miércoles, septiembre 29, 2010

34

He aquí una evolución sonora y personal de los cumpleaños:




Ya soy oficialmente un año más viejo.

domingo, septiembre 19, 2010

El abuelo de todos

Descanse en paz José Antonio Labordeta, grande entre los grandes. Nos quedamos un poco huérfanos sin él.



sábado, septiembre 18, 2010

Mejores que los Beatles

¿Hace cuánto que no descubres algo capaz de hacerte estallar la cabeza?
Hace un par de días yo descubrí a las Shaggs.
Sí, probablemente cualquier experto en música rara de esos que hay miles en Internet se sonría al leer esto con cierto desdén murmurando que esto ni es descubrimiento ni es nada y que este grupo lo conoce todo el mundo hace años, pero en el mundo real todavía habitamos algunos aficionados que no lo sabemos todo; lo que, por otro lado, nos deja todavía bastante espacio para sorprendernos, que no es nada malo.
Y resulta imposible no sorprenderse al escuchar algo como esto:

The Shaggs suena totalmente diferente a todo. Voces y guitarras desafinadas. Nada que recuerde a un acorde. Una batería que va por su lado como si las canciones no fueran con ella. ¡Y qué canciones! Letras ingenuas, métrica irregular y estructuras extrañas. Escucharlas es como caminar por Marte. Sí, son probablemente el peor grupo de la historia. Pero, entonces, ¿por qué han generado un pequeño culto con fans tan ilustres como Frank Zappa (que dijo que eran mejores que los Beatles) o Kurt Cobain? Y, sobre todo, ¿por qué llevo dos días totalmente enganchado a su música?
The Shaggs nacen como consecuencia de una predicción. La madre de Austin Wiggin Jr. leyó su mano y le predijo que se casaría con una mujer rubia, que tendría dos hijos después de que ella muriera, y que sus hijas formarían un grupo musical de éxito. Tras cumplirse las dos primeras, decidió poner todo su empeño en cumplir la tercera, de modo que sacó a sus hijas del colegio, les compró instrumentos y las puso a tocar. Con la mayor Helen a la batería, la mediana Dot como vocalista, guitarrista y compositora y la pequeña Betty a la guitarra rítmica, comenzaron a tocar en su casa y a dar un concierto semanal en su pueblo.
Pese a que no llevaban mucho tiempo tocando y no estaban muy convencidas de su propia capacidad, su entusiasta padre las llevó a un estudio de grabación a comienzos de 1969. Pese a que los técnicos del estudio le dijeron que "quizá las niñas deberían ensayar un poco más antes de grabar", Austin se negó, deseando "captar el momento". Y de este modo, en un día, las hermanas Wiggin grabaron su primer y único álbum, el posteriormente de culto Philosophy of the world. Al parecer, durante la grabación, las hermanas varias veces interrumpían la canción pidiendo empezar desde cero porque "habían cometido un error". Los técnicos alucinaban, incapaces de comprender por cuál de todos los errores se habían detenido.

La aventura no estaba, sin embargo, destinada al éxito. El "empresario" que iba a editar el disco desapareció con el dinero que había cobrado a Austin y la mayor parte de las copias del álbum. Tan sólo 100 copias quedaron en las manos de los Wiggin. Austin envió copias a las emisoras de radio, sin ninguna repercusión. Tras este revés, el grupo seguiría tocando localmente y muchos años pasarían antes de que de nuevo pisaran un estudio de grabación. Con la incorporación de una cuarta hermana, Rachel, al bajo, volverían a grabar en 1975, pero las sesiones se verían interrumpidas por la muerte de Austin. Sin su principal impulsor, The Shaggs no sólo no terminarían el disco, sino que disolverían el grupo poco después.
Pero, mientras tanto...
Contra todo pronóstico, las escasas copias difundidas del álbum cayeron en las manos adecuadas. Algunos músicos locales comenzaron a reivindicarlo. Alguien en la WBCN de Boston se lo descubrió a un alucinado Frank Zappa. Finalmente cayó en las manos de la prestigiosa banda NRBQ, que decidieron reeditarlo en su propio sello en 1980.
Para entonces las Wiggin hacía tiempo que habían abandonado la música. Cuando los NRBQ se pusieron en contacto con ellas para reeditar un disco que creían que no había llegado a ninguna parte, supuso una sorpresa; pero cuando la reedición fue elegida como "regreso del año" por la revista Rolling Stone, la sorpresa se convirtió en estupor e incredulidad. Estaba claro que el primitivismo sin complejos del disco había encontrado en el público del post-punk una audiencia mucho más receptiva que la de una década antes. Sobre si ese primitivismo era algo más o menos premeditado ha habido un largo debate; en cualquier caso, eso no resta al disco capacidad de fascinación.
Creo que me lo voy a escuchar otra vez.