miércoles, febrero 27, 2008

Increíble pero mentira: una historia de los falsos documentales (parte 2)

Hasta ahora los primeros pasos del falso documental se producen en Inglaterra y los Estados Unidos, cosa en cierto modo lógica: son los países con una tradición televisiva más antigua (y el formato es de origen televisivo), y los que tienen una mayor inversión en producción de películas para televisión (donde más utilizado es el formato). Con la llegada de los años 70 el género se extiende a otros países y otros estilos.
En Europa la estética del falso documental o reportaje se utilizaría en el tono más dramático inaugurado por Watkins. Éste ya había utilizado el género para acercarse a la ciencia ficción, pero ahora se van a producir una serie de películas en las que la aproximación va a ir un paso más lejos en cuanto a la falsificación de la realidad: los falsos documentales sobre acontecimientos sucedidos en una realidad alternativa dejan paso a los falsos documentales sobre acontecimientos supuestamente ocurridos en nuestra realidad, y que llegan a pasar por reales para muchos espectadores. Una vertiente del género que se sigue cultivando y que incluso en época reciente consigue engañar a muchos.
Así, en 1970 se realizaría en Alemania La delegación, película para TV escrita y dirigida por Rainer Erler, que se adelanta dos décadas a Expediente X y se erige en antecedente directo de falsificaciones tan convincentes de la historia de las conspiraciones como Operación Luna, pero también de Holocausto caníbal, The Blair Witch Project y similares, por cuanto se supone que es un documental confeccionado a partir de grabaciones encontradas en el coche del protagonista después de su muerte. La película sigue la investigación de Will Roczinski, reportero de un canal de televisión alemán que es enviado a cubrir la celebración de un congreso de ufología, y allí se encuentra con una mujer canadiense que le dice que sospecha que fue abducida. Roczinski se decide a comprobar su historia, y la película es la grabación de su cada vez más obsesiva investigación. Tras ser emitido, el canal de televisión recibió varias cartas de aterrados telespectadores que se habían creído la historia. Tuvo tanto éxito que Erler lo publicaría en forma de libro en 1973.

También alemana (y también para TV) sería Das millionenspiel, realizada por Tom Toelle en 1970, y que se adelanta casi tres décadas a los actuales reality shows. Basada en un relato del escritor de ciencia ficción Robert Sheckley, cuenta la historia de un hombre que participa en un concurso de televisión en el que ganará un premio millonario si consigue evitar que tres asesinos le den muerte en una semana. La premisa preconizaba el auge de los reality shows y sería utilizada posteriormente por Stephen King en su novela El fugitivo (que sería adaptada al cine con Schwarzenegger como protagonista). Pero lo interesante del asunto es que la película simulaba ser la retransmisión del programa (cortes publicitarios incluídos), como si fuera real, imitando todo el estilo de los programas y concursos televisivos de la Alemania de la época, con el presentador hablando con el público, con un ballet y finalmente con la introducción del concursante de la semana siguiente. A pesar de la fantástica premisa, la falsificación fue tan convincente que muchos televidentes creyeron que era real: la cadena recibió cartas contra el programa, solicitudes para participar e incluso una solicitud para ser uno de los cazadores (las cartas serían posteriormente utilizadas para un estudio psicológico por la Universidad de Colonia). Por algún problema de derechos, sin embargo, la película fue archivada durante treinta años, no volviéndose a emitir hasta 2002.

