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martes, enero 10, 2017

Resumen del 2016: Comics del año

Para finalizar con mi tradicional resumen anual aquí os presento mi lista de los mejores comics del año. Como es habitual es una lista bastante subjetiva en la que mezclo obras que he podido leer que han sido publicadas este año en su país de origen con obras publicadas este año en España (aunque si ya las he incluido anteriormente en la lista al leerlas en su momento, no vuelvo a tenerlas en cuenta cuando llegan aquí). Sin más dilación os dejo con ella, aunque por supuesto, después de la lista encontraréis otras muchas recomendaciones, en la ya habitual sección de menciones especiales que a veces se alarga más aún que la propia lista.

15. THE BLACK MONDAY MURDERS, de Jonathan Hickman y Tomm Coker

La nueva colección del creador de Proyectos Manhattan y Este del Oeste y guionista de numerosas series de Marvel es un cruce equilibrado entre género negro y terror sobrenatural. Las familias más ricas y poderosas del mundo son adoradores del diablo que han obtenido y conservado su poder con sangrientos rituales. El asesinato de uno de los cabezas de familia supone el inicio de una investigación por parte de un detective de métodos excéntricos pero excepcionalmente sagaz, y el regreso a los círculos de poder de la hermana de la víctima, a la que las mismas familias desterraron tiempo atrás, y que regresa con ansias de venganza. Una serie de tempo lento pero que engancha.

14. CLASE LETAL, de Rick Remender y Wes Craig

Durante bastante tiempo he tenido la impresión de que, a pesar de un planteamiento inicial interesante, los autores no estaban aprovechando totalmente las posibilidades que ofrecía la serie. Pero en su tercer año de publicación por fin se han desatado y finalmente la historia ha tomado ese camino sangriento de puñaladas en la espalda e hijoputismo que se echaba a faltar en los primeros tres tomos y que cabía esperar de un cómic ambientado en una escuela de asesinos. El esperado baño de sangre cambia todo lo que se ha visto hasta ese momento y marca un nuevo comienzo de la serie, una especie de segunda temporada en la que ahora ya sabemos que nos podemos esperar cualquier cosa.

13. LAKE OF FIRE, de Nathan Fairbairn y Matt Smith

Con un argumento que básicamente podría resumirse en "cruzados contra aliens" uno se sentiría tentado a considerar esta miniserie de cinco números como una obra menor. Pero si bien su estructura es muy clásica y no arriesga demasiado en sus decisiones de guión, la verdad es que no lo necesita porque el cómic funciona como un tiro, sin perder ritmo en ningún momento, y resulta entretenidísimo. Yo desde luego me lo he pasado en grande con él.

12. BASURA, de Derf Backderf

La nueva novela gráfica del autor de Mi amigo Dahmer es la tercera encarnación del proyecto del autor de hacer un cómic basado en sus experiencias trabajando como basurero durante un verano en su época de estudiante: anteriormente ya había publicado con el mismo título un cómic de 50 páginas en 2002 que le había valido su primera nominación al Eisner, y un webcómic serializado entre 2010 y 2012. Aunque echo de menos el final bastante hijoputa de su primera versión, esta actualización resulta más completa por cuanto además de desarrollar más los personajes también cumple con una función didáctica y nos da detalles sobre los métodos habituales de recogida de basuras, sin dejar de entretener. Muy recomendable.

11. WEAVERS, de Simon Spurrier y Dylan Burnett

Miniserie de seis números que mezcla género negro y fantástico. Un atentado mata a una de las componentes de una familia del crimen organizado con poderes sobrenaturales que les proporcionan unas arañas parasitarias del espacio. La araña de la muerta acaba ocupando el cuerpo de un enigmático joven que en consecuencia se verá obligado a incorporarse a dicha familia, envuelta ahora en una guerra contra una mafia rival. Pero él tiene su propia agenda. Una historia bien escrita y que mantiene el suspense hasta las últimas páginas. De las series que más enganchado me han tenido este año.

10. ¡UNIVERSO!, de Albert Monteys

Con todo el respeto al enorme talento de Brian K. Vaughan y Marcos Martín, que es muchísimo (Barrier también es más que interesante), creo que el mayor tesoro que está publicando Panel Syndicate es esta serie de aparición cada vez más guadianesca pero resultados cada vez más brillantes, y de la que pienso que no se está hablando lo suficiente. En ella Albert Monteys se sacude su etiqueta de humorista para demostrar su enorme talento a la hora de crear comics de ciencia ficción. Es verdad que su sentido del humor sigue presente y que hay un permanente poso de ironía en sus historias, pero las dos entregas (¡sólo dos, ay!) que han aparecido este año dejan claro que tiene talento de sobra para desarrollar mundos fantásticos y situaciones dramáticas. Especialmente su quinto número, "Cristina del futuro", es antológico.

9. THE FIX, de Nick Spencer y Steve Lieber

Los autores de aquella pequeña joya que era Superior Foes of Spiderman vuelven a recrear las desventuras de unos perdedores amorales, aunque en esta ocasión fuera de los límites del universo superheróico, lo que les permite mucha mayor sordidez. Dos policías corruptos metidos en líos y en busca de una aventura jugosa que vender a Hollywood por una fortuna se ven envueltos en atracos, asesinatos, problemas con un gangster psicópata y un intento de pasar mercancía ilegal por un aeropuerto vigilado por un perro policía excepcionalmente capaz. Pura diversión.

8. DEPT. H, de Matt Kindt

Interesantísimo y claustrofóbico thriller en el que una investigadora se enfrenta a los peligros de una base submarina a miles de metros de profundidad en la que el científico al frente ha muerto en lo que probablemente haya sido un acto de sabotaje perpetrado por alguno de los otros siete habitantes de la base. Matt Kindt demostrando que se encuentra en un gran momento creativo y con su esposa Sharlene encargándose de un color a acuarela que le da a la obra una estética muy personal. Más que recomendable.

7. PAPER GIRLS, de Brian K. Vaughan y Cliff Chiang

Confesaré que tardé cuatro o cinco números en conectar con esta serie, pero una vez que te metes, vaya si merece la pena. Vaughan está en el mejor momento de su carrera (también tiene en marcha la estupenda Saga y la sorprendente Barrier) y con esta serie está desarrollando una joya de ciencia-ficción que tengo muchas ganas de ver hacia dónde va, porque de momento solo se nos han mostrado fragmentos muy pequeños de una imagen completa que apunta a ser enorme.

6. PROVIDENCE, de Alan Moore y Jacen Burrows

La despedida de Alan Moore de los comics muestra que el barbudo de Northampton todavía podía aportar mucho al noveno arte si hubiera querido. Una inteligente revisión de los mitos lovecraftianos y del género del terror que se va cociendo a fuego lento, creciendo número a número, culminando el camino iniciado con The Courtyard y Neonomicón. Brillante.

5.PACIENCIA, de Daniel Clowes

A estas alturas nadie le puede discutir a Daniel Clowes que es uno de los autores más importantes e influyentes del cómic americano de los últimos 30 años. En su último trabajo se aleja de la experimentación formal de Wilson, su trabajo más reciente (aunque no el más recientemente publicado) y regresa a la reinterpretación melancólica e introspectiva de la ciencia ficción que ya vimos en El rayo mortal (publicada originalmente en 2004, pero que aquí llegó en 2013). Aquí Clowes nos ofrece una historia de viajes en el tiempo con un hombre totalmente obsesionado con la posibilidad de evitar el asesinato nunca resuelto de su mujer. Una historia muy bien llevada que mantiene en vilo hasta el final.

4. LAMIA, de Rayco Pulido

Un thriller estupendo ambientado en la Barcelona de la posguerra, con la sombra de un sanguinario asesino acechando sobre la ciudad. Rayco Pulido realiza su mejor trabajo hasta ahora, una obra redonda que atrapa al lector con un guión hitchcockiano y no lo suelta hasta la última página.

