Y concluímos nuestro repaso a lo más destacado del 2012 con la esperada lista anual de los mejores videoclips del año. Después de ver cientos de videos y haber acabado preselecionando unos ochenta, lo más difícil es hacer la selección final, pero éstos son finalmente los elegidos:
15. GORILLAZ "DO YA THING"
Dirigido por Jamie Hewlett
En un reencuentro auspiciado por Converse para promocionar unas nuevas zapatillas, Gorillaz volvieron a reunirse (junto a Andre 3000 y a James Murphy de LCD Sounsystem) después de que las relaciones entre Damon Albam (motor musical) y Jamie Hewlett (motor estético) se hubieran agriado en la época de Plastic beach. El video, dirigido por el propio dibujante y repleto de guiños a los fans, no es sino una expresión animada de la desazón a la que los creadores del grupo habían acabado llegando, y no es casual que concluya con la sensación de libertad que supone dejar atrás el proyecto. Aunque sólo sea por el momento.
14. RAVEYARDS "REMEMBER"
Dirigido por Charles de Meyer
El reflejo visual de un infarto fatal y de la incomprensión del mundo ante la desgracia.
13. DANNY BROWN "GROWN UP"
Dirigido por Greg Brunkalla
Si hubiera que dar un premio al mejor actor en el mundillo de los videoclips, se le podría dar a este chaval que interpreta a un Danny Brown niño a medio camino entre ser malote y seguir siendo mono. Incluye, además, una broma personal de Brown sobre el origen de su maltrecha dentadura.
12. DAVID BYRNE & ST.VINCENT "WHO"
Dirigido por Martin de Thurah
Un conductor borracho atropella a una joven y su mente confusa recrea la escena con ciertas variaciones autoexculpatorias. ¿Ha sido ella la que se ha arrojado al suelo? ¿El coche ha empezado a echar humo y no se veía bien? ¿Había testigos? ¿Todo es una conspiración? ¿La joven es una acosadora que trata de acercarse a él tumbándose en la carretera a su paso? Qué más da, el video resulta tan críptico como hipnótico. En cualquier caso los (ya clásicos) movimientos espasmódicos de David Byrne (a los que Annie Clark trata de sumarse) se hacen dueños de la función.
11. CLOCK OPERA "ONCE AND FOR ALL"
Dirigido por Ben Strebel
Una de las historias de amor más tiernas del año. Al final sueltas la lagrimita.
10. KEATON HENSON "SMALL HANDS"
Dirigido por Joseph Mann
Ha sido un buen año para los videos de animación, y para demostrarlo ahí están joyas como Two against one (Chris Milk y Anthony Francisco Schepperd para Danger Mouse & Daniele Luppi), The rifle's spiral (Jamie Caliri para The Shins), Bad medicine (de Joseph Brett para Liz Green) o el navideño Mr. Frosty Man (Lee Hardcastle para Surfjan Stevens). Pero quizá la joya de la corona sea este conmovedor retrato de relaciones que acaban en tragedia. Cuando una rana de trapo es capaz de conmoverte, es que el narrador ha hecho muy bien su trabajo.
9. JUSTICE "NEW LANDS"
Dirigido por Canada
Definitivamente, este grupo de realizadores españoles han conseguido hacerse un nombre internacionalmente en el campo del videoclip. Su confirmación ha sido este espectacular remedo de Rollerball que tiene más emoción en cinco minutos de la que tuvo en dos horas aquel infame remake que hizo John McTiernan hace unos años.
8. ANTONY AND THE JOHNSONS "CUT THE WORLD"
Dirigido por Nabil Elderkin
La historia de una revolución. Contada con un ritmo pausado que hace que cuando llegue el punto de giro todavía sea más impactante.
7. THE SHINS "SIMPLE SONG"
Dirigido por Daniels
Un padre muere y, como sus hijos le odian, decide legar su casa al primero que encuentre la escritura que ha escondido en alguno de sus rincones. Lo que parece la última faena de un padre a sus hijos acaba convirtiéndose en un acto de cariño cuando su búsqueda despierta sus recuerdos. Un video estupendo que se hace muy corto para lo que el argumento podría dar de sí y que anuncia que a Daniels se les está empezando a quedar pequeño el campo del video musical.
6. OK GO "NEEDING/GETTING"
Dirigido por Brian L. Perkins
OK Go se han hecho con una importante base de fans a base de realizar videos muy originales y personales, y aunque algunos pensaban que quizá iban a venderse y a reducir esfuerzos, siguen regalándoles a sus seguidores obras como ésta en la que reproducen una de sus canciones con un coche.
