Angel and the Ape es un cómic de humor creado en 1968 para DC Comics por el guionista E. Nelson Bridwell y el dibujante Bob Oksner. El cómic fue presentado por primera vez en el número 77 de Showcase, para después tener una serie propia que duraría siete números.
La serie contaba las aventuras de Angel O'Day, una bella detective privada sin demasiado cerebro pero especialista en todo tipo de combate (con y sin armas), y su socio Sam Simeon, un gorila parlante (no demasiado; sus dificultades para expresarse a través de su garganta de simio hacía que sólo Angel fuera capaz de comprenderle perfectamente) que aportaba al equipo su fuerza y agilidad de simio y una extraordinaria habilidad para seguir pistas y realizar deducciones. Un gag recurrente en la serie era el hecho de que la gente no parecía darse cuenta de la naturaleza animal de Sam, descartaban el pensamiento por imposible, e incluso las mujeres solían encontrarle irresistible.
Por si esto fuera poco, Sam además trabajaba como dibujante de cómics, lo que permitió a los autores lanzar una interesante sátira sobre el mundillo. Sam comenzó la serie trabajando para Brainpix Comics, editorial dirigida con mano de hierro por Stan Bragg (parodia aparente de Stan Lee), un editor egomaníaco con tendencia a vestirse de superhéroe, antes de que Sam decidiera largarse a la competencia (a la editorial DZ Comics, para la que dibujaría Shimia, Queen of the Jungle, parodia de Sheena) y Bragg fuese recluído en un manicomio.
El tono de la serie estaba marcado por el estilo de diversión pop de la serie de TV de Batman, con villanos pintorescos desarrollando planes bastante ridículos. Un ejemplo: en el primer número de la serie regular el malvado Profesor Klutz trataba de conquistar el mundo a base de secuestrar y lavar el cerebro a bailarinas go-gos. ¡A quién se le hubiera ocurrido!
Esta encarnación (que tampoco tuvo continuidad), única publicada en España, es un cúmulo de humor nonsense no siempre igual de acertado, pero con un marcado tono adulto. A los detectives les encargan encontrar a una modelo desaparecida, que posteriormente hallan muerta. La búsqueda del culpable les llevará a través de una colección de personajes a cuál más delirante y situaciones absurdas no del todo bien resueltas. En cuanto a Sam, en esta ocasión es un gorila y la gente le ve como tal, pero nadie se extraña; algo que entra dentro de la lógica interna del tebeo. Tampoco habla, ni siquiera se le ponen bocadillos de pensamiento: se comunica mediante la expresión facial, que Angel interpreta a la perfección (pero no tanto los lectores, porque los autores no están demasiado insopirados a la hora de conseguir que la narrativa funcione). En cuanto a su trabajo, Sam dibuja un cómic independiente llamado Hey Chico y la Señorita Cosa (un niño esclavo medio chino medio negro del siglo XIX y su amigo travestí portorriqueño), hasta que DC le contrata para dibujar Stanley y su Monstruo... otra serie de humor de la DC de finales de los 60 que había llegado a dibujar Bob Oksner y que también resucitó brevemente Phil Foglio en los 90. Y es que la recuperación de viejos cómics siempre tiene que llevar algo de humor referencial.
Pero el caso es que las ventas no fueron buenas, de manera que es poco probable que se recupere nuevamente a los personajes. Al menos por ahora.
Y ya sabéis, más gorilas y más celebración del Día del Traje de Gorila en Bizácoras. ¿Dónde si no?