Esta corriente falsificadora tendría su culminación con uno de los grandes hitos del subgénero: Alternative 3. Falso documental de una hora realizado en 1977 por Christopher Miles para Anglia Television (un canal local inglés con sede en Norwich), fue emitido como si fuera un capítulo más de una serie de documentales científicos que emitía dicho canal en aquella época. Se suponía que iba a ser emitido como broma coincidiendo con el April's Fool, pero por cuestiones de producción la emisión se retrasó hasta junio. En él unos documentalistas que investigan sobre la fuga de cerebros británicos a otros países acaban destapando un programa secreto conjunto de americanos y rusos en el que, en previsión de una inevitable catástrofe medioambiental que va a producirse (debido a la superpoblación y el calentamiento global, el planeta va a caer en una nueva glaciación), ambos bandos colaboran para buscar varias alternativas, siendo la tercera la colonización de Marte, desde una base secreta instalada en la Luna.
A pesar de que el programa acreditaba a todos los actores que habían participado, dejando claro que todo era ficción, gran parte del público se creyó la historia, desatando un fenómeno parecido al de la Guerra de los Mundos de Welles, con el añadido de que los ecos todavía no se han disipado. En vista de la controversia que el programa había provocado, Anglia Television emitió tres días después un comunicado indicando que el documental era falso; pero los conspiranóicos interpretaron este hecho como fruto de las presiones del gobierno británico para ocultar la verdad. El documental no volvería a ser emitido en televisión ni sería editado en video, de modo que no pudo verse de nuevo hasta su edición en DVD más de veinte años más tarde; el hecho de que fuera inencontrable también fue interpretado como una maniobra para taparlo todo. El éxito del programa daría lugar a que en 1978 se publicase una novelización ampliada de la historia a cargo de un escritor lamado Leslie Watkins (nada que ver con Peter Watkins, aparte de la nacionalidad); no ayudó a calmar los ánimos el hecho de que éste posteriormente sostuviera que, si bien el programa era ficción, más tarde había encontrado indicios de que accidentalmente se había acercado muchísimo a la verdad. Incluso hay por la red gente que recopila pruebas de que Alternative 3 no era un falso documental, sino un documental de verdad. En suma, todo un fenómeno social.
También bebieron de Peter Watkins los italianos Gualtiero Jacopetti y Franco Prosperi, si bien su propuesta no se orientó hacia la ciencia ficción. Los realizadores de Mondo Cane se acercaron en 1971 a la recreación de una ficción histórica (algo parecido a lo que ya había hecho Watkins en Culloden) con Adiós tío Tom, en la que los dos documentalistas italianos son trasladados en el tiempo a la América del siglo XVIII para realizar un documental sobre la esclavitud. Con imágenes extremadamente crudas y realistas, sin concesiones, presentan un retrato en absoluto suavizado de lo que fue la época, con una cuidada atención puesta en la recreación de la época y con imágenes de cientos de esclavos negros tratados (literalmente) como animales, padeciendo extrema violencia (palizas, torturas, violaciones y asesinatos incluídas en el lote), siendo progresivamente deshumanizados y no recibiendo la más mínima clase de compasión. El documental incluye una parte moderna en la que se trata de comparar la situación contemporánea (de finales de los 60) de los negros en América a la de la época de la esclavitud, y no es que la edad contemporánea salga tampoco muy bien parada.

El falso documental, como puede verse, crecía artísticamente, y varios autores de prestigio se atreverán a acercarse al género. En 1974 será nada menos que el genio Orson Welles el que se aproxime al género con Fraude. Realizada en Francia con escaso presupuesto, la película comienza como un verdadero documental que reflexiona sobre la naturaleza del arte a través de la vida de dos conocidos embaucadores, el pintor Elmyr de Hory (falsificador de cuadros) y su biógrafo Clifford Irving (famoso por haber fingido ser el biógrafo oficial de Howard Hugues), a los que se une el propio Welles, que también se utiliza a sí mismo como ejemplo; pero finalmente la película culmina con Welles engañando al espectador y finalmente revelando el truco, ilustrando con su propio ejemplo la belleza de una buena falsificación.
También Federico Fellini realizaría en 1978 un falso documental para la televisión italiana, Prova d'orchestra, en el que una orquesta llega a una vieja capilla para preparar un concierto, mientras son grabados y entrevistados por un equipo de la televisión que ha venido a cubrir el concierto, y se desata un conflicto entre los músicos y el director de orquesta. Supuso, además, la última colaboración de Fellini con el compositor Nino Rota, que moriría al año siguiente.