3. EL SHERIFF DE BABILONIA, de Tom King y Mitch Gerads

Éste ha sido el año de Tom King, que también ha firmado The Vision para Marvel, con la que ha entrado en casi todas las listas de mejores tebeos del año en América. Para mí no está mal, pero quizá porque yo no soy muy de superhéroes me quedo con esta serie que creó para Vertigo, un thriller ambientado en el Bagdad posterior a la invasión americana. King trabajó para la CIA en Irak antes de volver a América para escribir comics, sabe de lo que habla y pinta una situación realista con personajes nada maniqueos y muchos tonos de gris.

2. EL ALA ROTA, de Antonio Altarriba y Kim

Más que secuela, complemento a la misma altura de la ya mítica El arte de volar de los mismos autores, con la que forma un díptico difícil de superar. Tras contar la vida de su padre en aquella, Altarriba se dio cuenta de que en la obra había dejado de lado de manera injusta a su madre y le dedica a ella también un libro, y después de leerlo no cabe más que decir que sí, que ella también se lo merecía. Imprescindible.

1. LAST MAN, de Balak, Sanlaville y Vivés

Esta serie ya había entrado en mis dos últimas listas de los mejores comics del año, y con todo merecimiento. Pero una y otra vez, cuando piensas que no puede darte más sorpresas y que ya sabes por dónde van a salir los autores, éstos introducen nuevos giros que llevan la historia a otro nivel. No ha dejado de crecer hasta cotas que la aparente simplicidad de sus primeros volúmenes no permitía imaginar que alcanzaría. Ninguna lectura me ha dejado tan sin aliento este año como esta serie. Por favor, no os la perdáis.

MENCIONES ESPECIALES:
Como todos los años, me dejo fuera de la lista un montón de obras que me parece que merecen al menos una mención. Así que, como ya es habitual, voy a recogerlas aquí al pie de la lista y así aprovecho para hacer un comentario general sobre lo que se ha podido leer este año, sobre todo también como una especie de recordatorio para mí mismo.

En América las dos grandes se encuentran en un gran momento. De Marvel el título más alabado este año ha sido The Vision (tanto que éste sí que he tenido que leerlo), pero también se han llevado muchas alabanzas títulos como Viuda Negra, Spider-Woman, Caballero Luna o Ms. Marvel, e incluso los títulos de Star Wars han tenido muy buena respuesta. El gran evento del año ha sido la Civil War II, pero la verdad es que no ha alcanzado el buen resultado de la primera. Y es que Bendis es buen guionista pero no tiene el punto transgresor de Millar para agitar los cimientos de todo un universo. En su subsello Icon ha seguido apareciendo espaciadamente Powers y también la última serie de ciencia-ficción de Millar, Empress.
DC por su parte parece que está ahora mismo realizando algunos de los mejores tebeos en bastante tiempo de sus tres héroes más populares, Batman, Superman y Wonder Woman. También han lanzado unas extrañas revisitaciones de personajes de Hanna Barbera que, sin estar mal, han pillado a muchos lectores con el paso cambiado. Pero, bueno, a mí de DC lo que me ha interesado siempre ha sido la línea Vertigo, donde este año hemos visto títulos como Clean Room, Frostbite, Unfollow, la longeva Astro City o el divertimento punk de Last gang in town, además de la abortada Slash & burn, que a mí me gustaba pero la cerraron a los seis números, o el Sheriff de Babilonia que ya está en la lista. No es mala cosecha.

Image sigue afianzada como la tercera grande, con superventas como Los muertos vivientes e Invencible, de la que se anuncia un inminente final, y algunas de mis series favoritas como Lazarus, Saga, Paletos cabrones, Balas perdidas o The Wicked + The Divine. Pero los buenos títulos que ha estado publicando Image este año han sido muchos: además de los cinco que han entrado en la lista, ha tenido series como Las tierras otoñales, Birthright, Bitch Planet, Cry havoc, Descender, Este del Oeste, Eclipse, Faster than light, The Fuse, Glitterbomb, Green Valley, la muy gamberra I hate Fairyland, Inyección, Invisible republic, Jupiter's Legacy, Kill or be killed, Low, Monstress, Moonshine, Muerdeuñas, No mercy, Nowhere men, Paria, Postal, Bella Muerte, Prophet, Reborn, Red One, Revival, Rumble, Seven to eternity, Sex, Snotgirl, Southern Cross, Surgeon X, No son como nosotros, Ladrón de ladrones, Velvet, The violent, Violent love... Y no quiero olvidar Morning Glories, que este año sólo ha publicado su número 50, quedando en pausa a media serie, y manteniendo a sus seguidores en ascuas sobre todos los enigmas que van a quedar abiertos como no regresen.

Dark Horse ha perdido volumen de mercado en los últimos años, pero no será por calidad, porque estan acertando mucho con los proyectos que publican. A títulos consolidados como los del universo Hellboy, Usagi Yojimbo o Groo han sumado colecciones como Black Hammer, Briggs land, Ether, Harrow County, House of penance, o Mae, y novelas gráficas como Aleister & Adolf o The New Deal (que es del 2015 pero la he descubierto este año al aparecer en español), además de Dept. H que ha entrado en la lista.
Por su parte, Archie Comics ha seguido consolidando su reiniciado universo, aunque de las nuevas series solo Josie and the Pussycats parece alcanzar el estupendo nivel de Archie y Jughead. Su linea de terror ha vuelto a quedar este año un poco desatendida, pero es lógico si tenemos en cuenta que el guionista de esos títulos ha estado un poco ocupado escribiendo el inminente desembarco de Archie en la televisión.
Otra editorial que prepara desembarco televisivo es Valiant, con el tercer universo superheróico cohesionado más importante del cómic americano. Por el momento han seguido ganándose el favor del público con la buena acogida de series como Archer & Armstrong, Faith o Generation Zero, además de otros títulos al margen como Britannia, terror en época romana.
Pero quizá la editorial que más está creciendo sea Boom! Studios, que a títulos juveniles como la exitosa Leñadoras, Goldie Vance o The Backstagers ha unido series como la ya mencionada Weavers, Joyride, Namesake, Slam!, Strange attractors, The Woods o la divertida Giant days, una de las mejores comedias que se están publicando ahora mismo y que se ha ganado la consolidación como serie regular.

En cuanto al resto del panorama americano, igualmente ha habido cosas muy buenas entre las editoriales más pequeñas. Oni Press ha publicado series como Jeff Steinberg, Letter 44, Stumptown o The bunker, que parece haberse tomado actualmente una pausa. Fantagraphics ha lanzado el nuevo volumen de Love & rockets de los hermanos Hernández y las nuevas entregas de Hip hop family tree, después de que Ed Piskor abandonase el formato webcómic para pasarse al comic-book. Drawn & Quarterly ha publicado María lloró sobre los pies de Jesús, lo nuevo de Chester Brown, y también suyo fue lo último de Adrian Tomine, Intrusos, que salió a finales del 2015 pero que yo descubrí este año ya en español. IDW publicó Satellite falling, Archangel (con guión de William Gibson, padre del cyberpunk) o las nuevas aventuras de Dirk Gently's Holistic Detective Agency. Dynamite publicó Control o The great divide. Titan publicó Mycroft Holmes and the Apocalypsis Handbook (con guión de Kareem Abdul-Jabbar, leyenda de la NBA), Peepland y nuevas aventuras de Tank Girl. Terry Moore cerró Rachel rising e inició una nueva serie, Motor Girl. Jeff Smith dibujó por vez primera en mucho tiempo nuevas páginas de Bone, para el libro que conmemoraba el 25 aniversario de la serie. Y, para acabar, dos títulos que han estado muy cerca de acabar en la lista: la relectura siniestra del subgénero de las magical girls de Tomboy, publicado por Action Lab, y la comedia nostálgica 4 kids walk into a bank, publicada por Black Mask.

