenden poner fin a este particular universo (aunque hayan dejado huecos de sobra para retomarlo si alguna vez así lo quisieran).
En España, por alguna razón, la línea Monstruos ha sido publicada de forma irregular y en un orden caótico que, debido a la referencialidad constante de la serie, afecta a la comprensión de la saga completa. De hecho, esta línea fue abandonada en 2007 y aún estarían pendientes de publicación cuatro volúmenes de dicha línea que no estaría nada mal poder leer algún día.
A continuación os hago una pequeña lista en la que os descubro cuáles son mis álbumes favoritos de la serie (los no publicados en España no los he leído, me temo):
10. EL SEÑOR NEGRO (2003)
Tercera entrega de una trilogía que forma con
Harmaguedón y
La carta magna en la que se nos cuentan los acontecimientos que preceden y siguen al desmembramiento de Terra Amata desde el punto de vista de tres personajes diferentes, de manera que acontecimientos vistos en un volumen tendrían su reflejo o explicación en otro. Después de haber asistido a las vicisitudes de Marvin en el primero de ellos y a las del conejo Marvin el Rojo en el segundo, este tercero corresponde nada menos que a Herbert, que tendrá que enfrentarse al desmoronamiento de todo un imperio. Dibujado por Blanquet con su muy personal estilo, la idea original era que éste álbum debería haber aparecido al tiempo (o, al menos, con sólo unos meses de separación) que los otros dos de la trilogía, pero sufrió un retraso de medio año que hizo que otros tres álbums aparecieran entre medio, incluyendo los dos números posteriores de la línea Monstruos. En España, en cambio, donde empezaron a publicar la trilogía cuando ya los tres estaban publicados hace tiempo en Francia, sólo hubo que esperar cuatro años entre el primero y el tercero. Sin comentarios.
9. SORTILEGIOS E INFORTUNIOS (2002)
Cuarta entrega de la línea central de la serie y última de cuyo dibujo se encargaría personalmente Lewis Trondheim, esta historia centrada en el mundo de los magos incluye algunos acontecimientos especialmente relevantes para el devenir de la saga, como son el hallazgo por parte de Herbert de un segundo Objeto del Destino a sumar a la espada que consiguió accidentalmente en el primer álbum de la serie, y la reaparición del amoral charlatán Guillermo Delacourt, que ya había aparecido en la primera entrega de la línea Monstruos (que en España, paradojas de la edición, todavía tardaría cuatro años en aparecer), además de darnos a conocer un poco mejor el universo de la serie y la personalidad de la princesa Isis.
8. EL DÍA DE LOS SAPOS (2002)
La línea Festival es la línea para niños de la mazmorra, con historias de menos páginas y bastante más ligeras que el resto de la serie, de las que se encargó un autor brillante como Manu Larceret. Tras empezar con dos álbums un poco flojos, a la tercera entrega la línea encontró su ritmo, con una historia desternillante y sin respiro en que la mazmorra se va a ver infestada de sapos y Herbert, rodeado de vampiros, va a tener que hacerse pasar por uno de ellos para sobrevivir. Sin duda, uno de los volúmenes más divertidos.
7. LA JUVENTUD QUE SE VA (2003)
El título define a la perfección lo que encontramos en la tercera entrega de la línea Amanecer: en ella su protagonista, Jacinto de Cavaliere, va a perder (y en más de un sentido) la inocencia que hasta ese momento le había caracterizado. A partir de aquí ya no va a tener una visión maniquea del mundo, va a aprender que las cosas no son blancas o negras sino que existen tonos de gris, y que a veces la rectitud no es el camino más apropiado para alcanzar la justicia.
6. MI HIJO EL ASESINO (2003)
Dibujado por un genial Blutch, el séptimo álbum de la línea Monstruos nos presenta el primer encuentro entre un joven Marvin y el ya establecido Jacinto de Cavaliere, que posteriormente se convertiría en el Guardián de la Mazmorra, en torno a una historia de intriga y magia negra que sirve como secuela del estupendo
La noche del seductor, al que proporciona una segunda y mucho más inquietante lectura. En Francia fue publicado también en una versión especial en blanco y negro.
5. EL REY DE LA PELEA (1998)
La segunda entrega de la serie todavía mantiene el tono lúdico y humorístico de la primera, pero ya introduce ese aire más sombrío y melancólico que se acabará imponiendo en la serie. La crítica feroz que se hace tanto de la enseñanza como de la guerra le dan a este álbum un calado mayor que el anterior, pero además se introducen varios elementos importantísimos en el posterior devenir de la serie, como es el papirotazo letal de Herbert o el impresionante Tong Deum de Marvin.
4. LAS PROFUNDIDADES (2004)
Quizá por ser un álbum situado un poco en tierra de nadie entre continuidades (nivel 75) y no ser protagonizado por ninguno de los protagonistas habituales de la serie, esta joya ha pasado más desapercibida de lo que debería. Dibujada por Killoffer, viejo compinche de Trondheim en L'Association, la historia se centra en Sarela, una joven de una raza de renacuajos que, para salvar la vida ante el ataque de una escuadra del ejército submarino del Gran Khan, coge el uniforme de un soldado enemigo muerto y se hace pasar por uno de ellos. El modo en que las circunstancias llevan al personaje a evolucionar de un modo brusco e inesperado es cautivador.
3. LA NOCHE DEL SEDUCTOR (2003)
Vermot-Desroches es uno de los autores menos conocidos que han participado en La Mazmorra, no en vano tan sólo había publicado historietas cortas antes de que llamase la atención de Joann Sfar y éste le propusiese participar en la serie. Sin embargo, el novato no desmerece, y Sfar y Trondheim le proporcionan uno de los mejores guiones de toda la saga, una historia centrada en Horus y con la magia y el sexo como ejes, en la que además se incluyen bastantes referencias a la continuidad de la saga. Como ya he dicho algo más arriba, forma una especie de díptico con el también estupendo
Mi hijo el asesino.
2. EL CEMENTERIO DE LOS DRAGONES (1999)
Tercera entrega de la serie, primera en abandonar la línea Zenith e inauguración de la línea Crepúsculo. Y el nombre de la línea no es gratuíto: se trata del álbum más crepuscular de toda la colección, con un gran tono de tristeza, melancolía y decadencia mientras asistimos a lo que parecen los últimos pasos de la vida de Marvin, uno de los protagonistas originales de la serie. La conclusión, con la primera aparición del Gran Khan y la muerte del Rey Polvo, es uno de los momentos más conmovedores de toda la saga.
1. CORAZÓN DE PATO (1998)
Puede parecer extraño considerar el mejor de una larga serie al primero de todos, cuando la serie todavía no está consolidada ni se ha trazado el camino a seguir, y más cuando su condición de primer ensayo se pone de manifiesto en el tono del álbum, que vendría a ser una especie de
Los caballeros de la mesa cuadrada en comparación con el más sombrío y menos enloquecido tono a lo
La bestia del reino que acabará tomando el resto de la serie, con excepción de la línea Festival. Pero en estas primeras páginas, además de mucho humor, hay un derroche de imaginación y creatividad que los autores no serán capaces de igualar en toda la serie. Ya no es sólo que se construya un mundo completo con sus personajes y sus normas y se pongan los cimientos de una colección entera, es que a cada página se nos presentan nuevos acontecimientos totalmente sorprendentes e hilarantes, en una especie de corriente de consciencia que, si bien a veces parece que se va construyendo sobre la marcha sin un plan definido, al final, de alguna manera, funciona perfectamente.
Y éstos son mis favoritos. Si no estáis de acuerdo, ahí tenéis los comentarios...