El británico Peter Greenaway será uno de los autores que más partido saquen al género, utilizándolo para hilar sus ejercicios de cine experimental. Tras un par de acercamientos en sus cortometrajes de los 70, en 1978 dirige el mediometraje Vertical features remake, en el que un grupo de estudiosos con diferentes puntos de vista intenta reconstruir un film incompleto compuesto de imágenes de objetos verticales atribuido a Tulse Luper (personaje que Greenaway ha utilizado en varias películas). A pesar de partir de unos presupuestos comunes, cada estudioso realiza una reconstrucción totalmente diferente.
No sería la última vez que Greenaway utilizara el formato. En 1980 realizará The Falls, su primer largometraje (después de más de 15 años haciendo cortometrajes y mediometrajes), un falso documental de más de tres horas. En él, la humanidad ha sido afectada por un misterioso acontecimiento conocido como Suceso Desconocido Violento (Violent Unknown Event, VUE), que ha matado a muchas persoans, pero que ha afectado a algunos supervivientes dándoles la inmortalidad pero también provocándoles una serie de desórdenes físicos o psíquicos, generalmente relacionados con los pájaros. Para estudiar el fenómeno, se ha realizado un listado de todas las personas del mundo que se encuentran en esa situación, y el documental se limita a seguir tan sólo un pequeño extracto de ese listado, en concreto cuenta la vida de las 92 personas de la lista cuyos apellidos comienzan por las letras FALL; de ahí el título de la película.

Y aquí nos detenemos por hoy. En la próxima entrega nos centraremos en cómo se desarrolló en este mismo período el falso documental en América y Australia, donde predominará una utilización cómica del género.

Continuará...

martes, febrero 26, 2008

Conclusiones del debate electoral

A Rajoy le gusta Punch-Drunk Love. De ahí que le copiara el traje a Adam Sandler.

martes, febrero 19, 2008

Increíble pero mentira: una historia de los falsos documentales (parte 1)

Ahora que el formato está en su apogeo, con obras que van desde la falsificación contrafactual de C.S.A. hasta la provocación con cámara oculta de Borat, pasando por la sitcom de The Office y el testimonio en video de The Blair Witch Project y seguidoras, REC y Cloverfield incluídas, no cabe duda de que el género del falso documental ha sido uno de los grandes hallazgos de la narración audiovisual de los últimos años. Favorecido por una estética que permite presupuestos bajos (y que progresivamente se ha hecho más popular gracias a la era del Youtube) y, de rebote, por el auge en popularidad conseguido por los documentales desde el boom mediático de la serie Cops y de Michael Moore y su Bowling for Columbine, el género vive una Edad de Oro que está dando algunos frutos realmente brillantes.
Si bien la famosa retransmisión radiofónica de La Guerra de los Mundos de Welles en 1938 supone ya un antecedente por su similar utilización de un formato popularmente asociado a la no ficción, el origen del género se debe no tanto a una influencia directa como a la habituación del público (y de los realizadores) al lenguaje visual, primero, de los documentales, y, posteriormente, de los reporteros televisivos de noticias, que finalmente (como en su momento hizo Welles con los noticieros radiofónicos) serían utilizados para obras de ficción.
Por ello, no es de extrañar que el origen del género fuera televisivo. Parece ser que el primer falso documental (o, al menos, el primero en tener cieto eco) se produjo en 1957, curiosamente no en un programa de humor sino en un conocido y popular programa de documentales de la BBC. Fue allí donde, a modo de celebración del April's Fool (el equivalente por aquellos pagos de nuestro Día de los Inocentes, solo que ellos lo celebran el 1 de Abril), y a propuesta del cámara Charles de Jaeger, se produjo una pequeña pieza de tres minutos en la que se hablaba de los cultivos de árboles de spaghettis en Suiza. Tras la emisión, la BBC recibió cientos de consultas sobre la autenticidad del reportaje o sobre el modo en que se podían cultivar aquellos árboles.