En cuanto a cómic europeo, este año la cosecha ha sido bastante buena. Memorables álbums hemos tenido con Gringos Locos de Schwartz y Yann, Escapar de Guy Delisle o La luna al revés de Blutch, por no hablar de maravillosas revisitaciones de clásicos como El hombre que mató a Lucky Luke de Bonhomme o el divertidísimo Spirou de Pánico en el Atlántico de Trondheim y Parme, para mí mejor que las nuevas aventuras oficiales del personaje (aunque éstas también merecen la lectura). Además se está reeditando un material añejo estupendo.
De manga en cambio poco puedo decir, porque la verdad es que reconozco que no le presto excesiva atención habitualmente, y cuando me pongo suelo leer alguna de las muchas obras que se me escaparon anteriormente, así que me mantengo desactualizado. De acuerdo a las recomendaciones de los que saben, el manga del año ha sido Chiisakobee, de Minetarô Mochizuki, además de cualquiera de las muchas obras que se han publicado este año de Junji Ito. Tomo nota para echarles un vistazo en cuanto pueda. Por lo demás, y de los pocos autores que sigo, Urasawa sigue con un Billy Bat que sigue teniendo momentos fascinantes pero que ya no estoy seguro de si sabe a dónde va, y los creadores de Death Note y Bakuman han iniciado una nueva serie llamada Platinum End que de momento se deja leer.

En cuanto a los webcómics, este ha sido el año del final de Homestuck, más de ocho mil páginas después, incluyendo animaciones y minijuegos. Sus literalmente millones de seguidores contemplaron un final bastante abierto y, aunque su creador Andrew Hussie ha reconocido que le gustaría añadir algún epílogo para cerrar cabos sueltos, lo cierto es que su futuro parece más cerca del mundo del videojuego que del cómic y que, además, cuando varios meses después añadió una coda, más que cerrar lo que hizo fue abrir muchos más interrogantes.
Por lo demás, sigo esperando a que Winston Rowntree regrese de vez en cuando a Subnormality, dado que otros compromisos han hecho que tenga prácticamente abandonado mi webcómic favorito. Este año sólo una actualización, aunque, eso sí, de las que valen la pena. A cambio, me he podido refugiar en Eh, tío y Strong female protagonist, dos webcomics estupendos que merece la pena seguir.

Y por último, queda hablar del cómic español. Ha sido un año en el que muchos autores han decidido centrarse en el mismo período histórico, la posguerra española, dando lugar a obras de mucha calidad pero con diversidad de géneros. Además de El ala rota o Lamia, de las que ya he hablado, ahí han estado también Jamás tendré veinte años, de Jaime Martín; la divertida El solar, homenaje de Alfonso López a Carpanta y otros personajes de Escobar; y la nueva entrega de Paracuellos de Carlos Giménez. A éstas podría sumarse también Interperie, adaptación de Javi Rey de la exitosa novela de Jesús Carrasco, que no deja clara su ubicación temporal pero que no estará muy lejos, como Vencedor y vencido, cierre de la trilogía de Sento dedicada al Doctor Uriel y que trata, precisamente, del final de la guerra.
También han destacado las historias de género negro como Cuentas pendientes de Sergi Álvarez y Sagar Forniés o Palos de ciego, de El Irra. Santiago García y Luis Bustos entregaron el segundo volumen de ¡García!, que aun siendo muy bueno no me convenció tanto como el primero, aunque desde luego me deja con ganas de que se venda mucho para que los autores tengan que continuar con el personaje. Victor Puchalski se marcó un tour de force estilístico con Enter the Kann. Marcos Prior y David Rubín realizaron un manifiesto político con Gran Hotel Abismo. Alberto González satirizó la política española con Todos los hijos de puta del mundo. Carlos Giménez habló de la vejez en Crisálida. María Llovet progresa como autora con la sorprendente Insecto. Javi de Castro adaptó los escritos de María Hernández para crear una estupenda obra acerca de sobrevivir al cáncer en Que no, que no me muero. Y aunque no son realmente españoles sino argentinos incluyo en este apartado también a Diego Agrimbau y Lucas Varela, cuyo Diagnósticos me ha gustado mucho.

Y dejo lo mejor para el final: el cómic aragonés ha vivido un año estupendo. La razón es obvia: ¡este año he publicado un cómic! Los Amanticos: el huevo de dragón, dibujado por Daniel Foronda, que no es porque yo lo diga pero está bastante bien, y que ha hecho dignamente de telonero para Amantes: la leyenda de Teruel, adaptación de la historia de los Amantes de Teruel dibujada por Juanfer Briones. Al año que viene, si todo va bien, sacaremos otro de los Amanticos.
Además el cómic aragonés ha dado títulos de tanto nivel como La bondad y la ira, de Juan Pérez y Daniel Viñuales; Descubriendo a Mosén Bruno, de Maxi Campo, Azagra y Revuelta; Todos somos cocinicas, tercera entrega de los libros de cocina en cómic de Xcar, Azagra y Revuelta; Memorias de un pene selecto de Carlos Melgares, que, ojo, no os engañe su estética feísta, es un tebeo muy disfrutable; una nueva entrega de La guerra que dan las galaxias de Kalitos; Los guionistas, el acercamiento de Roberto Malo y Moratha a las interioridades de la industria del porno; un nuevo Little Renna de José Antonio Rubio y Daniel Zarzuelo... y además Álvaro Ortiz este año en vez de sacar un tebeo sacó dos: su acercamiento a Caravaggio Dos Holandeses en Nápoles y un amplio cuaderno de viaje imaginativamente titulado Viajes.
Como remate, el fanzine Los Diletantes logró llevarse el premio al Mejor Fanzine en el Expocómic de Madrid... ¡un fanzine en el que yo colaboraba! ¡Albricias!

Y con esto cierro el resumen del 2016. ¡Espero que hayáis apuntado muchos títulos y los busquéis! ¡Y que tengamos todos feliz año!

miércoles, enero 13, 2016

Resumen del 2015: Comics del año

Y por fín ya está aquí la tercera entrega de mi tradicional resumen del año, en esta ocasión dedicada a desvelar cuáles han sido mis tebeos favoritos del 2015. Como de costumbre, además de lo complicado que resulta ya de por sí realizar una lista tan subjetiva, parto de criterios un tanto extraños y mezclo tanto obras aparecidas este año en su país de origen que he podido leer como obras que sólo he podido descubrir cuando se han publicado en España. Esto hace que, por ejemplo, uno de los comics más (justamente) alabados de los editados este año en nuestro país, el muy recomendable Chapuzas de amor de Jaime Hernández, no se encuentre en la lista, dado que yo me lo leí cuando fue publicado originalmente en América, y por cierto que ya le di el primer puesto de la lista de lo mejor de 2011. Sigue siendo una maravilla y por ello lo vuelvo a recomendar.
Y en fin, sin más dilación, vamos al asunto. Otras (muchas) recomendaciones y opiniones, si estáis interesados, después de la lista, en el ya habitual apartado de menciones especiales.

15. CARROÑERO, de Ricardo Vilbor y Vicente Montalbá

Una de las sorpresas agradables del cómic español del año. La historia de Khanis Fhou, que fue una vez un gran guerrero y que lo perdió todo, y que ahora es tan sólo un ladrón vagabundo sin creencias ni ataduras que se ve obligado contra su voluntad a involucrarse en una guerra que en principio poco le importa y de la que únicamente desea escaparse con el botín. Un tratado amargo y desencantado sobre el heroísmo y la derrota.

14. RITUALES, de Álvaro Ortiz

Un caleidoscopio de historias cruzadas a lo largo de varias épocas y lugares del mundo, con una trama central que vertebra el relato en torno a unos jóvenes que viven en Barcelona y al misterio que envuelve el piso de debajo del suyo, en el que nunca ven entrar a nadie. Con un estilo ya consolidado y cada vez mayor confianza como guionista, Ortiz, como Stanislaw Lem en muchas de sus novelas, plantea enigmas que intrigan y obsesionan pero que no siempre llegan a resolverse. Una lectura que atrapa al lector desde el principio y con muchas más ideas interesantes por página de lo que es habitual.