5. THE BLACK KEYS "GOLD IN THE CEILING"
Dirigido por Harmony Korine
El siempre experimental realizador Harmony Korine ha realizado para The Black Keys uno de los videos más extravagantes del año. Con la estética de una cinta VHS que ha sido grabada demasiadas veces, loops de un segundo, momentos en que la mala calidad de la cinta hace perderse el sonido y hace temblar la imagen, e incluso con un final que parece otra cosa aleatoriamente grabada encima. Y aun así, la imagen de los Black Keys transportados por una especie de dobles gemelos suyos no deja de ser llamativa, hipnótica e icónica.
4. ALIALUJAH CHOIR "A HOUSE A HOME"
Dirigido por Daniel Fickle
Éste es una debilidad personal. Un trabajo premiado en múltiples festivales y una de las historias más hermosas de este año.
3. ZEBRA KATZ "IMA READ"
Dirigido por Ruben XYZ
El tono oscuro de la canción encuentra su perfecto reflejo en las imágenes de este video. Una tétrica escuela fotografiada con colores apagados y en la que un par de colegialas enmascaradas (con una primera aparición que remite a El resplandor) y varios símbolos arcanos dan al conjunto un aire diabólico.
2. FOSTER THE PEOPLE "HOUDINI"
Dirigido por Daniels
La despersonalización del artista por parte de la industria de la música es llevada a sus últimas consecuencias en este divertido video que se inicia con la muerte accidental de los músicos y sigue explicando de qué modo esa circunstancia no va a detener la maquinaria. Una sátira descarnada que culmina en un último plano demoledor.
1. GOTYE "EASY WAY OUT"
Dirigido por Darcy Prendergast
Este cantante australiano de origen belga cuida bastante los elementos visuales de su música y hace unos videos de lo más artísticos. En esta ocasión, un falso plano secuencia circular y con mezcla de acción real y animación le sirve para recrear la desesperación de la vida rutinaria en un video de tres minutos.
0. PSY "GANGNAM STYLE"
Dirigido por Lee Bo Young
Aunque he preferido dejarlo al margen, obviamente ninguna lista de este año estaría completa sin al menos una mención al video más visto de la historia de Youtube, que ya incluí en la lista de imágenes del año. Un video gracioso realizado en gran medida a base de escenas improvisadas sobre la marcha y cuyo éxito se ha basado no poco en el tremendo shock que en Occidente supone el humor oriental, que para nosotros muchas veces es un absurdo WTF. Por alguna razón no es nada fácil averiguar quién dirigía, la única referencia que he encontrado parece hablar de un tal Lee Bo Young, pero no he podido confirmarlo; la dirección creativa, de todas formas, es básicamente del propio PSY.
NO ENTRARON, PERO MERECEN UNA MENCIÓN: La abducción y creación del ser humano "perfecto" de Paddling out y su secuela The wave (ambos de Andreas Nilsson para Miike Snow); la surrealista autodestrucción del grupo en Holding on to something (de Scott Cudmore para Parlovr); el día a día de un prostituto travesti de Hey Jane (de A.G. Rojas para Spiritualized); la historia de un crimen contada hacia atrás de Breezeblock (de Ellis Bahl para Alt-J); el ataque de ansiedad en pleno casting de This head I hold (de Keith Schofield para Electric Guest); las orgías de repeticiones que son Free (the editorial me) (de Ninian Doff para Darwin Deez), The frog (de Joe Vanhoutteghem para The Hickey Underworld) y True thrush (de Ben O' Brien y Dan Deacon para el propio Dan Deacon); el trailer de película de serie B a lo Knights of Cydonia que es Roland, I feel you (de Philip Kaessborer para Get Well Soon); y ese experimento de Elige tu propia aventura en video que es Met before (de Jordan Fish para Chairlift).