A partir de ahí, la falsificación de la realidad comenzaría a ser cultivada regularmente, algo a lo que no sería ajeno el bajo coste de una producción de este tipo, algo nada desdeñable cuando comenzaban a notarse los primeros síntomas de un estancamiento económico global (que se convertiría oficialmente en crisis con la subida del precio del barril de petróleo en 1973), y coincidiendo además con el auge del cine independiente, que precisamente no tenía demasiado dinero para invertir.
El inglés Peter Watkins sería el pionero en aprovechar las posibilidades dramáticas del género para realizar un cine de alta carga política. Tras utilizar la técnica en varios cortometrajes, en 1964 Watkins grabaría para la BBC su primer largometraje, un documental sobre la batalla de Culloden (en 1746) como si fuera un reportaje de guerra, con el cámara en medio de la acción, imitando (con toda intención) las imágenes que en aquellos momentos se retransmitían de la Guerra de Vietnam. Al año siguiente Watkins iría mucho más lejos con The war game, en el que a modo de documental histórico se muestran las consecuencias de un conflicto nuclear para la población de una pequeña localidad inglesa en las que cae un misil nuclear soviético. Este documental iba a ser emitido en 1966 coincidiendo con el aniversario de la bomba de Hiroshima, pero la crudeza de su descripción de los efectos de un ataque nuclear sobre Inglaterra hicieron que la BBC lo archivara y no sería emitido hasta 1985, aunque para entonces ya era una pieza de culto, había podido verse en cineclubs y había sido editado en video, e incluso había ganado el Oscar al Mejor Documental en 1966.
Posteriormente, y ya al margen de la BBC, Watkins continuaría utilizando el formato de reportaje al estilo televisivo para ilustrar comprometidas distopías futuristas. Sin embargo, el fracaso comercial de Privilege (1967), posteriormente convertida en película de culto, unido al descontento por la decisión de la BBC de no emitir The war game, llevaría a Watkins a abandonar Inglaterra y a realizar sus siguientes películas en diferentes lugares del mundo (ha vivido en Suecia, Canadá y Francia), con trabajos como The gladiators (1969, realizada ya en Suecia) o su película más conocida, Punishment Park (1970), la única que realizó en Estados Unidos, en la que, en un futuro alternativo en el que Nixon ha declarado el estado de excepción ante las protestas populares por su decisión de bombardear Vietnam, militantes por los derechos civiles son condenados a tratar de cruzar un desierto sin agua ni comida mientras son perseguidos por soldados como parte de su entrenamiento. La película se cuenta desde el punto de vista de unos documentalistas ingleses y alemanes que cubren tanto la caza en el desierto como el juicio al siguiente grupo de acusados que serán enviados al desierto.

Mientras tanto, en América, Jim McBride experimentaba con el concepto en David Holzman's Diary (1967), en el que se cuenta la historia de un joven aspirante a cineasta cuya vida se desmorona y que decide grabarse a sí mismo para hacer un documental sobre su propia vida. Un falso ejercicio de cinema verité probablemente influído por el cine experimental de la escena neoyorquina del momento (en concreto pensaba en los diarios de Jonas Mekas), que quizá fuera el primer ejemplo de película que simula partir de una grabación casera y personal, en una época en la que tener una cámara no era tan habitual como ahora.
La utilización del formato de falso documental con propósitos cómicos no tardaría demasiado en aparecer, aunque en sus primeras intentonas estarían todavía muy lejos de la verosimilitud de los trabajos de Watkins. En América el primero en intentarlo será Woody Allen, si bien Toma el dinero y corre (1969) es más una sucesión de escenas estructuradas por un hilo narrativo que simula un documental (testimonios incluídos) que un verdadero intento de simular un documental sobre hechos que hubieran ocurrido. La película, de todas formas, es muy divertida y lanzó la carrera como director de Allen, que posteriormente revisitaría el género, como se verá más adelante.
Mientras tanto, en Inglaterra el primer intento es una película para televisión llamada How to irritate people (1968), en realidad una simple sucesión de sketches engarzados con una estructura de falso documental sobre, ejem, las maneras de irritar a la gente. John Cleese, Graham Chapman y Michael Palin están presentes y algunos gags preludian a los Monty Python, pero todavía no alcanzan el nivel de subversión de sus posteriores (y míticos) trabajos. Sin embargo, sólo un año después los tres mencionados junto con Terry Jones, Eric Idle y Terry Gilliam crearían el archiconocido Monty Python's Flying Circus en el que, precisamente, pondrían patas arriba, entre otras cosas, los programas culturales clásicos; los Python harían falsos reportajes, falsas entrevistas, incluso falsos documentales (ya desde su primera entrega: mítico el sketch sobre la utilización bélica del chiste más divertido del mundo) y, en fín, cambiarían para siempre el modo de ver el serio mundo de la cultura. No será casual que después de los Monty Python la mayoría de los falsos documentales hayan optado por la comedia. Tampoco lo será que a uno de los Python corresponda el honor de inaugurar el subgénero de mayor éxito dentro de este género. Pero todo eso lo veremos en las próximas entregas.