13. PREZ, de Mark Russell y Ben Caldwell

¿Quién hubiera dicho que el reboot de un viejo título de DC de 1973 iba a convertirse en uno de mis placeres culpables del año? La historia original presentaba a un adolescente siendo sorprendentemente elegido presidente de los Estados Unidos y enfrentado a los problemas del país y a un poderoso jefe corporativo llamado Boss Smiley. La serie duró tan solo cuatro números, pero el personaje aparecería posteriormente en otras varias series de la editorial, siendo la más recordada la versión que de su historia daría Neil Gaiman en 1993 en un número de Sandman. Siendo éste otro momento de crisis y con la honestidad de los políticos puesta en tela de juicio, no extraña que DC decidiera relanzar el título, esta vez situándolo en un desquiciado año 2036 donde la opinión pública está dominada por las redes sociales, y en la que la adolescente Beth Ross es elegida presidenta de modo rocambolesco después de convertirse en una celebridad de internet gracias a un video en que fríe accidentalmente su pelo. El resultado está siendo uno de los títulos más delirantemente divertidos del mercado, una sátira de la política y el modo en que los poderes económicos controlan a la sociedad que no deja títere con cabeza. Muy disfrutable.

12. THE FADE OUT, de Ed Brubaker y Sean Phillips

Tras demostrar con Fatale que también podían tener éxito con sus historias en Image, Brubaker y Philips lograron sacarle a esta editorial un contrato sin precedentes de cinco años con libertad creativa total, y para empezar los autores de Criminal han regresado al género negro que tan bien dominan, esta vez con la historia del asesinato de una joven actriz en el que se ve involucrado un guionista atormentado. Una mirada desencantada al lado oscuro del Hollywood clásico, el de la caza de brujas y los estudios tapando los escándalos de sus estrellas.

11. RALPH AZHAM, de Lewis Trondheim

Reconozco que soy muy fan de Lewis Trondheim y que estoy dispuesto a recomendar casi cualquier obra que saca, pero no termino de entender por qué esta serie no está teniendo el eco que sí tuvo en su día La mazmorra, porque, si bien no sorprende tanto, tampoco desmerece. El descreído protagonista ha pasado en unos pocos volúmenes de ser el paria de un pequeño pueblo de las montañas a convertirse, más bien a su pesar y obligado por las circunstancias, en un héroe enfrentado a un señor malvado y poderoso. De momento se han publicado en España solo cuatro de los ocho tomos aparecidos en Francia, y por lo visto hasta ahora la serie sigue creciendo. Muy recomendable.

10. BALAS PERDIDAS, de David Lapham

Al regreso de la serie en 2014 Lapham decidió estructurar las nuevas entregas como una colección de miniseries sucesivas, cada una con un arco argumental más o menos continuo. Este año nos ha estado entregando el segundo de ellos, "Sunshine and roses", el más largo de toda la serie hasta ahora. En vez de continuar avanzando con la historia de Virginia Applejack, Lapham ha retrocedido hasta uno de los huecos más llamativos que había dejado en sus primeros números para contarnos el famoso golpe que dieron Beth y Orson para robarle a un jefe de la droga de la Costa Este su novia y un maletín lleno de droga, al que tantas veces se había hecho referencia en los primeros años de la serie y que tanta importancia y repercusiones tendría en el devenir de los personajes. Lapham se lo toma con calma, sin precipitarse, y la sensación que le dejan al lector los planes de un par de aficionados tratando de conspirar contra asesinos profesionales es la de estar asistiendo al descarrilamiento anunciado e inevitable de un tren cuyos maquinistas saben perfectamente que se encaminan al desastre pero no pueden detenerse. Uno de los mejores autores del género negro actual mostrando que está en su mejor momento.

9. LAST MAN, de Balak, Sanlaville y Vivès

El manga made in France que ya nos sorprendió gratamente en 2014 sigue siendo uno de los mejores y más entretenidos cómics que hay ahora mismo en el mercado. Este año sus lectores pudimos asistir perplejos a un tremendo cambio de rumbo en el que una obra que había empezado centrada (durante tomo y medio) en un torneo de lucha ampliaba bruscamente sus escenarios y su trasfondo permitiéndonos descubrir poco a poco el universo creado por sus tres autores pasando el testigo del protagonismo del duro y misterioso luchador Richard Aldana a la dulce pastelera Marianne Velba, que resulta estar igualmente llena de secretos. Imprescindible.

8. LA BALADA DEL NORTE, de Alfonso Zapico

Zapico ha crecido en la cuenca minera asturiana y por eso la historia de la revolución de octubre de 1934 le toca muy de cerca. Quizá por ello en esta obra, además de su habitual buen hacer narrativo y cuidada ambientación histórica, trasmite una mayor implicación emocional; o quizá sea sencillamente que los hechos que narra nos resultan más cercanos y, dadas las circunstancias socioeconómicas actuales, de gran actualidad. En cualquier caso, todo suma para hacer de esta obra, de la que hasta ahora sólo ha visto la luz un primer tomo, la mejor de su autor hasta la fecha, que no es poco decir de alguien con un Premio Nacional del Cómic ya en las alforjas.

7. AQUÍ, de Richard McGuire

McGuire entró en el mundo del cómic como un elefante en una cacharrería en 1989 con Here, una historieta experimental de seis páginas incluída en la revista Raw que se convertiría en una de las obras más originales, aclamadas e influyentes del cómic alternativo de las últimas décadas. Pese a su éxito el inquieto McGuire apenas se ha acercado al noveno arte en los años siguientes, ejerciendo como ilustrador, diseñador gráfico, escritor de cuentos infantiles y músico, entre otras cosas. Hasta que 25 años después ha afrontado el reto de ampliar aquella impactante historieta original para convertirla en una novela gráfica de 300 páginas. La premisa sigue siendo la misma: la historia de una habitación a través de saltos cronológicos, como si el autor hubiera dejado una cámara fija en un rincón, aunque la historia rebasa la de la misma habitación y también se muestran sucesos acontecidos en el mismo lugar en épocas anteriores y posteriores a la misma existencia de la casa en que se halla. Un viaje fascinante y una idea que sigue siendo fresca y totalmente diferente a todo lo demás.

6. WYTCHES, de Scott Snyder y Jock

Una niña traumatizada por un extraño incidente (una chica que abusaba de ella fue devorada por un árbol ante sus propios ojos, ahora nadie la cree y además la gente piensa que quizá ella la mató) tiene que enfrentarse a unas extrañas criaturas que habitan el bosque y a las que los vecinos a veces hacen sacrificios para que les concedan sus deseos, y que parecen tener un interés especial en ella. Una historia de terror y relaciones familiares que puede ser lo mejor y más redondo que Snyder ha escrito nunca. En vista del éxito va a tener continuidad; esperemos que eso no estropee lo que en principio era una miniserie estupenda y bien cerrada.

5. ¡GARCÍA!, de Santiago García y Luis Bustos

Un héroe español de los años 50, que responde al nombre de García pero asume la iconografía de Roberto Alcázar, despierta en el presente tras haber pasado sesenta años en una especie de suspensión criogénica, y, aunque no termina de comprender del todo el mundo actual se dispone a ayudar a resolver una crisis grave que acecha el país en vísperas de unas elecciones y que podría incluso desencadenar una nueva guerra civil. Por desgracia para García, el mundo de hoy es mucho más complicado de lo que él, personaje habituado a las batallas maniqueas entre buenos y malos y a la autoridad indiscutible de la antigua dictadura, está acostumbrado a manejar. Inteligente lectura del presente de nuestro país a base de la recuperación de mitos de otra época, sus autores están en esta obra especialmente inspirados, y el único pero que se le puede poner es lo larga que se nos va a hacer la espera hasta que aparezca su segunda entrega.