MENCIONES ESPECIALES: Por alguna razón todos los críticos están que no cagan con Bad girls (de Romain Gavras para M.I.A.) y Oblivion (de Emily Kai Block para Grimes), que a mí me dejan totalnmente frío. También han llamado la atención los enfrentamientos callejeros de No church on the wild (de Romain Gavras para Kanye West), la aventura épico-romántica de Thinking bout you (de H5C para Frank Ocean), y varios videos con actores famosos: Shia LaBeouf en Fjögur píanó (de Alma Har'el para Sigur Rós), Elijah Wood en Tiny tortures (de David Lewandowski para Flying Lotus), Jake Gyllenhaal en Time to dance (de Daniel Wolfe para The Shoes) o Helena Bonham-Carter en Out of the game (de Philip Andelman para Rufus Wainwright).. Y nada menos que David Lynch se atrevió también a hacer sus pinitos con Crazy clown time, para una de las canciones del disco que él mismo sacó este año.
Y con esto cerramos el resumen del año. ¡Espero que lo hayáis disfrutado, y que vaya todo muy bien en este que empieza!
lunes, enero 14, 2013
sábado, enero 05, 2013
Lo mejor del 2012: cómics del año
Seguimos con el resumen del 2012 con una entrada dedicada a los mejores cómics del año. Como ya expliqué el año pasado, aquí mezclo cómics editados este año en España con cómics editados fuera que he podido leer, así que el resultado es un batiburrillo un poco extraño, pero creo que os divertirá:
15. HUMOR CRISTIANO, de Alberto González
El humor vitriólico y sin piedad de Alberto González, conocido sobre todo por sus animaciones y los montajes que realiza para El Intermedio, rebosa en esta colección de chistes, textos e historietas cortas entre las que hay varias genialidades. Imposible no soltar unas cuantas carcajadas.
14. FATALE, de Ed Brubaker y Sean Phillips
Cuando se anunció Fatale, el título, la portada y el tándem de autores (que ya hacían la excelente Criminal) gritaban género negro a todos los vientos. Qué sorpresa descubrir que, pese a utilizar algunos clichés y mecanismos del género negro, la serie se entroncaba más en la tradición del horror lovecraftiano. Un mosaico de historias ambientadas en diferentes épocas dan forma a un conjunto unitario con una misteriosa mujer como eje.
13. THE BOYS, de Garth Ennis, Darick Robertson y Russ Braun
Nunca fui fan de Predicador, pero tengo que rendirme al talento de Ennis con el final de The Boys. Las semillas que había ido sembrando a lo largo de la serie han acabado dando sus frutos en el momento de la conclusión, y los dos últimos arcos argumentales son de los que cortan el aliento. El largamente esperado enfrentamiento final con los superhéroes es un momento álgido para el que Ennis se reserva un hábil giro de guión, pero en vez de dejarlo ahí todavía entrega un último arco en el que no puedes evitar conmoverte por alguno de los personajes más hijos de puta que se han creado en los últimos tiempos. Una excelente conclusión que engrandece la serie en su conjunto.
12. THE TWELVE, de J. Michael Straczynski y Chris Weston
Serie limitada iniciada en 2008 y que quedó suspendida tras su octava entrega, finalmente este año se entregaron sus cuatro últimos números. Doce olvidados superhéroes de la Edad de Oro son secuestrados por los nazis en la toma de Berlín y criogenizados en un bunker que no es descubierto hasta la actualidad. Sus intentos de adaptarse a la vida moderna serán el eje de una serie repleta de buenas ideas.
(Y sí, lo he puesto en el 12 aposta)
11. PEPE, de Carlos Giménez
Pocos autores hay en este país a la altura de Carlos Giménez, y por eso siempre es una buena noticia que publique una nueva obra. La primera entrega de esta biografía de un viejo amigo, estupendo dibujante, tiene lógicas similitudes con las historias de Los profesionales, pero se nota un tono diferente, con más cariño por el personaje al tiempo que con una mayor profundidad dramática. Muy probablemente las diferencias se harán más evidentes en la próxima entrega. En cualquier caso, una estupenda lectura, aunque tengo la sensación de que ganará una vez que la biografía esté completa.
10. CENIZAS, de Álvaro Ortiz
Un tebeo del que ya hablé en su momento, esta road movie en papel sobre tres amigos que llevan años sin verse empujados a emprender un viaje juntos, y que es también obra compendio de las filias y fobias de su autor y acertada expresión de la crisis de la treintena, ha sido sin duda una de las gratas sorpresas del cómic nacional este año. Una lectura muy recomendable. Y además sale un mono. ¿Qué más se puede pedir?
9. RACHEL RISING, de Terry Moore
Quién iba a pensar que el autor de Strangers in Paradise tendría tan buena mano para el horror, y eso sin tener que romper con su habitual tendencia a escribir escenas de mujeres conversando. El año pasado ya me atreví a recomendarlo aunque sólo se habían publicado tres números; este año se confirma que es una obra a tener muy en cuenta y, probablemente, lo mejor que Terry Moore ha creado hasta ahora.