Continuará...

martes, febrero 12, 2008

Enero Greatest Hits


Después de una semana de gripazo, fiebres y dolores, vuelve el blog a la actividad con su ya habitual recopilación mensual de enlaces.

Para empezar, decir que el video que ha hecho furor este mes en la blogosfera ha sido este "making of" de cómo tres amigos con tiempo, habilidad y paciencia, pueden hacer ellos solos un video del desembarco de Normandía. Aunque si tengo que elegir lo más fuerte de la videosfera este mes, está claro que tendría que quedarme con So it begins, el último Missing Piece de Perdidos (ya sabéis, esos pequeños fragmentos de un par de minutos que los creadores de la serie produjeron para teléfonos móviles en la espera antes del estreno de la cuarta temporada). Es el mejor de los trece producidos y le da un giro inesperado a algunas cosas que creíamos saber. Tremendo.

Y además, esto:
1. ¡Tremendo mes en la web de Viruete! El titular nos contó la carrera musical de Emilio Aragón, su socio Wally Week nos habló de un pack de juegos muy malos de películas de los 80, y luego celebraron la Semana Rambo con una impagable serie de artículos sobre una copia indonesia de Rambo, la serie de dibujos de Rambo, el Rambo Total Mix, la Ramboxplotation, los videojuegos de Rambo y hasta un último artículo para todo lo demás. Vamos, un repaso completo a todo. Bueno, a casi todo, faltaban las películas de Rambo, pero, ¿es que acaso son lo importante del fenómeno?
2. Absence habló de la importancia de los autores judíos en el mundo del cómic, y luego celebró el Día Internacional del Traje de Gorila recordando a Mytek el Poderoso y a varios profesionales del traje de gorila.
3. Evil Preacher se marcó un post absolutamente imprescindible sobre el Mazinger Rojo: una odisea plagial que parte de Japón, pasa por Taiwan y, en un extraño giro de los acontecimientos, desemboca en Valencia.
4. En Vicisitud y Sordidez Dilinger Is Dead nos habló de los artistas producidos por Stock, Aitken y Waterman... ¡ah, aquellos horribles 80! Y para rematar, Paco Fox nos obsequió con una nueva entrega de su recopilación de películas clónicas. Buf.
5. En Tierras de Cinefagia, Álex hizo un interesante artículo sobre famosos y porno.
6. Oli nos contó el mayor acto de espionaje de la historia, y no lo llevó a cabo el servicio secreto de un país. Y también nos habló del mayor accidente aeroespacial de la historia y de la máquina del fin del mundo, que parece que no es sólo algo que salía en una película de Kubrick.
7. El Higronauta siguió encontrando delicias musicales balompédicas: la banda sonora de Las Ibéricas F.C. es grande, pero lo de Maradona y los hermanos Calatrava entra en el terreno de lo mayúsculo.
8. Roski celebró la Semana de los Marcianitos, en la que comentó alguno de los mejores videojuegos de nuestra vida. Y, por si acaso, puso un índice a su historia de los videojuegos, por si alguien se había perdido.
9. Aberron nos mostró una ciudad enterrada en la arena.
y 10. Además de seguir subiendo Mondo Bruttos, Frunobulax quiere también proporcionarnos Cerebus, de momento hay tres tomos pero espera conseguir el resto.

¡Hale! Pues esto es todo por hoy. ¡Espero que lo disfrutéis!