4. BABEL, de Santiago Valenzuela

La larga trayectoria del Capitán Torrezno alcanza en este tomo una de sus cimas, si no su cota más alta hasta ahora, con esa mezcla sorprendente de idiosincrasia española y Hazañas Bélicas marca de la casa, derrochando imaginación hasta en detalles mínimos, y culminando con un tramo final digno de Juego de Tronos y un descacharrante epílogo. Si la serie ya era más que recomendable, calidad refrendada por un Premio Nacional del Cómic, después de esto se ha convertido directamente en imprescindible. Una pena que sea casi inaccesible para aquellos que no estén ya siguiendo la saga.

3. ALMÓNDIGAS DEL ESPACIO, de Craig Thompson

Tras uno de los más horrendos títulos que han llegado últimamente a las estanterías se esconde el resultado del sorprendente giro de Craig Thompson que, al menos por esta vez, ha decidido abandonar la temática más seria y adulta para llevar a cabo un tebeo infantil. O, mejor dicho, para todos los públicos. Porque puede que la odisea de una niña en busca de su padre en medio de un espacio anegado por basura y excrementos de ballena sea una gran lectura para un niño, pero Thompson no deja de incluir en la obra reflexiones sobre la familia y el medio ambiente que apelan a un lector más adulto. La historia funciona como un tiro, creando un universo personal interesantísimo, y el dibujo muestra toda la maestría del autor. La obra más accesible de Thompson y también la más disfrutable.

2. PRECIOSA OSCURIDAD, de Fabian Vehlmann y Kerascoët

Publicada originalmente en Francia en 2009, en esta obra se parte de un hecho traumático para presentarnos el progresivo desmoronamiento de un grupo de personajes de cuento de hadas, surgidos (literalmente) de la mente de una niña, cuando se ven obligados a enfrentarse a una experiencia desconocida que pondrá en cuestión tanto su capacidad de supervivencia como su convivencia como grupo. Una obra oscura y terrible, pero tremendamente fascinante.

1. THE WICKED + THE DIVINE, de Keith Gillen y Jamie McKelvie

El año pasado tuvo ya un excelente comienzo, aunque finalmente fue mi último descarte a la hora de hacer la lista (un oficioso número 16). Desde entonces no ha hecho mas que crecer en emoción e intensidad, con un segundo arco que acaba dejándote en estado de shock y un tercer arco en el que aprovechan la colaboración de otros autores (McKelvie se dedicó en ese tiempo a dibujar el tercer volumen de la también estupenda Phonogram, la otra serie que hace junto a Gillen) para prestarse a experimentos formales inesperados pero tan efectivos que han dado lugar a algunos de los mejores números del año. Ahora mismo esta serie sobre dioses reencarnados en la Tierra en el cuerpo de doce jóvenes condenados a morir en dos años es la serie más cautivadora y brillantemente imprevisible del mercado. Parece que por fin la van a publicar en España en el 2016.

MENCIONES ESPECIALES:
De un tiempo a esta parte estoy descubriendo tantas obras buenas que esta sección acaba teniendo casi más cuerpo que la propia lista. Aunque este año no he leído tanto como el anterior, y además mis propias preferencias me limitan, todavía tengo más títulos que destacar.

En América las dos grandes siguen a lo suyo con sus franquicias millonarias, con mejores resultados en Marvel que en DC a tenor de lo que dicen los críticos, aunque debo reconocer mi desconocimiento y mi desinterés por los universos superheróicos de ambas editoriales (si bien reconozco que puedo disfrutar como el que más si sus tebeos caen en mis manos, no termino de decidirme a sumergirme en ellos). De Marvel parece que los críticos siguen prendados de Ms. Marvel y ahora están fascinados con The Unbeatable Squirrel Girl, además ahora han sumado a su universo superheróico el de Star Wars, que parece estar teniendo también buena acogida. DC, por su parte, mantiene el pulso sin tanto aplauso mediático a la espera de ver si este año sus películas pueden crear la espectación del universo fílmico que ha creado su rival. Además ha metido un título en mi lista y suma puntos por tener la línea Vertigo, en la que han seguido publicando obras de nivel: solo por Sandman: Overture y la estupenda Astro City ya se merecerían el reconocimiento, además este año se ha cerrado uno de los grandes títulos de la línea, Fables, y han aparecido bastantes nuevos títulos de los que mis favoritos personales son Effigy y Unfollow.

Pero por supuesto la editorial que está en su mejor momento, y ya no parece que nadie le discuta el honor de ser la tercera grande, es Image. Además de los cuatro títulos que he metido ya en la lista, hay que recordar que siguen publicando superventas como Los muertos vivientes o Invencible y algunas de mis series favoritas, como Lazarus, Morning glories, Saga o Southern bastards. Por no hablar de series como The Autumnlands, Big man plans, Birthright, Bitch Planet, Black Magick, Chew, Chrononauts, Copperhead, Deadly class, Death Vigil, Descender, Dream Police, The dying and the dead, East of West, The Empty, The Fuse, Huck, I hate Fairyland, Injection, Invisible republic, Jupiter's legacy y su hermana Jupiter's circle, Kaptara, Limbo, Low, The Manhattan projects, The Mantle, The Mice Templar, Nailbiter, No mercy, Outcast, Paper girls, Postal, Plutona, Pretty deadly, Rat Queens, Red One, Revival, Reyn, Roche limit, Rocket Girl, Rumble, Secret identities, Sex, Sex criminals, Shutter, Sidekick, Southern Cross, Starve, They're not like us, Thief of thieves, Trees, Velvet, Wayward, We stand on guard, Wolf o Zero. No, os aseguro que no he puesto todas, esto es sólo una selección.

Dark Horse ha recibido un duro (aunque esperado) golpe al perder una de sus franquicias más rentables, Star Wars, pero ha reaccionado siguiendo la fórmula de Image y dando salida a muchas nuevas obras propiedad de sus autores: Heart in a box, Ei8ht, Fight club 2 (con el propio Chuck Palahniuk encargándose de la historia), Harrow County, Mystery Girl, Past Aways, Paybacks, Power Cubed, This damned band, Lady Killer o The Ghost Fleet, sumándose a títulos ya conocidos como los del universo Hellboy, Usagi Yojimbo, Mind MGMT, Empowered o Groo (la miniserie que está publicándose actualmente, Friends & Foes, es una de las mejores de su larga trayectoria), sin olvidar el divertidísimo punto final que Evan Dorkin ha puesto a su The Eltingville Club.

De las demás, Valiant sigue consolidando el tercer universo cohesionado más importante del cómic americano, con los derechos de varias series para cine y TV ya vendidos. Archie Comics han decidido hacer como las dos grandes y rebootear su universo pensando en los nuevos lectores, reiniciando sus cabeceras de Archie y Jughead y obteniendo un sorprendente éxito de crítica; quizá por ello han descuidado un poco otras cabeceras que también estaban bastante interesantes, como Afterlife with Archie, en la que Archie se enfrenta a zombies, y que ha seguido a gran nivel pero sólo ha publicado dos nuevos números en todo el año. Por su parte, la emergente Boom! Studios ha tenido también un gran año con títulos como ClusterJohn Flood, Lantern City, Rowan's Ruin, Strange Fruit, UFOlogy o The fiction, miniserie ilustrada por David Rubín, aunque quizá los dos títulos más llamativos sean la cada vez más consolidada Lumberjanes y la divertida Giant days, que es una de mis debilidades y a punto he estado de meterla en la lista.

Y, por cerrar el repaso al mercado americano, Oni Press está destacándose con series interesantes como Letter 44, Stumptown, The bunker o Princess Ugg; Avatar ha publicado series como Mercury Heat o Providence, lo último de Alan Moore; la joven editorial Black Mask ha publicado una de las sorpresas del año, el cruce entre drama adolescente indie y serie de superhéroes We can never go home; en Monkeybrain se cerró el thriller High crimes; Terry Moore sigue a lo suyo con Rachel rising; Scott McCloud publicó su novela gráfica El escultor; también apareció La caída de la casa West, la segunda parte de la precuela de Battling Boy de la que se ha encargado David Rubín; y también me gustó mucho un cómic autoeditado vía Kickstarter llamado Paradox girl, creo que ahora mismo tiene abierto el crowdfunding para su segundo número.

