domingo, junio 30, 2013

Sus Satánicas Majestades


Uno de los discos más infravalorados de la historia del rock, Their Satanic Majesties request ha pasado a la historia como el "disco raro" de los Stones, su desafortunado experimento psicodélico o, peor aún, su intento de copia del Sgt. Pepper's, por más que su música esté más cerca del rock más ácido de Cream o de los grupos de la escena californiana que de las melodías pop evocativas de los Beatles.
El gran problema que tiene el público con este disco es que no suena como el resto de discos de los Stones (y eso que ya en Aftermath, Between the buttons y los singles de esa época se anunciaba en cierto modo el camino que llevaría hasta aquí). Eso, y que los Stones por una vez se adelantaron a los Beatles e incluyeron una extravagante jam de ocho minutos tan insoportable como la que los de Liverpool incluirían un año después en su álbum blanco.
No es de extrañar que el resultado fuera anómalo. Los Stones estaban atravesando uno de los momentos más convulsos de toda su trayectoria. Las drogas eran el principal problema. No sólo se habían pasado el año entre juicios y condenas por posesión, sino que además el consumo y la tendencia a llevar al estudio a todos los amigos con los que eventualmente estuvieran de juerga afectaron claramente lo que podían dar de sí Mick Jagger, Keith Richards y Brian Jones, las tres principales cabezas pensantes del grupo en ese momento. Las sesiones de grabación apenas avanzaban, y se prolongaron durante meses. Su manager y productor de toda la vida, Andrew Loog Oldham, se hartó de ellos y tiró la toalla, abandonándoles y dejándoles sin un productor que pudiera haberles hecho poner los pies en el suelo un poco a la hora de grabar, haciendo de este LP el único de toda la trayectoria de los Stones en ser autoproducido por la banda. Y un mes antes de la fecha prevista para el lanzamiento del álbum no tenían apenas nada más que retales.

Así que el resultado no fue el esperado. La crítica se dividió totalmente respecto al disco, pero predominaron valoraciones negativas. El disco se vendió inicialmente bien, dada la popularidad de la banda, pero fue menos exitoso que sus trabajos anteriores, y en general los fans lo consideran su peor trabajo de los años 60. El propio grupo quedó tan insatisfecho con el resultado que al año siguiente abandonarían la ruta psicodélica para regresar a la senda del R&B, y dado que lo harían con el colosal Beggar's Banquet y seguirían con varios de los mejores álbumes de su carrera, nadie echó nunca de menos lo que podrían haber hecho de haber continuado por aquellos derroteros.
Y sin embargo, no es para nada un disco tan horrible como muchos han dado a entender. Citadel es la prueba de que los riffs de Keith Richards podían adaptarse al rock lisérgico. In another land, casi el único tema de la discografía stoniana compuesto por el bajista Bill Wyman (había otro en una recopilación de rarezas), tiene un exquisito aire a lo Syd Barrett. 2000 man empieza con aire folk para acabar explotando en rock psicodélico. Gomper quizá se alarga en exceso pero muestra a un Brian Jones pletórico en el manejo de instrumentos exóticos. 2000 light years from home es un viaje psicodélico que se anticipa a Bowie con extraños y evocadores sonidos a cargo, una vez más, del siempre experimental Brian Jones. On with the show es una divertida despedida con ecos del music hall y de los night clubs. Y She's a rainbow, con sus arreglos orquestales a cargo de John Paul Jones, que después sería bajista de Led Zeppelin, es un temazo lo mires por donde lo mires.
El posterior éxito de los Stones en su regreso a sus raíces relegaría a este disco a un papel de rareza en su discografía. Un trabajo bastante olvidado, salvo como nota al pie para decir que los Stones intentaron seguir la moda psicodélica imperante y hacer su propio Sgt. Pepper's, y fracasaron. Ninguna canción de este disco tendría sitio en sus directos durante más de veinte años. Y quizá no fuera justo.
Al menos su título, parodia de la frase que inicia el texto de los pasaportes británicos, daría pie al apodo definitivo de la banda ("sus satánicas majestades"). Era de justicia que algo perdurase.
GENIÓMETRO: 3,5/5 ringos