lunes, mayo 26, 2008

¿Qué te ha pasado, Indy? Tú antes molabas


Por alguna extraña razón, en la cuarta entrega cinematográfica de sus aventuras Indiana Jones se autoniega.
Lo hace renunciando al látigo, que apenas utiliza un par de veces en el prólogo y del que luego se olvida en casi toda la película.
Lo hace renunciando a su liderazgo: ya no es él quien investiga y decide sus objetivos, sino que se deja arrastrar por las pistas de un viejo arqueólogo sonado, como si se dejase caer por un tobogán de acontecimientos a verlas venir.
Lo hace renunciando a sus característicos arrebatos de ingenio, ya sea en forma de réplicas cortantes o de divertidas soluciones de emergencia, nada de lo cual asoma en esta película.
Lo hace renunciando a su identidad dual como profesor de arqueología y aventurero, al verse obligado a abandonar su puesto de trabajo.
Lo hace renunciando a la coherencia, esa cualidad que en las tres primeras entregas permitía al personaje caminar al filo de lo inverosímil sin llegar nunca a caerse; en ésta no sólo cae, sino que se lanza de cabeza a ella al final del prólogo y ya no regresa.
Y, sobre todo, lo hace renunciando a su nombre. Ya no es Indiana Jones, sino el profesor Henry Jones Jr.; ese es el nombre que le dan todos, a excepción de su colega Mac que tampoco le llama Indiana" sino "Jonesy". La renuncia a su propia identidad es tal que cuando trata de conseguir que el viejo profesor que ha perdido la cabeza al que da vida William Hurt lo reconozca, le dice, literalmente: "soy yo, Ind... quiero decir, Henry Jones Jr.". Tan sólo Marion, la vieja Marion, recuperada de En busca del arca perdida, le sigue llamando Indiana Jones.
Supongo que es significativo, porque esta película sólo es un Indiana Jones porque el protagonista es el mismo personaje. No es que la película sea mala, pero no está a la altura de las originales y, a riesgo de ser crucificado por decirlo, ni siquiera a la de sus mejores copias. De algunas de las cuales incluso toma algún elemento (de Tras el corazón verde, de La momia), aunque ni en eso se muestra excesivamente acertada la película, porque todo el tercer acto acaba pareciéndose demasiado al de una película tan poco inspirada como La Búsqueda 2, lo que no dice demasiado en favor del trío Lucas-Spielberg-Koepp.
Quedémonos con un prólogo prometedor en el que, aunque a veces deslucidos y otras veces forzados, sí se incluyen los elementos que hicieron grande a Indiana Jones, incluyendo varios personajes carismáticos, encabezados por la siempre colosal Cate Blanchett, que apuntan muchas posibilidades que, por desgracia, son posteriormente desaprovechadas por completo por culpa de un guión lamentable que no hay por donde coger. El resto es una montaña rusa de escenas de acción encadenadas, alguna de ellas brillante, eso sí, para evitar que tengamos tiempo de pensar en todas las incoherencias argumentales.
EN RESUMEN: Este no es nuestro Indy, es una fotocopia. Una película hecha a base de efectos visuales y momentos de acción inverosímiles con el único propósito de sacar dinero de la franquicia. A la altura de otras secuelas con argumento de videojuego, guión infame y espectacularidad mal entendida como las de Matrix, las de Piratas del Caribe o de la segunda trilogía de Star Wars. Como película de acción puede resultar entretenida, pero a los mitos hay que exigirles mucho más. ¿Por qué no entienden que por espectaculares que sean las escenas de acción en las originales son las otras escenas las que calan en el público y las hacen míticas?
GENIÓMETRO: 2/5 indys geriátricos

jueves, mayo 22, 2008

miércoles, mayo 21, 2008

El orden de los factores sí altera el producto


Utilizar el desorden cronológico en una narración como medio para amplificar el impacto de la historia no es un recurso nuevo. Los folletines decimonónicos ya hicieron buen uso de él en sus más celebradas creaciones. Tanto Dumas como Walter Scott (por citar sólo a dos de los más ilustres) utilizaron en sus novelas por entregas el recurso de finalizar un capítulo con la sorprendente aparición de un personaje del que los lectores no habían sabido nada hace tiempo (o que incluso se creía muerto) para pasar en el siguiente episodio a explicar cómo había llegado hasta allí desde el momento en que lo habíamos perdido de vista. A comienzos del siglo XXI, el recurso sigue funcionando a la perfección, sólo hay que ver Perdidos para darse cuenta de ello.
Los ejemplos se multiplican. En Memento se invierte el orden cronológico de la narración. En Matadero Cinco o en el cuarto número de Watchmen la consciencia de los protagonistas experimenta saltos temporales constantes, proporcionándoles una visión fragmentada de su propia historia. En La melancolía de Haruhi Suzumiya los capítulos se emiten en un desorden aparentemente aleatorio.