De cómic europeo la verdad es que no he leído demasiado este año. Ha salido en España el primero de los dos volúmenes con que Trondheim, Sfar y sus cómplices pusieron fin a La mazmorra, pero lo que más he estado disfrutando ha sido la recuperación de clásicos que está haciendo Dolmen: Johan y Pirluit, Casacas Azules... Me han recomendado mucho El árabe del futuro de Riad Sattouf, pero no he podido leerlo (aun así lo apunto para recordarme a mí mismo que le eche un vistazo). Me gustó el Spirou ambientado en la ocupación nazi de Bélgica de El botones de verde caqui, aunque no llega al nivel de su referente Diario de un ingenuo. En cuanto al último de Astérix, digamos que Ferri y Conrad cumplen, sin llegar a la excelencia de cuando aún era Goscinny el que escribía, pero al menos sin caer en la vergüenza ajena de los últimos de Uderzo en solitario.
En cuanto a manga, aparte de series imprescindibles como Detective Conan o Billy Bat, también he leído poco. Lo que más me ha gustado de lo poco que he leído ha sido Solanin, pero no puede entrar en lista porque se publicó en 2014. Aun así aprovecho para recomendarla.

En el apartado de los cómics que se pueden ver por internet, también este año he estado leyendo menos. Sigo enganchado a esa genialidad que es The Hip Hop family tree, pero Homestuck ha vuelto a quedar en pausa mientras su creador se dedica a un videojuego basado en su universo, y mi favorito Subnormality ya apenas actualiza (sólo tres historias este año, aunque pequeñas perlas como Message 652 garantizan que vaya a seguir atento mucho tiempo en espera de nuevas entregas).
Así que lo que más he seguido este año ha sido Eh, tío, que me parece una gran serie que poco a poco se ha creado un universo muy personal. Tabién he seguido Masquemascotas y Caniculadas, que tuvo una temporada bastante brillante aunque ahora parece que han puesto punto final.
Y por supuesto ahí está Panel Syndicate, esa pequeña editorial de cómics digitales en que Brian K. Vaughan, Marcos Martín y Muntsa Vicente cerraron The private eye con un Eisner y un Harvey en la mochila (ahora han empezado Barrier) y Albert Monteys sigue desatado con Universo!. arece que no les va mal.

De cómic español, pues además de las obras que he metido en lista, hay unas cuantas a destacar. Paco Roca siempre merece un vistazo, aunque La casa me ha dejado más frío que sus obras anteriores; eso sí, viendo las reacciones debo haber sido el único al que le ha pasado, así que tomad nota y juzgad vosotros. También muy alabados han sido El mundo a tus pies de Nadar y Lo que (me) está pasando de Brieva, autores con los que nunca he terminado de conectar, aunque en estas obras ha habido partes que me han gustado bastante. Sento se autopublicó Atrapado en Belchite, al secuela de Un médico novato. Boldú sacó otra entrega de sus obras autobiográficas con La vida es un tango y te piso bailando, que no es la mejor que ha hecho pero que, como las anteriores, merece la pena leerse. También muy disfrutables han sido el crepuscular La última aventura, de Josep Busquet y Javi de Castro, y el satírico Chorizos: atraco a la española, de Ricardo Vilbor y Ricar González. Y no podemos olvidarnos del más que recomendable Barcelona, los vagabundos de la chatarra, novela gráfica documental sobre los chatarreros de la Ciudad Condal de Jorge Carrión y sagar Forniés, ni de uno de los más interesantes libros para todos los públicos del año, el sorprendente Pablo y Jane en la dimensión de los monstruos, del maño-gallego José Domingo.

En Aragón la cosecha también ha sido muy buena este año. Para empezar, el fanzine Thermozero, cerrado tras su último número a finales del año anterior, consiguió, aunque fuera a modo póstumo, el Premio a Mejor Fanzine en el Salón de Barcelona; un reconocimiento que no ha caído en saco roto, pues, pese a su cierre, han unido fuerzas con GP Ediciones para seguir lanzando comics: el primer fruto de esta colaboración ha sido el excelente Gummy girl debut de una joven autora, Isa Ibaibarriaga, que apunta a que puede llegar bastante lejos. Precisamente GP Ediciones también ha lanzado un buen número de interesantes novedades, con nuevas entregas de dos series que parece van a seguir creciendo (La amenaza robótica de Terrer, Azagra y Revuelta, segunda entrega de El último aragonés vivo; Los cuatro trabajos y medio de Marco de Lampedusa de Chesús Calvo y Javier MC, también segunda de Vespas y Tintoretos), y con Zilia Quebrantahuesos, debut de otra prometedora autora con mucho futuro, Laura Rubio.
La gente de Malavida, por su parte, siguen editando su fanzine y otros títulos muy interesantes, como Veo por tí de Roberto Malo y Chema Cebolla; Barra libre de Chefo, recopilatorio de las páginas de Consistorio; la nueva entrega de la serie La guerra que dan las galaxias y las tiras de Las aventuras de Sid Scat, de Kalitos; y Sigo siendo un cocinicas, secuela del exitoso libro de cocina en cómic de Xcar, Azagra y Revuelta.
Y por si esto fuera poco, ha habido gran actividad fanzinera, destacando que el fanzine Los Diletantes ha iniciado también su labor como editor, con la recopilación de relatos Pulp stories y el cómic 501 de Óscar Sanz, otra de las agradables sorpresas del año.

Y con esto cierro este resumen del año. ¡Espero que hayáis tomado nota de unos cuantos títulos para echarles un ojo!

martes, enero 06, 2015

Lo mejor del 2014: cómics del año

Continuamos con el resumen del año con la ya habitual selección de los mejores cómics del 2014. Ahora que se ha puesto de moda menospreciar este tipo de listas porque las hace todo el mundo y ya no son cool, yo sigo, en parte por costumbre y en parte porque ¡es divertido hacer listas! Aunque debo decir que este año ha sido especialmente difícil. Ha sido un año muy, muy bueno, con mucha calidad. He tenido que dejar fuera obras estupendas. Por no olvidarme de ellas, debajo de la lista hay un extenso apartado de menciones especiales. Incluyendo cosas que me han dicho que están bien pero no he leído, porque, eh, así me acuerdo de echarles un vistazo cuando sea.
Como siempre, aquí hay tanto tebeos aparecidos este año en el mundo como tebeos que han sido publicados en España este año y que no había leído en versión original cuando salieron. Pero había que elegir quince, y finalmente esta ha sido mi selección:

15. NOSOTROS LLEGAMOS PRIMERO, de Furillo

Sin perder su habitual sentido del humor y su estilo deudor del underground, Furillo firma una de las obras más descacharrantes del año, una fusión genial entre la españolada más rancia y la ciencia ficción en la que se narran los esfuerzos de la España franquista por ganar la carrera espacial y ser los primeros en poner su bandera en la Luna. Una odisea que, como no puede ser de otra manera, va a verse amenazada por espías, pero también por chanchullos, corruptelas, chapuzas, puteríos y otras sordideces que pueden ser mucho más letales para el objetivo de la misión. El tebeo español más divertido del año.

14. SAM ZABEL Y LA PLUMA MÁGICA, de Dylan Horrocks

Confieso que soy muy fan de Dylan Horrocks, así que no creo poder juzgar su trabajo con objetividad. Cada cosa nueva que leo suya me parece genial. En esta ocasión nos encontramos con el alter ego más habitual de Horrocks, el dibujante Sam Zabel (tan alter ego suyo que es, en el universo horrockiano, el autor de Pickle, el fanzine que autoeditaba el propio Horrocks en la vida real) atravesando una fase de bloqueo creativo, hasta que un día encuentra un extraño cómic sobre Marte y se ve transportado a su interior. A partir de ahí comenzarán sus aventuras, junto con una joven dibujante y una extraña chica japonesa que parece sacada de un manga, por el interior de varios cómics en pos de la pluma mágica que permite crear esos cómics en los que se puede entrar. Un nuevo canto de amor al medio del creador de Hicksville.