8. MORNING GLORIES, de Nick Spencer y Joe Eisma
Otra serie de la que también hablé en su momento, esta historia sobre un grupo de estudiantes atrapados en un extraño colegio que puede ser mortal de necesidad es la heredera más cercana que ha tenido en cualquier medio el espíritu de Lost: es misteriosa, enigmática, engancha, los personajes están llenos de secretos e incluso en algunos números se nos cuentan éstos a través de flashbacks. Me tiene atrapado.
7. LA ESTRELLA DE LA MAÑANA, de Santiago Valenzuela
Como fan acérrimo del Capitán Torrezno no podía dejar de poner por aquí la última entrega de sus aventuras, una vez más trufada de referencias culturales. A veces parece que la saga avanza muy lentamente, y en este álbum Valenzuela se permite, incluso, jugar con las expectativas del lector amagando con un encuentro cara a cara entre el protagonista y su némesis. Pero, por otro lado, también se realizan varias revelaciones importantes, y el viaje del Capitán parece tener ahora un destino. Esperemos que la próxima entrega no tarde mucho.
6. THE LEAGUE OF EXTRAORDINARY GENTLEMEN - CENTURY: 2009, de Alan Moore y Kevin O'Neill
La conclusión de este tercer volumen de la Liga no es la orgía referencial en que se habían erigido las anteriores entregas, el propio Moore confesaba que tenía más conocimientos sobre la cultura popular de la época victoriana y de los años 60 que de la actualidad, pero lo que podía haber resultado en una carencia se convierte, en manos del habilidoso Moore, en un elemento más de caracterización. La falta de referencias es un síntoma del mal que acecha a los tiempos: en una inteligentísima reflexión, los personajes se preguntan si es la decadencia moral del mundo la que ha provocado el hundimiento de la ficción, o ha sido al contrario. Por el camino que lleva al enfrentamiento final con el anunciado Anticristo y a evitar (¿o acaso a desencadenar?) el fin del mundo, a Moore le da tiempo a soltar unos pocos piropos (esos guiños a Gaiman) y un buen montón de collejas, a la industria literaria actual en general y a algunos nombres concretos en particular, sin olvidar el hecho de que otorga el papel de Anticristo al mayor icono de la literatura inglesa reciente, por el que no siente la más mínima piedad.
5. VAPOR, de Max
Otro autor del que cabe esperar lo mejor cada vez que aparece una nueva obra suya, Max dedica su nuevo trabajo a contar las experiencias de un anacoreta que, cansado de la estupidez del mundo, se retira a meditar al desierto. Solo que el desierto, con ecos tanto de Krazy Kat como de Bardín el Superrealista, no es tan desierto. Una obra para pensar en la que su autor vuelve a dar, una vez más, muestras de su dominio del medio y de su talento a la hora de utilizar el surrealismo como medio para la reflexión.
4. WIMBLEDON GREEN, de Seth
Publicado en España con nada menos que siete años de retraso, esta colección de historias y anécdotas construídas en torno a la figura casi mítica de Wimbledon Green, el mayor coleccionista de cómics del mundo, extraída casi directamente del cuaderno de bocetos, no tenía en su momento de realización y publicación más intención que la de erigirse como un divertimento, una obra menor en la carrera de Seth, uno de los pesos pesados del cómic indie norteamericano. A la hora de la verdad resultó un experimento narrativo interesante, inspirado en algo que ya estaban haciendo por entonces autores del nivel de Chris Ware o Daniel Clowes, que ayudaría a la evolución del autor hacia trabajos como George Sprott, que igualmente construye su historia a base de retales.
Pero Wimbledon Green, a pesar de su elaboración apresurada, destila también la frescura de un gran autor pasándoselo bien en un trabajo sin pretensiones, al mismo tiempo que se ríe de los coleccionistas y de ese prototipo de fans enfermizos y obsesivos que rivalizan unos con otros en lugar de compartir su pasión. Quizá por ello sea una lectura más ligera y divertida que otras de sus obras. En cualquier caso, a mí no me ha parecido en absoluto una obra menor.