Las series de TV actuales son las que mejor utilizan esos recursos. Al ya mencionado caso de Perdidos se sumarían, por ejemplo, el milimétrico puzzle de Damages o capítulos aislados pero muy reveladores como el estupendo episodio 17 de la primera temporada de Héroes o el episodio 9 de la tercera temporada de Battlestar Galactica. Son obras en las que se invita al espectador a unir las piezas para tratar de formar la imagen global, en las que cada respuesta provoca nuevas preguntas, y en las que las conexiones entre las diversas tramas se multiplican (y por ello no entraré en un análisis más detalado, para evitar spoilers).
Y para disfrutarlas plenamente es necesario verlas en el orden en el que fueron concebidas. Porque independientemente del orden cronológico de los acontecimientos, la narración está estructurada para avanzar. Porque nos importaría poco saber que el doctor Jack Shephard tenía problemas con su padre si no fuera porque eso le ha llevado después a estar en una isla llena de peligros y a tomar una serie de decisiones y responsabilidades que de otro modo quizá no hubiera tomado. Porque se busca el impacto partiendo de lo que ya se conoce.

Memento es un constante avance desde A (el protagonista mata a alguien) hacia B (el protagonista cree que alguien está tratando de manipularle para que mate al tipo que no es) y finalmente hacia C (descubrimos quién ha manipulado al protagonista para que mate al tipo del principio y por qué). En La melancolía de Haruhi Suzumiya el primer episodio está concebido como presentación de los personajes, pese a que cronológicamente sea el 11º, mientras que el episodio final, que culmina la trama principal de la serie y nos proporciona respuestas sobre la naturaleza de los acontecimientos fantásticos que hemos visto y sobre la relación entre los protagonistas, en realidad cronológicamente sería el sexto.
El orden es importante.
Supongo que todos estamos de acuerdo.
Entonces, ¿por qué cojones Norma Editorial no edita La Mazmorra en orden, hostia?


La Mazmorra es una estupenda serie de cómics creada por Joann Sfar y Lewis Trondheim, en la que cuentan con la colaboración de la flor y nata de los dibujantes del cómic francés actual. En principio parodia de la fantasía heróica con un delicioso sentido del humor, tras el éxito cosechado por sus dos primeros álbumes el universo de la serie explotó en nada menos que ¡seis! colecciones: Zenit, dibujada por Trondheim, seguía la línea histórica de los dos primeros volúmenes, siguiendo las aventuras del pato Herbert, empleado de la Mazmorra (lugar plagado de monstruos y tesoros y dirigido por el Guardián) que adquiere accidentalmente la Espada del Destino, y su amigo el dragón Marvin, gran guerrero; Crepúsculo, dibujada por Sfar, se situaba ¡cien números después!, con las aventuras de un poco talentoso conejo guerrero, Marvin el Rojo, acompañando a su ídolo, un envejecido Marvin, en un mundo dominado por el malvado Gran Khan; Amanecer, dibujada por Christophe Blain, se remonta hasta ¡cien números antes!, contando las aventuras del joven Jacinto de Cavaliere muchos años antes de convertirse en el Guardián de la Mazmorra; Festival, dibujada por Manu Larceret, es la serie más divertida y ligera, para todos los públicos, con aventuras de Herbert y Marvin situadas entre el primer y segundo número de la serie Zenit; Monstruos son historias protagonizadas por personajes secundarios de la serie, dibujadas por "artistas invitados"; y Bonus es la línea en la que se incluye todo lo que no entra e las anteriores: el juego de rol, una recopilación de Festival, ediciones especiales en blanco y negro de algunos números...