13. MURDERABILIA, de Álvaro Ortiz

Quizá el giro final no sea tan catártico como el que cerraba Cenizas, pero Murderabilia es una obra más redonda. Álvaro Ortiz se confirma con un trabajo más contenido y menos alocado, un relato macabro sobre un aspirante a escritor que vende los gatos de su difunto tío a un coleccionista de objetos morbosos y, por pura casualidad, encuentra todo lo que estaba buscando, una vida (amor y trabajo) y un tema sobre el que el escribir, sin darse cuenta de que ambos pueden ser incompatibles. Una historia tensa en la que Ortiz sigue ampliando sus registros y creciendo como autor.

12. VERSUS, de Luis Bustos

Bustos demuestra que es uno de los mejores autores del cómic español actual con esta historia, que parte de un relato de Jack London, sobre un campeón de boxeo venido a menos que debe seguir luchando para mantener a su familia. Bustos se maneja con elegancia a través de cambios de estilo, de diferentes diseños de página, de juegos con la tipografía... para transmitirnos las emociones que bullen en el interior del protagonista a lo largo de una pelea que puede ser en la que más se esté jugando de toda su vida.

11. AQUEL VERANO, de Jillian Tamaki y Mariko Tamaki

La historia de una niña que va a pasar el verano a la casa que su familia tiene en la playa. Lo que empieza como una historia muy cotidiana, con la niña pasando el tiempo nadando en el mar o jugando con una amiga, poco a poco va torciéndose a medida que salen a la luz los problemas familiares de la protagonista y los conflictos de algunos otros personajes con los que se cruzan, hasta alcanzar un final catártico en que todo confluye. Una lectura muy recomendable.

10. LAST MAN, de Balak, Sanlaville y Vivès

Quién nos iba a decir que el mejor manga del 2014 sería francés. Bueno, en realidad el diseño de personajes y el ritmo de la narración no tienen nada de japoneses, pero el formato, el argumento inicial y el desarrollo basado en las constantes peleas que deben afrontar los héroes remiten bastante al shonen. La serie se centra (al menos en principio) en el pequeño Adrian Velba, estudiante de primer año de la escuela de combate del maestro Jensen, que sueña con participar en el gran torneo anual; la casualidad le llevará a formar equipo con el misterioso Richard Aldana, un fornido extranjero que ha venido para ganar el torneo y que le acepta como compañero simplemente porque hace falta tener uno para poder ser inscrito. A partir de ahí da comienzo una aventura repleta de peleas y extremadamente entretenida en la que pronto queda claro que la mayor parte de los personajes esconden secretos. Puro entretenimiento.

9. SOUTHERN BASTARDS, de Jason Aaron y Jason Latour

Un hombre regresa por unos días a su pueblo natal después de cuarenta años y se encuentra con el dominio de un entrenador de fútbol que controla el lugar con mano de hierro. Por desgracia, no es el tipo de hombre que mira hacia otro lado. Una especie de western moderno en el que el guionista de Scalped se centra en la América profunda de los estados sureños. Algo de Solo ante el peligro, una tensión creciente a lo Peckimpah y una ambientación cuidada al detalle, a fin de cuentas los dos autores proceden de aquella zona, para un cómic que va a mejor a medida que pasan los números.

8. RALPH AZHAM, de Lewis Trondheim

Da gusto comprobar que Trondheim ha vuelto a territorios cercanos a La Mazmorra. Su nueva saga épica es, como aquella, una vibrante serie de aventuras en un mundo de fantasía heróica, si bien en un tono menos divertido y mucho más cínico que en la mítica serie que escribía con Joann Sfar. En Francia ya han aparecido siete álbums, pero por el momento en España solo se han publicado los tres primeros, momento en el cual he podido descubrir la serie. La historia se centra en las aventuras de Ralph, un joven que fue azulado, un fenómeno que se produce algunas noches por el cual algunos niños toman una tonalidad azul y adquieren poderes. En principio los niños azulados son enviados al servicio del Rey, pero Ralph por alguna razón fue devuelto a casa y desde entonces es tratado como un paria por el resto de la aldea. Acontecimientos imprevistos revelarán secretos y harán que Ralph tenga que partir en busca de su destino. Trondheim muestra su talento en esta obra y hace un tebeo entretenidísimo y con una trama que engancha. Muy recomendable.

7. RURAL, de Etienne Davodeau
Publicada originalmente en Francia en 2001, ha tardado bastante más de una década en aparecer en España, pero eso no ha hecho que la obra pierda un ápice de fuerza. Documental en forma de cómic sobre la construcción de una innecesaria autopista por en medio de una tierra de cultivos y cómo cambia la vida de algunos afectados, como un grupo de agricultores ecológicos o un matrimonio cuya casa se encuentra justo en el recorrido de la autopista. Pese a los años que han pasado se siente extrañamente actual para ser leída en esta España de hoy de obras faraónicas y atropellos arbitrarios. Una obra más que recomendable.

6. THROUGH THE WOODS, de Emily Carroll

Esta joven dibujante canadiense ya se había dado a conocer con su participación en revistas y antologías o con cómics publicados en Internet, siempre dentro del género del horror gótico. Pero la promesa se ha hecho realidad con su estupendo primer libro, una colección de historias cortas de terror que no solo mantienen el nivel de lo que hasta ahora había publicado, sino que incluso lo supera. Una de las sorpresas agradables del año.

5. LAZARUS, de Greg Rucka y Michael Lark

Las aventuras de Forever, el brazo armado de la familia Carlyle en un futuro distópico en que el mundo está dominado por unas pocas familias, van a más número a número, a medida que Rucka y Lark nos van mostrando cada vez más cosas del universo que han creado y la tensión va creciendo a cada nuevo arco argumental. Una de las mejores series de esta época dorada de Image.

4. FABRICAR HISTORIAS, de Chris Ware

Este monumental trabajo de Chris Ware me genera sentimientos enfrentados. Por un lado, ¿cómo no dejarse cautivar por la maestría de Ware a la hora de diseñar y planificar una obra que juega con el formato (los formatos) de modo tan extremo, obligando al lector a modificar la forma con la que afronta la lectura? Pero por otro, a pesar de que tiene momentos excepcionales, la historia que cuenta, en realidad una colección de pasajes en la vida de varios personajes cuyas vidas se cruzan en un momento dado en que viven en el mismo edificio, es inferior a trabajos anteriores del mismo autor como Jimmy Corrigan, e incluso en algún momento no consigo entrar en ella (¿soy el único que piensa que las historias de la abeja chirrían totalmente con el tono del conjunto?). Y no me parece que Ware haya aprovechado al cien por cien todas las posibilidades que ofrecía su juego con los formatos. Aunque, claro, eso es como quejarse de que el Sgt. Pepper's de los Beatles no le saca todo el jugo a su condición de disco conceptual: puede que sea verdad, pero eso no lo hace menos impactante. Quizá simplemente es que Ware lleva tanto tiempo haciendo cómics geniales que uno más ya no sorprende tanto.

3. SECONDS, de Bryan Lee O'Malley

No lo tenía nada fácil el autor canadiense para mantenerse a la altura de ese éxito comercial y obra generacional que constituyen los seis volúmenes de Scott Pilgrim. Sin embargo, O'Malley ha sabido salir airoso del reto con una historia sobre una cocinera que descubre una manera de rectificar errores del pasado, pero que pronto va a descubrir que eso no le garantiza los resultados deseados. Espíritus hogareños, setas mágicas, sueños que se convierten en pesadillas, universos paralelos y traumas románticos convergen en esta novela gráfica que muestra que lo de su autor no fue flor de un día.

2. BALAS PERDIDAS, de David Lapham

Si alguien dudaba sobre si David Lapham mantendría su toque después de una década alejado de su obra principal, habrá respirado tranquilo. Después de un puñado de entregas ha quedado claro que su talento sigue intacto y que sigue siendo uno de los mejores autores de género negro de la actualidad, y eso a pesar de que el arco principal de sus primeros números tras la reaparición de la serie haya estado centrado en una historia de amor adolescente. Una lectura imprescindible.