3. REPORTAJES, de Joe Sacco
La extraordinaria labor de Joe Sacco utilizando el cómic como medio para realizar reportajes ha dado hasta ahora frutos extraordinarios (Palestina, Gorazde o esa obra maestra absoluta que es Notas al pie de Gaza). En esta recopilación de reportajes realizados para diferentes revistas Sacco vuelve a demostrar su capacidad para contarnos lo que ocurre en el mundo incluso cuando tiene un número limitado de páginas a su disposición. En sus páginas tenemos crímenes de guerra, soldados y emigrantes ilegales; la vida en Palestina, en Chechenia o en la India; retratos de gente que ha sufrido y que aún sufre. Tan doloroso como interesante.
2. BILLY BAT, de Naoki Urasawa
Hace un año no incluí esta obra en la lista porque, después de tres volúmenes, no tenía ni idea de a dónde intentaba hacernos llegar. Un año después, se ha confirmado que la serie menos accesible de Urasawa no es en absoluto inferior a las ya míticas Monster y 20th Century Boys. Por supuesto, el hecho de que todavía no haya quedado demasiado claro a qué se enfrentan los protagonistas hace que Billy Bat carezca de la inmediatez de aquellas, pero por otro lado el misterio en sí vertebra una serie compendio en la que el autor vuelca todas sus constantes (viajes, conspiraciones, villanos enigmáticos, crímenes sin resolver, protagonistas en fuga, suplantaciones de personalidad, criminales con un lado ético, e incluso saltos temporales que interrumpen la narración en el momento más interesante) y sus referencias pop (manga clásico, viajes en el tiempo, ninjas, la iglesia católica, Einstein, Lee Harvey Oswald, Disney, las pelis de monstruos de la Tojo, la llegada del hombre a la Luna, los años 60) hasta el punto de que parece creíble que todo lo que ocurre o ha ocurrido en el mundo gira en torno a un personaje de cómic capaz de comunicarse con su dibujante y con algunos de sus lectores. Una serie que no deja de ir a más.
1. KUNG FU INFINITO, de Kagan McLeod
Gracias a Chema Cebolla he descubierto esta obra a última hora y me ha impresionado tanto como para concederle el primer puesto. La verdad es que yo nunca he sido muy fan de las películas de kung fu, aunque sí he disfrutado bastante con algunas. Pero resulta que el autor de este tebeo, el reputado ilustrador Kagan McLeod (en su primera inmersión en el cómic, iniciada en 2000 en forma de comic-book autoeditado y culminada con un pulido tomazo cuya edición en inglés data de 2011), es un auténtico fan, se las conoce todas, y ha sabido destilar lo mejor de lo mejor del género en un trabajo sin desperdicio en el que, además, se permite mezclar tradición y modernidad, guerreros en la más firme tradición de la épica china con un luchador negro de ciudad en la tradición de la blaxplotation, fantasmas y magia negra con objetos mecánicos, budismo con zombies. Y de alguna manera todo encaja a la perfección.
MENCIONES ESPECIALES: En realidad éste ha sido el año de Chris Ware con su Building Stories, obra en la que ha llevado su afán experimental al máximo al sustituír el libro habitual por una caja llena de los más diversos formatos de lectura; sin embargo no ha caído en mis manos, así que, a la espera de que alguien le eche un par de huevos y lo publique en español, queda fuera de la lista. Tampoco he podido leer The hive de Charles Burns, aunque debo reconocer que su predecesor X'ed out me dejó frío. Sí he podido leer Reset, lo último de Peter Bagge, muy divertido pero que, como casi todo lo que hace últimamente, da la sensación de quedarse un poco a medio gas. Y por cierto, pese a tanto entendido alabándola, Pudridero me parece tremendamente sobrevalorada.
En cuanto a series, acabó la estupenda RASL, de Jeff Smith, y aparecieron dos nuevas colecciones muy prometedoras, Saga, de Brian K. Vaughan y Fiona Staples, y The Manhattan Projects, de Jonathan Hickman y Nick Pitarra; las tres han estado a un paso de entrar en la lista. Tampoco hay que olvidar Life with Archie: the married life, aunque este año ha decaído un poco con respecto al año anterior, Atomic Robo o The walking dead, que siguen a su marcha. Pero lo más llamativo del año ha sido Before Watchmen, esa colección de miniseries realizadas como precuelas de Watchmen realizada por DC y con resultados bastante irregulares, con los Minutemen realizados por Darwyn Cooke como cima indudable.