Conforme han ido pasando los años, sin embargo, Sfar y Trondheim han ido perdiendo el impulso de sus comienzos, hasta el punto de limitarse actualmente a escribir los guiones. También Blain y Larceret han dejado paso a otros dibujantes. El tono de humor absurdo de los primeros números de Zenit ha dejado paso (salvo en la línea Festival) a un tono mucho más oscuro y trágico. La línea Monstruos se ha convertido en la más activa, acaso por sentirse los autores más a gusto escribiendo historias sin las ataduras de las líneas principales a personajes y orden cronológico; de hecho, la idea de hacer que las tres líneas centrales formaran una serie limitada de 300 números parece haberse abandonado por restrictiva: uno de los números más recientes de Monstruos se ha atrevido a remontarse hasta ¡300 números antes del comienzo de Amanecer! La línea Amanecer, por su parte, se ha saltado varios números, pasando sin problemas del -97 al -84: la línea Monstruos permite comprender los acontecimientos más importantes que han pasado entre ambos volúmenes. Precisamente el hecho de que se haya abandonado la tendencia a la historia autoconclusiva para tejer una red de referencias interconectadas es lo que mantiene La Mazmorra como una serie muy interesante, y con revelaciones y sorpresas dignas de las series reseñadas arriba.

Pero, claro, las referencias a acontecimientos vistos en álbumes previos funciona si se ha editado el álbum correspondiente. Esto ya ha traído problemas en Francia, donde algún dibujante se retrasó, y creo recordar que hubo que posponer la edición de otro álbum que ya estaba acabado porque no podía aparecer hasta que no se hubiera publicado el anterior. Y es que, pese a su multiplicidad de cabeceras, La Mazmorra funciona como una sola colección. Por favor, los nuevos lectores absteneos de tratar de leerla en orden cronológico, porque pierde: por ejemplo, el impacto que tiene descubrir al final del primer Crepúsculo quién es realmente el Gran Khan desaparece si sigues el orden cronológico y ya lo ves aparecer en algún volumen cronológicamente anterior.

En España, Norma Editorial es quien edita La Mazmorra, y aunque siempre se pueden sacar fallos (alguna inconsistencia en la traducción de los nombres de unos álbumes a otros) en general creo que están haciendo una buena labor... salvo por una cosa: no están respetando el orden de aparición original.
Si bien en las tres líneas teóricamente principales siguen el orden lógico, que para eso van numeradas, el desbarajuste que han creado con la línea Monstruos es delirante. La han ido editando atendiendo a la popularidad del autor en España, la ambientación más cercana a la línea Amanecer (de las tres líneas centrales, la que mejor ha mantenido el nivel) o vaya usted a saber qué criterios. ¿El resultado? Pues que algunos chistes se pierden, algunas referencias no se pillan y el punto de partida de algunas historias nos resulta ajeno. No es que no se puedan disfrutar los tebeos igualmente, pero no al cien por cien.
Unos ejemplos: el primer número de Monstruos, Jean-Jean el terror, en que aparecía por vez primera el arribista Guillermo Delacour, antiguo poseedor de la Espada del Destino, no vio la luz hasta después de la reaparición del personaje en el cuarto número de Zenit; el segundo, El gigante que llora, en que se explica cómo se queda la Mazmorra sin su ojo de gigante (su sistema de vigilancia), algo básico en el argumento de ese mismo cuarto número de Zenit, todavía no ha sido publicado; el tercer y cuarto números, La carta magna y El negro señor, transcurren a la vez que el tercero de Crepúsculo, y en Francia fueron publicados a continuación de éste, sin embargo en España el uno apareció después incluso que el cuarto Crepúsculo y el otro todavía no ha aparecido (parece ser que lo hará este año). Y así todo, aunque al menos con los Monstruos ambientados en la línea temporal de Amanecer parecen haber mantenido cierto orden, menos mal.
Por cierto, hace dos meses La Mazmorra cumplió diez años de la aparición de su primer álbum. ¡Felicidades! Aunque la serie se muestra bastante más irregular que al principio, sigue teniendo grandísimos momentos, en especial en Amanecer y Monstruos. Yo soy fan.

lunes, mayo 19, 2008

martes, mayo 06, 2008

Abril Greatest Hits


Buf, vaya mesecito ajetreado. Con lo tranquilo que fue marzo, y este mes no hemos parado: El día de la República. El Salón del Cómic. El Getafe-Bayern. El Chiki Facha. El Top 5 de las 5 de películas malas. Andrés Pajares se va de la cabeza. Mueren Charlton Heston y el panadero de Barrio Sésamo. Vuelve Lost. Llega el buen tiempo... Y además, todo esto:

