Buscando por la red informacion sobre periodismo de investigacion tropecé con la historia de
Nellie Bly, una mujer de carácter que consiguio ganarse un nombre en el mundo del periodismo nada menos que a finales del siglo XIX, cuando no era normal ver mujeres en tales menesteres.
Nacida en el seno de una buena familia en Pensilvania en 1864 como Elizabeth Jane Cochran, tuvo una infancia dificil, pues la muerte de su padre en 1870 dejó a su familia en una complicada situación económica. Su madre trató de recuperar la estabilidad casándose de nuevo tres años despues, pero su segundo marido resultó ser alcohólico y maltratador, por lo que pediría el divorcio en 1878, con Elizabeth teniendo que testificar contra su padrastro. Las consecuencias serian duras, ya que la joven tuvo que abandonar sus estudios por no poder costearselos.
En 1880 se mudó con su familia a Pittsburgh. Su vida daría un giro dos años después, cuando, tras leer una columna de contenido sexista en el diario local (el
Pittsburgh Dispatch), decidió enviar una furiosa carta de respuesta al editor, firmada como "Little Orphan Girl". El editor del diario, George Madden, impresionado, publicó un anuncio pidiendo que les enviara su nombre y direccion, pero la decidida Elizabeth se presentó en persona en la redacción al día siguiente y convenció a Madden para que le permitiera escribir en el periódico. Como en la época estaba mal visto que una mujer publicase con su propio nombre, miembros de la redacción sugirieron varios nombres de los que se escogería el de "Nellie Bly", basado en el personaje de una canción de Stephen Foster, y que posteriormente utilizaría durante toda su carrera.
Reacia a escribir en las páginas de sociedad, Nellie desde un principio se dedicó a temas sociales, con especial hincapié en la situación de la mujer, escribiendo sobre la reforma del divorcio o realizando una serie de artículos de investigación sobre las condiciones de trabajo de las mujeres en las fábricas. Sin embargo, las protestas de algunos importantes industriales de la ciudad que amenazaron con dejar de anunciarse en el
Dispatch si no dejaban de publicarse esas denuncias, hizo que pronto trataran de reorientarla hacia las páginas de moda y ecos de sociedad, que era el lugar habitual de las mujeres periodistas de la época. Insatisfecha, Nellie se marchó a México en 1885, donde ejercería como corresponsal en el extranjero escribiendo incendiarios artículos contra la corrupcion del pais y el gobierno del dictador Porfirio Diaz, que finalmente le valdrían la expulsion del pais.
A su regreso a Pittsburgh volvió a verse atrapada en las páginas mas intrascendentes del diario, por lo que dos años después decidía irse a New York con la aspiración de trabajar para uno de los grandes periódicos de la ciudad. Tras cuatro meses seguía sin trabajo y no tenia un centavo en el bolsillo, pero decidida a no regresar a Pittsburgh finalmente consiguió una entrevista con el Coronel John Cockerill, editor del
New York World (propiedad de Joseph Pulitzer), a quien logró convencer para que le diera una oportunidad.
Su primer trabajo para el
World ha pasado a la historia como uno de los primeros grandes reportajes de investigación. Encargada de escribir sobre las acusaciones de malos tratos y negligencia en el manicomio para mujeres de Blackwell's Island, Nellie se hizo pasar por loca para ser internada y comprobar de primera mano las condiciones en las que vivían las enfermas. Después de diez días fue liberada del manicomio a instancias de su periódico y escribió un sensacional reportaje describiendo las lamentables condiciones del centro, que promovería una serie de cambios en el mecanismo de las instituciones mentales y un aumento de los fondos públicos destinados a ellas.
A partir de ahí se convirtió en una de las firmas más importantes del periódico, con una serie de artículos en los que denunciaba la corrupción y la injusticia, siempre tomando partido por los pobres y desamparados. Así, destapó prácticas fraudulentas de monopolio, denunció el modo en que la policía trataba a las presas, alertó sobre la inadecuada atención médica que se daba a los pobres o narró huelgas desde la perspectiva de los huelguistas, haciéndose un nombre en poco tiempo.
Pero la cima de su fama llegaría cuando, tras el éxito del libro de Julio Verne
La vuelta al mundo en 80 días, la redacción del
World decidió afrontar el reto de enviarla a dar la vuelta al mundo en menos de 80 días. El 14 de noviembre de 1889 partió del muelle de Hoboken en un barco camino de Europa. Permitiéndose apenas una pequeña pausa en París para entrevistar al mismísimo Verne, Nellie completaría la vuelta al mundo en un tiempo de "72 días, 6 horas, 11 minutos y 14 segundos", que en aquel momento establecía un nuevo record mundial. Aunque el record sólo le duraría unos meses, Nellie se convertiría inmediatamente en una celebridad nacional; algo que, sin embargo, no apaciguaría su insurgente carácter: considerando que su proeza había multiplicado las ventas del
World, se sintió menospreciada al no recibir por ello una prima económica que creía merecer y abandonó la redacción del diario, aunque regresaría poco después.
En 1894 Nellie se casaría con Robert Seaman, un industrial millonario 40 años mayor que ella, y abandonaría el periodismo. Tras diez años de tumultuoso matrimonio su esposo fallecería y ella quedaría a cargo de su empresa, dedicada a la fabricación de contenedores y latas. Una vez al frente Nellie emprendería una serie de reformas radicales en la empresa, proporcionando a sus trabajadores mejores medidas de seguridad, cuidados médicos y centros sociales (gimnasio, biblioteca, incluso clubes de caza y pesca). Por desgracia sus reformas se vinieron abajo ante su escasa habilidad contable, y la empresa fue a la bancarrota unos años después.
De nuevo sin dinero, Nellie regresaría al periodismo, cubriendo eventos como la convención sufragista de 1913. Agobiada por las deudas, en 1914 marcharía a Inglaterra para lo que en un principio iban a ser unas semanas de vacaciones, pero el estallido de la I Guerra Mundial le permitiría iniciar una serie de artículos sobre la guerra vista desde detrás del frente, que serían su última gran serie de reportajes. Nellie permanecería en Europa hasta 1919, en que tuvo que regresar a América al enterarse de que su madre estaba a punto de morir.
En sus últimos años trabajaría para el
New York Evening Journal, y centraría su atención en los orfanatos, después de que una madre le hubiera entregado a su hijo y le pidiera que cuidara de él y se asegurase de que era adoptado por una buena familia, algo complicado por el hecho de que el niño era medio japonés. Finalmente Nellie moriría de neumonía en 1922, siendo su muerte reseñada por todos los periódicos de New York.
Como podéis comprobar, un personaje apasionante. Si sabéis inglés, podéis leer
aquí su experiencia en el manicomio y
aquí su viaje alrededor del mundo, tal y como fueron publicadas (el éxito de estos artículos fue tal que fueron recopilados y editados como libros); e incluso podéis seguir en vivo el viaje de Nellie Bly en
su blog (¡en español!), aunque con un pequeño retraso de apenas 119 años... ¡cosas de la tecnología!
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