Y por último, no puedo dejar de nombrar Subnormality, de Winston Rowntree, mi webcómic favorito, del que ya hablé hace poco en este mismo blog, y que sólo se ha quedado fuera de la lista porque doce entregas me parece escaso bagaje para un año, aunque entre ellas haya una pequeña obra maestra como Anomalies.
15. HUMOR CRISTIANO, de Alberto González
14. FATALE, de Ed Brubaker y Sean Phillips
Cuando se anunció Fatale, el título, la portada y el tándem de autores (que ya hacían la excelente Criminal) gritaban género negro a todos los vientos. Qué sorpresa descubrir que, pese a utilizar algunos clichés y mecanismos del género negro, la serie se entroncaba más en la tradición del horror lovecraftiano. Un mosaico de historias ambientadas en diferentes épocas dan forma a un conjunto unitario con una misteriosa mujer como eje.
13. THE BOYS, de Garth Ennis, Darick Robertson y Russ Braun
Nunca fui fan de Predicador, pero tengo que rendirme al talento de Ennis con el final de The Boys. Las semillas que había ido sembrando a lo largo de la serie han acabado dando sus frutos en el momento de la conclusión, y los dos últimos arcos argumentales son de los que cortan el aliento. El largamente esperado enfrentamiento final con los superhéroes es un momento álgido para el que Ennis se reserva un hábil giro de guión, pero en vez de dejarlo ahí todavía entrega un último arco en el que no puedes evitar conmoverte por alguno de los personajes más hijos de puta que se han creado en los últimos tiempos. Una excelente conclusión que engrandece la serie en su conjunto.
12. THE TWELVE, de J. Michael Straczynski y Chris Weston
Serie limitada iniciada en 2008 y que quedó suspendida tras su octava entrega, finalmente este año se entregaron sus cuatro últimos números. Doce olvidados superhéroes de la Edad de Oro son secuestrados por los nazis en la toma de Berlín y criogenizados en un bunker que no es descubierto hasta la actualidad. Sus intentos de adaptarse a la vida moderna serán el eje de una serie repleta de buenas ideas.
(Y sí, lo he puesto en el 12 aposta)
11. PEPE, de Carlos Giménez
Pocos autores hay en este país a la altura de Carlos Giménez, y por eso siempre es una buena noticia que publique una nueva obra. La primera entrega de esta biografía de un viejo amigo, estupendo dibujante, tiene lógicas similitudes con las historias de Los profesionales, pero se nota un tono diferente, con más cariño por el personaje al tiempo que con una mayor profundidad dramática. Muy probablemente las diferencias se harán más evidentes en la próxima entrega. En cualquier caso, una estupenda lectura, aunque tengo la sensación de que ganará una vez que la biografía esté completa.
10. CENIZAS, de Álvaro Ortiz
Un tebeo del que ya hablé en su momento, esta road movie en papel sobre tres amigos que llevan años sin verse empujados a emprender un viaje juntos, y que es también obra compendio de las filias y fobias de su autor y acertada expresión de la crisis de la treintena, ha sido sin duda una de las gratas sorpresas del cómic nacional este año. Una lectura muy recomendable. Y además sale un mono. ¿Qué más se puede pedir?
9. RACHEL RISING, de Terry Moore
8. MORNING GLORIES, de Nick Spencer y Joe Eisma
Otra serie de la que también hablé en su momento, esta historia sobre un grupo de estudiantes atrapados en un extraño colegio que puede ser mortal de necesidad es la heredera más cercana que ha tenido en cualquier medio el espíritu de Lost: es misteriosa, enigmática, engancha, los personajes están llenos de secretos e incluso en algunos números se nos cuentan éstos a través de flashbacks. Me tiene atrapado.
7. LA ESTRELLA DE LA MAÑANA, de Santiago Valenzuela
6. THE LEAGUE OF EXTRAORDINARY GENTLEMEN - CENTURY: 2009, de Alan Moore y Kevin O'Neill
La conclusión de este tercer volumen de la Liga no es la orgía referencial en que se habían erigido las anteriores entregas, el propio Moore confesaba que tenía más conocimientos sobre la cultura popular de la época victoriana y de los años 60 que de la actualidad, pero lo que podía haber resultado en una carencia se convierte, en manos del habilidoso Moore, en un elemento más de caracterización. La falta de referencias es un síntoma del mal que acecha a los tiempos: en una inteligentísima reflexión, los personajes se preguntan si es la decadencia moral del mundo la que ha provocado el hundimiento de la ficción, o ha sido al contrario. Por el camino que lleva al enfrentamiento final con el anunciado Anticristo y a evitar (¿o acaso a desencadenar?) el fin del mundo, a Moore le da tiempo a soltar unos pocos piropos (esos guiños a Gaiman) y un buen montón de collejas, a la industria literaria actual en general y a algunos nombres concretos en particular, sin olvidar el hecho de que otorga el papel de Anticristo al mayor icono de la literatura inglesa reciente, por el que no siente la más mínima piedad.