1. En Vicisitud y Sordidez, Paco Fox nos descubrió un nuevo ejemplo de cine-despropósito nacional: S.O.S. Invasión, mientras su socio Dillinger Is Dead nos narró la impresionante historia de la Iglesia del Palmar de Troya. Demoledores documentos de la sordidez nacional.
2. Viruete nos recordó los grandes éxitos del rumbakalao. Sí, los has oído.
3. Y, siguiendo con la música, Forfy nos estremeció al recordarnos el Son Goku Makinero, complementado con un impresionante apunte realizado por Higronauta desde su momentáneo retiro.
4. Kalimero nos acercó al apasionante mundo del fake trailer.
5. Jake nos hizo un interesante listado de negocios nefastos. Vaya cracks de empresarios.
6. Frunobulax se cargó definitivamente su viejo blog y ahora está subiendo de nuevo algunos de sus más interesantes posteos. No estoy seguro de si los enlacé en su día, pero, por si acaso, ahí van de nuevo: su post de ingeniería especulativa pop y su post sobre el Doctor Demento. Tan interesantes como el primer día.
7. Oli estuvo inspirado este mes y nos asombró con historias sobre catedrales de sal, tribus perdidas, prisiones para genios, trenes en miniatura, cementerios de barcos y aviones, reactores de fisión nuclear naturales y métodos de construcción de monolitos. Vamos, para pasar un buen rato descubriendo cosas.
8. Aberron nos mostró una autopista que cruza el desierto y un alucinante video del NO-DO sobre Marte.
9. AGAF nos presentó una relectura drogata de Mary Poppins. No soporto a Julie Andrews, pero quizá debería revisarla.
10. En Cosas de Frikis, Kimota nos ofreció un espectacular top-7 de vegetales asesinos, mientras FuNeBRiS nos recordó Al Este del Oeste, con Fernando Esteso.
11. Alex X nos recordó una sitcom mítica: Alf. Ah, qué tiempos...
12. El Abuelito nos descubrió una impresionante colección de portadas de Boixcar. Ciencia ficción añeja y alucinante.
13. Absence nos mostró un cómic que mezclaba dos conceptos que nunca creí fueran compatibles: erotismo y King Kong. Tremendo.
14. Y siguiendo con los gorilas... Jotacé nos ofreció una selección de portadas de gorilas en Strange Adventures. Por si con la celebración anual de enero no teníamos suficiente. Que ya se ve que no.
15. Y, para finalizar con algo serio, Andrés G. Mendoza tradujo un interesante artículo de Jane Armstrong sobre los secuestros de novias en Chechenia. Impactante.

¡Hala! Con esto ya tenéis para pasar hasta el mes que viene. ¡Un saludo!

ACTUALIZACIÓN: Me dejaba este post de Evil Preacher sobre la polémica con China sobre el Tibet. Estoy tan de acuerdo que en cuanto lo he leído he tenido que enlazarlo.

domingo, mayo 04, 2008

El grito colectivo

Fenómeno extraño: Unos minutos antes de la medianoche medio millón de zaragozanos (la mayoría situados frente a algún televisor) estallan simultáneamente en un grito de júbilo.

El Zaragoza juega el mejor partido de la temporada, tira treinta veces a puerta y encierra al rival en su área; por desgracia la pelota no quería entrar. Pero al final la Virgen del Pilar se impuso sobre las meigas. Un milagroso gol de Ayala en el minuto 94 nos saca del descenso. Aún quedan tres jornadas, pero jugando como hoy nos salvamos seguro. Eso sí, no sufría tanto con un partido de fútbol en mi vida.
Yo creo que se nos ha oído hasta en Plutón. Han gritado hasta los que no les gusta el fútbol.

BONUS: Bernal lo veía así.

ACTUALIZACIÓN 12-5: Una semana y dos partidos después, la cosa está muy malita. Aunque los caprichos del calendario hacen que dependamos de nosotros mismos, en la última jornada hay que ganar o ganar, todo o nada, en el campo de un Mallorca muy en forma. Qué mal pinta esto...

ACTUALIZACIÓN 19-5: Aquel gol agónico no sirvió de nada, básicamente porque no se ganó ninguno de los tres partidos que quedaban. Nos vamos a Segunda como se van todos: mereciéndolo. Qué penica...