1. LAS MENINAS, de Santiago García y Javier Olivares

La biografía no es un género fácil, pues la naturaleza de la vida no suele prestarse a la habitual estructura narrativa de tres actos. Los autores salen extraordinariamente bien parados del reto vertebrando la vida de Velázquez en torno a la investigación que se hace sobre su persona para determinar si merece que le seas concedida la Orden de Santiago, salpicando el relato con pequeños vistazos a las reacciones e influencia que su obra, y especialmente la que da título al libro, tendría en artistas posteriores. Además de una biografía muy amena, la obra es también un estudio sobre el arte y los procesos creativos. Magistral.

MENCIONES ESPECIALES:
El cómic estadounidense parece estar atravesando una nueva época dorada. Lógicamente las ventas nunca van a parecerse ni remotamente a las de la Edad de Oro, pero a nivel de calidad es fácil argumentar que se están viviendo algunos de los mejores momentos de la historia del formato comic-book.

Nunca he sido seguidor de las dos grandes, pero algunas de las obras que se están haciendo ahora mismo en Marvel y en DC están recibiendo críticas excelentes: la mayoría de las listas americanas de lo mejor del año incluyen cosas como el Multiversity de Morrison o la nueva Ms. Marvel, pero no las he leído, aun así dejo aquí constancia de ello.
DC, además, tiene en su línea Vertigo títulos como Trillium, Bodies, F.B.P. o los regresos de Sandman y Astro City, y ha cerrado (sin llegar a la altura de su estupenda primera mitad) la tremenda The Wake. Por su parte Marvel en su sello Icon ha cerrado el arco de Kickass y Powers, mientras que ha lanzado The United States of Murder Inc., lo nuevo de Bendis y Oeming.

Valiant, por su parte, se ha ganado el aplauso general por desarrollar lo que parece ser el tercer universo superheróico coherente del cómic americano, con Archer & Armstrong como serie más conocida. Dark Horse, mientras tanto, sigue publicando buenos títulos como Usagi Yojimbo, Mind MGMT o Furious (de Victor Santos), por no hablar del crossover más esperado: Groo vs Conan. También Boom! Studios han tenido un año bastante bueno, con títulos como The Woods, Translucid, The Empty Man, Lumberjanes, Black Market (también de Víctor Santos) y, mi debilidad, la apocalíptica miniserie Memetic. Y Archie Comics ha dinamitado su universo, más clásico americano que la tarta de manzana, en sus dos colecciones alternativas: matando a Archie Andrews en su versión adulta de Life with Archie: the married life, y enfrentándolo a un apocalipsis zombie en la brutal pero sorprendentemente efectiva Afterlife with Archie.

Pero un año más, destaca Image, que podría copar una lista por sí sola. Cuatro títulos en la lista. Y Saga sigue siendo una de las mejores series del mercado, aunque este año haya decidido (con dolor) dejarla fuera de la lista. Y ahí están también The Manhattan Projects, East of West, Starlight, Zero, Shutter, Trees, Manifest Destiny, Thief of Thieves, Invincible, The Walking Dead, Velvet, Morning Glories, Deadly Class, Pretty Deadly, Rocket Girl, Alex + Ada, Low, Drifter, Sex, Real Heroes, God Hates Astronauts, Wytches, Copperhead, Birthright, Nailbiter, Outcast, The Fuse o, las que más cerca han estado de hacerse con un hueco en mi lista final, The Fade Out, Rat Queens, Sex Criminals y The Wicked + The Divine.

Y por supuesto otras editoriales también han publicado títulos que he disfrutado: El momento de Aurora West, entretenido spin-off del Battling Boy de Paul Pope dibujado por David Rubín; Nemo: Roses of Berlin, la nueva entrega del spin off de la Liga de los Caballeros Extraordinarios, que también estuvo al borde de la lista, y que quizá peque de ser demasiado lineal, pero tiene una pelea final que me encanta, que Alan Moore sigue siendo muy grande; la envolvente Caliban; La mujer rebelde, esa biografía que Peter Bagge hizo de Margaret Sanger; Rachel Rising, una de mis favoritas, que este año se ha caído también por poco de la lista; la divertida D4ve; y, bueno, yo me reí muchísimo con el primer número de Pregnant bitches of war, aunque su concepto es tan loco que decayó irremediablemente en los siguientes.
En cuanto al cómic europeo, estoy mucho menos actualizado. Me han recomendado mucho Solos, pero a mí no me ha terminado de entrar. Y Aama y Cowboy Henk, pero no los he leído. En cambio sí me gustó Texas Cowboys, de Trondheim y Bonhomme, en la tradición de los dibujantes franceses de hacer buenos westerns.

Los lectores habituales sabrán que otros años ha habido webcomics que han encontrado su lugar en mis listas. Este año no ha sido el caso, pero sigue habiendo bastante calidad en la red si se sabe buscar. Por ejemplo, ahora estoy totalmente enganchado a Eh, tío.
Pero es que mis webcomics favoritos me han tenido un poco abandonado. Subnormality apenas actualiza, aunque cuando lo hace merece la pena. Homestuck ha regresado recientemente tras una gigantesca pausa y aún está cogiendo velocidad de nuevo. Nimona terminó. Incluso el ritmo de publicación de dos webcómics magistrales como The Hip Hop family tree o Bouletcorp se ha resentido, aunque no sin que hayamos podido leer alguna genialidad. Y Águila coja apenas acaba de empezar. En fín, siempre nos quedarán Masquemascotas y Crónicas PSN.
Por otro lado, cada vez está más extendido lo de la edición por internet. Buena parte de los escindidos de El Jueves montaron Orgullo y Satisfacción. Y Marcos Martín sigue con su Panel Syndicate, donde sigue con su espectacular The Private Eye, escrito por Brian K. Vaughan, y acaba de fichar a Albert Monteys para hacer Universo!, su visión de la ciencia ficción. ¡Esperemos que les vaya bien y por muchos años!

También el cómic español ha tenido un año bastante bueno. Santiago García, además de Las Meninas, ha firmado al menos otros dos cómics que me han gustado mucho (aún ha hecho otro más, pero ese no lo puedo recomendar porque no lo he leído), el pequeño en tamaño pero grande en resultado Tengo hambre, con Manel Fontdevila, y el estupendo ensayo-ficción Fútbol: la novela gráfica, con Pablo Ríos. También con el fútbol como tema central estaba otro tebeo que me ha gustado bastante, el Dream Team de Mario Torrecillas y Artur Laperla.
Otras obras destacadas han sido el ejercicio de nostalgia de Juaco Vizuete en Lo primero que me viene a la mente, las divertidas historias autobiográficas de Jorge Riera (ilustradas por varios autores) en Putokrio, la recopilación de Andanzas de un hombre en pijama de Paco Roca, la biografía del genio desconocido hasta por sus amigos que hace Carlos Giménez en Pepe, el libro colectivo Viñetas de vida, que sólo he podido leer una parte y que está bastante bien... también me han hablado muy bien de Yo asesino de Altarriba y Keko (nada que ver conmigo) y de unas cuantas obras más pero no las he leído y no puedo juzgar...
Y para acabar, decir que especialmente brillante ha sido la cosecha de cómic en Aragón, donde El último aragonés vivo de Terrer, Azagra y Revuelta, la recopilación de Jano, in corpore sano de Bernal y el libro de cocina en cómic Estoy hecho un cocinicas de Xcar, Azagra y Revuelta han arrasado en ventas. Y no se puede olvidar el divertidísimo Resaca de la oscense Mamen Moreu y el emotivo The Cartoonist de Paco Hernández y el zaragozano Daniel Cardiel, a sumar a las obras de Furillo y Ortiz que ya habían entrado en la lista. Un gran año.

¡Y eso ha sido todo, que no es poco! Espero que hayáis disfrutado de este resumen. A partir de mañana retomaremos nuestra programación habitual.