5. VAPOR, de Max
Otro autor del que cabe esperar lo mejor cada vez que aparece una nueva obra suya, Max dedica su nuevo trabajo a contar las experiencias de un anacoreta que, cansado de la estupidez del mundo, se retira a meditar al desierto. Solo que el desierto, con ecos tanto de Krazy Kat como de Bardín el Superrealista, no es tan desierto. Una obra para pensar en la que su autor vuelve a dar, una vez más, muestras de su dominio del medio y de su talento a la hora de utilizar el surrealismo como medio para la reflexión.
4. WIMBLEDON GREEN, de Seth
Publicado en España con nada menos que siete años de retraso, esta colección de historias y anécdotas construídas en torno a la figura casi mítica de Wimbledon Green, el mayor coleccionista de cómics del mundo, extraída casi directamente del cuaderno de bocetos, no tenía en su momento de realización y publicación más intención que la de erigirse como un divertimento, una obra menor en la carrera de Seth, uno de los pesos pesados del cómic indie norteamericano. A la hora de la verdad resultó un experimento narrativo interesante, inspirado en algo que ya estaban haciendo por entonces autores del nivel de Chris Ware o Daniel Clowes, que ayudaría a la evolución del autor hacia trabajos como George Sprott, que igualmente construye su historia a base de retales.
Pero Wimbledon Green, a pesar de su elaboración apresurada, destila también la frescura de un gran autor pasándoselo bien en un trabajo sin pretensiones, al mismo tiempo que se ríe de los coleccionistas y de ese prototipo de fans enfermizos y obsesivos que rivalizan unos con otros en lugar de compartir su pasión. Quizá por ello sea una lectura más ligera y divertida que otras de sus obras. En cualquier caso, a mí no me ha parecido en absoluto una obra menor.
3. REPORTAJES, de Joe Sacco
2. BILLY BAT, de Naoki Urasawa
1. KUNG FU INFINITO, de Kagan McLeod
MENCIONES ESPECIALES: En realidad éste ha sido el año de Chris Ware con su Building Stories, obra en la que ha llevado su afán experimental al máximo al sustituír el libro habitual por una caja llena de los más diversos formatos de lectura; sin embargo no ha caído en mis manos, así que, a la espera de que alguien le eche un par de huevos y lo publique en español, queda fuera de la lista. Tampoco he podido leer The hive de Charles Burns, aunque debo reconocer que su predecesor X'ed out me dejó frío. Sí he podido leer Reset, lo último de Peter Bagge, muy divertido pero que, como casi todo lo que hace últimamente, da la sensación de quedarse un poco a medio gas. Y por cierto, pese a tanto entendido alabándola, Pudridero me parece tremendamente sobrevalorada.
En cuanto a series, acabó la estupenda RASL, de Jeff Smith, y aparecieron dos nuevas colecciones muy prometedoras, Saga, de Brian K. Vaughan y Fiona Staples, y The Manhattan Projects, de Jonathan Hickman y Nick Pitarra; las tres han estado a un paso de entrar en la lista. Tampoco hay que olvidar Life with Archie: the married life, aunque este año ha decaído un poco con respecto al año anterior, Atomic Robo o The walking dead, que siguen a su marcha. Pero lo más llamativo del año ha sido Before Watchmen, esa colección de miniseries realizadas como precuelas de Watchmen realizada por DC y con resultados bastante irregulares, con los Minutemen realizados por Darwyn Cooke como cima indudable.
Y por último, no puedo dejar de nombrar Subnormality, de Winston Rowntree, mi webcómic favorito, del que ya hablé hace poco en este mismo blog, y que sólo se ha quedado fuera de la lista porque doce entregas me parece escaso bagaje para un año, aunque entre ellas haya una pequeña obra maestra como Anomalies.
Etiquetas:
Cómics del año,
Lo mejor del 2012,
Tebeomanía
Suscribirse a:
Entradas (Atom)